11 abr 2015
Cambios en el Plan del Fuego y un riesgo latente
9:00 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (11/04/2015)
Plan del Fuego: cambian los pagos a bomberos
No cambiará en 2015 el presupuesto asignado al Plan Provincial de Manejo del Fuego, ni el criterio general de distribución de los recursos que recauda el impuesto que lo financia. Pero habrá varios cambios este año en el modo de asignarlos a los cuarteles de bomberos voluntarios.
La principal variante –que este diario anticipó en diciembre pasado– es que se reducirá la cantidad de bomberos voluntarios que cobran una remuneración mensual por una contraprestación diaria en materia de prevención y vigía. De los 530 que en 2014 cobraron 3.900 pesos por mes, este año serán 310, que percibirán 4.250 pesos mensuales cada uno.
Esos 310 serán cinco por cada cuartel, de los 62 ubicados en zona de riesgo forestal (las Sierras y el noroeste). Ya no los percibirán dos bomberos de cada cuartel de zona llana.
Federico Bengolea, secretario de Gestión de Riesgo de la Provincia, confirmó a La Voz del Interior que también variará el modo en que esos bomberos perciben el pago. Ya no será a través de los cuarteles sino en forma directa: la Provincia les depositará ese monto en sus cuentas bancarias personales.
Para los cuarteles, esta variante los alivia porque temían que el anterior esquema les implicara eventuales reclamos de una relación de tipo laboral.
El pago será en concepto de “becas de capacitación”, y los 310 que perciban esa cifra están comprometidos a realizar tareas diarias de prevención del fuego en sus zonas y asistir a los cursos que se les dicten.
El pago a bomberos es uno de los puntos que más controversias vienen generando sobre las erogaciones del Plan del Fuego. Para algunos, relativiza el histórico espíritu de voluntariado y genera situaciones de conflicto interno en los cuarteles entre quienes perciben una suma y quienes no. Para otros, no hay modo de exigir una presencia horaria permanente sin una compensación a cambio: en esos casos, no se trata ya de voluntarios que acuden sólo ante emergencias.
Otros aportes
El esquema mantendrá en 2015, además, un aporte de 170 mil pesos por año para los 172 cuarteles que hay en Córdoba, sin importar tamaños ni regiones.
Esa cifra se sumaría a la que reciben por el reparto fijo del 10 por ciento de la recaudación del impuesto al fuego, que representa unos tres mil pesos por mes para cada uno.
Otra erogación fija son los 3.500.000 pesos por año que se paga a la obra social Apross para la cobertura en salud de los cinco mil bomberos voluntarios que tiene Córdoba.
El nuevo esquema fue acordado semanas atrás entre el Gobierno provincial y las federaciones de cuarteles de bomberos.
“El impuesto no aumenta desde hace años. Lo que recauda no ha variado, pero la inflación se lo va comiendo y los gastos de funcionamiento de cada cuartel van creciendo cada año. El mismo monto recaudado alcanza para mucho menos que cinco años atrás”, había advertido Germán Ternavasio, presidente de la Federación de Bomberos Voluntarios cuando se iniciaban las conversaciones con el Gobierno por el destino de los recursos.
Cuándo pagan
“En abril pagaremos a todos los cuarteles los aportes correspondientes al primer cuatrimestre del año”, aseguró Bengolea, del área de Gobierno que administra el Plan del Fuego. El funcionario recordó que como requisito, deben estar con sus papelería y balances al día. “Hasta ahora, sólo 19 de los 172 cuarteles no lo estarían”, precisó.
El año pasado hubo polémica cuando, ya avanzado julio, aún la Provincia no había depositado ningún aporte a los cuarteles de bomberos.
Riesgos en 2015
Más humedad y más masa combustible. Bomberos voluntarios de diferentes cuarteles anticipan que este año, en cuanto a riesgo de incendios, presenta dos datos contrastantes: por un lado, luego de tantas lluvias, el suelo conserva más humedad de lo habitual y es probable que no haya fuegos complicados hasta bien entrado el invierno. Pero por otro, esas mismas lluvias han generado un crecimiento mayor de pastizales y esa masa, cuando seque tras varias heladas, representará un volumen combustible superior al habitual en las zonas de mayor riesgo (las Sierras y el noroeste).
