11 sept 2022

Biocombustibles de nuevo complicados

La Voz del Interior (11/09/2022)
En pleno auge, los biocombustibles vuelven a una zona de riesgo

Las principales provincias productoras insistieron para que se quede el corte del gasoil con biodiésel al 12,5% y luego pase al 20%. Esa certeza no existe y el “dólar-soja” generó complicaciones.
Los gobernadores de la Región Centro volvieron a poner el grito en el cielo por la difícil situación de la industria de los biocombustibles, un escenario que se complicó más después de que la Nación dispusiera la vigencia hasta fin de mes del llamado “dólar-soja”.
Si bien se trata de dos cosas diferentes, ya que por un lado está la resistencia de las petroleras a aceptar este producto para sus cortes de gasoil y las naftas (en el caso del bioetanol) y, por otro, el impacto de la medida con el tipo de cambio; como en un eclipse, ambas cosas se conjugan.
La producción de los “bios” a base de soja y maíz, se sitúa en las provincias sojeras y maiceras como Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Tucumán, San Luis y Jujuy también son protagonistas en la elaboración de bioetanol.
En el reciente cónclave en Córdoba, el gobernador Juan Schiaretti debatió con su par santafesino Omar Perotti y el entrerriano Gustavo Bordet, la problemática. Al final emitieron una declaración en la que insistieron en reclamar que el corte en el gasoil del 12,5% aplicado durante la emergencia de abastecimiento, quede firme, y luego pase al 20%.
También defendieron la performance desplegada por la industria en este tiempo.
Plantearon, asimismo, que además de generar una alternativa sustentable a la producción de combustibles fósiles, subir la proporción de los “bio” en las mezclas le ahorrará divisas al país porque las refinerías podrían importar menos gasoil que hoy lo pagan al tipo de cambio oficial ante la emergencia en el abastecimiento del hidrocarburo.
Más allá de que los mandatarios consigan o no ese objetivo del 20% en el corte, algo que hoy parece lejano, en la industria ya se reconoce que hasta ahora la estrategia de los gobernadores constituyó una ayuda cierta. Así lo pondera, por ejemplo, Luis Zubizarreta, presidente de Carbio, la cámara sectorial que aglutina a las mayores empresas productoras.
En los primeros seis meses de 2022 (el último dato disponible es de junio), la producción de biodiesel creció el 12% y la de bioetanol el 17% comparado con igual ciclo del año pasado. En volúmenes, sin contar julio, agosto, y lo que va de septiembre, se produjeron casi 1,1 millón de toneladas del bio hecho a base de soja y 482 mil toneladas del obtenido con maíz y caña. Los datos pertenecen a la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno (AABH).
Pero el temor de la industria es que el tren esté en plena frenada.

La apuesta cordobesa
Córdoba dio, en estos días, un paso simbólico más adelante que el resto, al disponer que 600 autos de su flota provincial se abastezcan con un surtidor instalado en el predio de una usina eléctrica con un corte al 20%. La experiencia es auditada por Oreste Berta SA, por cuya “Fortaleza” en Alta Gracia pasan también chequeos que contrata la industria automotriz.
“Hay que ir progresivamente al 20 por ciento de corte, como tiene Brasil”, apuntaló ante La Voz el ministro de Servicio Públicos, Fabián López. El reclamo de las provincias productoras debe vencer, sin embargo, resistencias de distinto tenor y vieja data.
La lista de “adversarios” incluye el lobby petrolero que –”en todo su derecho”, dicen en el sector–, pretende no achicar la participación de sus productos (sean nacionales o importados), el impacto impositivo para el Estado de subir el corte, ya que los bios pagan menos impuestos, y desconfianza de la industria automotriz.
Fuentes de esta actividad aseguraron a La Voz que no se oponen al uso de los biocombustibles, pero las fábricas piden, como base, una norma general para todo el país y no que cada provincia “haga la suya” y que además exista una infraestructura homogenea para el expendio al cliente.
A estas viejas vallas se agregaron las conocidas en los últimos días. El decreto 330/22 fijó hasta fin de mes un tipo de cambio diferencial de 200 pesos para las exportaciones de poroto, harina, pellet, aceite y biodiesel.
La medida impulsada por el ministro de Economía, Sergio Massa, consiguió efectivamente apurar la venta de, sobre todo, los granos acumulados en los silos bolsa y en las naves de las exportadoras. Esas entregas que crecieron el 500% en una semana y al final de la semana se acercaban a las cuatro millones de toneladas. Dólares para Massa y pesos para los productores.