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Los pinos quemados siguen sin ser retirados
Un relevamiento oficial constató, en 2014, que sólo el 25 por ciento de las forestaciones implantadas cumplía las condiciones de seguridad exigibles para reducir riegos.
No por repetido deja de ser actual: en 2012, dos temporales de viento dejaron un millón de pinos por el suelo entre las forestaciones implantadas de Calamuchita. En 2013, el fuego aprovechó ese material que nadie retiró, para acelerar su avance, y arrasó con unos 11 millones de pinos más.
El daño ambiental, paisajístico y económico aún pasa factura en esa región. Pero desde entonces poco se ha hecho para terminar de retirar lo caído y para limpiar lo quemado. Esa madera resecada será nafta en caso de nuevos focos de fuego. A la vez, complica los movimientos de los bomberos ante un siniestro.
Mientras, entre las forestaciones aún en pie, conviven las correctamente mantenidas –con calles cortafuegos y raleos adecuados– con una mayoría sin normas de seguridad y hasta casi impenetrables. Un relevamiento oficial constató, en 2014, que sólo el 25 por ciento de las forestaciones cumplía la condiciones exigibles para mitigar riesgos ante el fuego.
Bomberos advierten que es un tema pendiente, que sigue sin ser resuelto. Directivos del Plan Provincial de Manejo del Fuego lo admiten, aunque marcan que no es sencillo –y menos aún barato– un operativo de ordenamiento.
Córdoba no puede seguir perdiendo árboles y debería promover reforestaciones masivas. Pero con criterio sustentable: revisando qué especies convienen, dónde y, sobre todo, ejerciendo control estatal.
La situación de los pinares abandonados denota ausencia del Estado, sin capacidad ni voluntad de control, como también negligencia de aquellos propietarios privados que ponen en riesgo el patrimonio de sus vecinos y, a la vez, el ambiente, el paisaje y el capital turístico de todos los cordobeses.
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Plan del Fuego: cambian los pagos a bomberos
No cambiará en 2015 el presupuesto asignado al Plan Provincial de Manejo del Fuego, ni el criterio general de distribución de los recursos que recauda el impuesto que lo financia. Pero habrá varios cambios este año en el modo de asignarlos a los cuarteles de bomberos voluntarios.
La principal variante –que este diario anticipó en diciembre pasado– es que se reducirá la cantidad de bomberos voluntarios que cobran una remuneración mensual por una contraprestación diaria en materia de prevención y vigía. De los 530 que en 2014 cobraron 3.900 pesos por mes, este año serán 310, que percibirán 4.250 pesos mensuales cada uno.
Esos 310 serán cinco por cada cuartel, de los 62 ubicados en zona de riesgo forestal (las Sierras y el noroeste). Ya no los percibirán dos bomberos de cada cuartel de zona llana.
Federico Bengolea, secretario de Gestión de Riesgo de la Provincia, confirmó a La Voz del Interior que también variará el modo en que esos bomberos perciben el pago. Ya no será a través de los cuarteles sino en forma directa: la Provincia les depositará ese monto en sus cuentas bancarias personales.
Para los cuarteles, esta variante los alivia porque temían que el anterior esquema les implicara eventuales reclamos de una relación de tipo laboral.
El pago será en concepto de “becas de capacitación”, y los 310 que perciban esa cifra están comprometidos a realizar tareas diarias de prevención del fuego en sus zonas y asistir a los cursos que se les dicten.
El pago a bomberos es uno de los puntos que más controversias vienen generando sobre las erogaciones del Plan del Fuego. Para algunos, relativiza el histórico espíritu de voluntariado y genera situaciones de conflicto interno en los cuarteles entre quienes perciben una suma y quienes no. Para otros, no hay modo de exigir una presencia horaria permanente sin una compensación a cambio: en esos casos, no se trata ya de voluntarios que acuden sólo ante emergencias.
Otros aportes
El esquema mantendrá en 2015, además, un aporte de 170 mil pesos por año para los 172 cuarteles que hay en Córdoba, sin importar tamaños ni regiones.
Esa cifra se sumaría a la que reciben por el reparto fijo del 10 por ciento de la recaudación del impuesto al fuego, que representa unos tres mil pesos por mes para cada uno.
Otra erogación fija son los 3.500.000 pesos por año que se paga a la obra social Apross para la cobertura en salud de los cinco mil bomberos voluntarios que tiene Córdoba.
El nuevo esquema fue acordado semanas atrás entre el Gobierno provincial y las federaciones de cuarteles de bomberos.
“El impuesto no aumenta desde hace años. Lo que recauda no ha variado, pero la inflación se lo va comiendo y los gastos de funcionamiento de cada cuartel van creciendo cada año. El mismo monto recaudado alcanza para mucho menos que cinco años atrás”, había advertido Germán Ternavasio, presidente de la Federación de Bomberos Voluntarios cuando se iniciaban las conversaciones con el Gobierno por el destino de los recursos.
Cuándo pagan
“En abril pagaremos a todos los cuarteles los aportes correspondientes al primer cuatrimestre del año”, aseguró Bengolea, del área de Gobierno que administra el Plan del Fuego. El funcionario recordó que como requisito, deben estar con sus papelería y balances al día. “Hasta ahora, sólo 19 de los 172 cuarteles no lo estarían”, precisó.
El año pasado hubo polémica cuando, ya avanzado julio, aún la Provincia no había depositado ningún aporte a los cuarteles de bomberos.
Riesgos en 2015
Más humedad y más masa combustible. Bomberos voluntarios de diferentes cuarteles anticipan que este año, en cuanto a riesgo de incendios, presenta dos datos contrastantes: por un lado, luego de tantas lluvias, el suelo conserva más humedad de lo habitual y es probable que no haya fuegos complicados hasta bien entrado el invierno. Pero por otro, esas mismas lluvias han generado un crecimiento mayor de pastizales y esa masa, cuando seque tras varias heladas, representará un volumen combustible superior al habitual en las zonas de mayor riesgo (las Sierras y el noroeste).
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Los pinos quemados siguen sin ser retirados
Un relevamiento oficial constató, en 2014, que sólo el 25 por ciento de las forestaciones implantadas cumplía las condiciones de seguridad exigibles para reducir riegos.
No por repetido deja de ser actual: en 2012, dos temporales de viento dejaron un millón de pinos por el suelo entre las forestaciones implantadas de Calamuchita. En 2013, el fuego aprovechó ese material que nadie retiró, para acelerar su avance, y arrasó con unos 11 millones de pinos más.
El daño ambiental, paisajístico y económico aún pasa factura en esa región. Pero desde entonces poco se ha hecho para terminar de retirar lo caído y para limpiar lo quemado. Esa madera resecada será nafta en caso de nuevos focos de fuego. A la vez, complica los movimientos de los bomberos ante un siniestro.
Mientras, entre las forestaciones aún en pie, conviven las correctamente mantenidas –con calles cortafuegos y raleos adecuados– con una mayoría sin normas de seguridad y hasta casi impenetrables. Un relevamiento oficial constató, en 2014, que sólo el 25 por ciento de las forestaciones cumplía la condiciones exigibles para mitigar riesgos ante el fuego.
Bomberos advierten que es un tema pendiente, que sigue sin ser resuelto. Directivos del Plan Provincial de Manejo del Fuego lo admiten, aunque marcan que no es sencillo –y menos aún barato– un operativo de ordenamiento.
Córdoba no puede seguir perdiendo árboles y debería promover reforestaciones masivas. Pero con criterio sustentable: revisando qué especies convienen, dónde y, sobre todo, ejerciendo control estatal.
La situación de los pinares abandonados denota ausencia del Estado, sin capacidad ni voluntad de control, como también negligencia de aquellos propietarios privados que ponen en riesgo el patrimonio de sus vecinos y, a la vez, el ambiente, el paisaje y el capital turístico de todos los cordobeses.
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