Se disparó el precio
Pero esto desencadenó una “importante distorsión en los mercados agrícolas, agroindustriales y bioenergéticas, al alterarse significativamente los precios relativos”, subrayó a este medio Claudio Molina, director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno (AABH). En ello coincide también el ministro López que ve, fuertes impactos en los mercados alimentarios si la idea de Massa sobrevive a septiembre.
Las distorsiones son tales, recalcó Molina, que “de la noche a la mañana, el precio del biodiesel fijado por la Secretaría de Energía, obligatorio para la compraventa destinada a cubrir el mandato del 7,5 % de contenido de este biocombustible en el gasoil, dejó de ser remunerativo”.
El precio del aceite crudo de soja en el mercado local, materia prima básica para la producción de aquél, explicó el directivo, “registró una significativa suba, que produjo un achicamiento de márgenes incompatible con la economía del segmento de la industria que abastece ese mandato”, alertó.
Casi en forma simultánea sobrevino otra decisión. Por la Resolución 638/22, la Secretaría de Energía, ahora a cargo de la salteña Flavia Royón, prorrogó por 60 días desde el 16 de agosto, el régimen de corte obligatorio transitorio de biodiesel, fijado a mitad de junio pasado para mitigar la escasez de gasoil, el cual determina el 7,5%, un 50% más que lo fijado en la ley aprobada el año pasado.

El tope menos querido
Es esas resoluciones, Royón también autorizó un aumento en el precio que las petroleras pagan por los “bios”, pero ese valor rige hasta el corte de 7,5%.
Estas operaciones, por encima del cinco, “se pactan libremente entre los refinadores de petróleo obligados a mezclar y los oferentes, productores de biodiesel, pero con un tope equivalente a la paridad de (el precio) de importación de Brasil”, acota Molina.
Como el gasoil importado entra al país al tipo de cambio oficial, “el precio del biodiesel ajustado por el valor del denominado dólar soja, dejó de ser competitivo”, recalca el especialista.
De igual modo, el precio del biodiesel transaccionado dentro del corte determinado por la ley, tampoco es remunerativo y la plantas productoras “están paradas”, recalcan desde la Asociación.
La consecuencia directa, afirma Molina, es que este mes de septiembre no se cumplirá ni lo uno, ni lo otro, con lo cual la industria quedó en una situación difícil de sobrellevar que excede la capacidad de reclamo de los gobernadores de la región productora.

Veranito exportador
Mientras tanto, ¿alguien hace negocio en el mercado del biodiesel con este dólar-soja transitorio? A primera vista, las cerealeras que exportan el producto podrían tener una mejoría en los ingresos por la venta.
Según la AABH, entre otros datos, existe en la Argentina una capacidad productiva de 3,9 millones de toneladas anuales. Un 60% de dicha capacidad proviene de los joint ventures exVincentín-Glencore y Aceitera General Deheza-Bunge.
Pero Zubizaretta lo descarta de plano. “Teníamos tres mercados: uno chiquito, Perú; otro más grande, Estados Unidos, y otro importante, Europa. De los tres sólo quedó este último”, señaló.
Perú y EE.UU. colocaron trabas que deberían denunciarse en la Organización Mundial de Comercio (OMC), lo cual requiere una decisión política del más alto nivel.
A Europa llegan, a datos de junio, unas 147 mil toneladas que reportarían unos 220 millones de dólares en el mes, demanda concentrada en los Países Bajos. “Pero, primero, esa mejora en realidad va a parar a los productores cuya mercadería (la soja) vale más y, además, no es un precio que se vaya a sostener en el largo plazo sino una medida transitoria”, acota el directivo de Carbio.
A criterio de Zubizarreta, para saber si el sector se frena o no, todavía hay que esperar, hasta que las medidas decanten.
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