7 ene 2012

La magia de visitar el Zoo en la oscuridad

La Voz del Interior (07/01/2012)
La magia de visitar el Zoo en la oscuridad



Arrancó anoche un ciclo de verano para observar animales de hábitos nocturnos y disfrutar una travesía educativa en familia.
Buena parte de la fauna que habita el Zoológico de Córdoba deberá acostumbrarse a ser observada no sólo a plena luz del sol, sino también en la oscuridad. Desde anoche y todos los viernes y sábados de enero, el tradicional paseo del Parque Sarmiento ofrece un ciclo de verano para que la gente aprecie a los animales de hábitos crepusculares y nocturnos.
La iniciativa se ejecuta por primera vez en Córdoba y fue tomada de los zoos de ciudades como Puebla (México) y Santiago (Chile). Si el paseo nocturno “prende” entre la gente, la concesionaria del Zoológico, Consultora e Insumos Agropecuarios, evaluará si puede extenderse a las noches de febrero.
La experiencia para chicos y grandes fue emocionante. La Voz del Interior consultó a varias personas que recorrieron el paseo hasta bien entrada la madrugada y casi todas coincidieron en lo mismo: “El Zoo es más lindo de noche que de día”.
De arranque, el público se encontró en su camino con actores que personificaban a aborígenes, piratas y exploradores. Con el libreto correctamente estudiado, contaron fascinantes leyendas relacionadas con animales. Ellos y el resto del personal del Zoo se prepararon dos meses para que la puesta en escena saliera a la perfección.
Los senderos y el lago fueron decorados con adornos luminosos. La cartelería educativa se adecuó a la nocturnidad. En los habitáculos se colocaron luces rojas, muy tenues, para no perturbar a los animales diurnos. Guías y biólogos del Zoo acompañan a los visitantes en el recorrido, y se esmeran en explicarles qué están viendo.
Frente al acuario, un pirata lanza un simpático interrogante como condición de ingreso. “¿De qué están recubiertos los peces?”, pregunta. A coro los niños responden: “De escamas”. Eso basta para franquear el acceso. Una vez dentro del acuario, es posible observar todo tipo de peces: desde bagres y pacúes hasta temibles pirañas.
Pero la atracción principal de los más pequeños es por los coloridos peces payaso, cirujano y ángel, los mismos que aparecen en la película Buscando a Nemo .
Rugidos y show acuático. Luego de ver el comportamiento de los monos mirikiná y el ocelote, los asistentes enfilan por la rampa que lleva al complejo felino, no sin antes sonreírse del explorador desorientado en medio de la jungla.
Ya en la altura, a metros de la rueda de Eiffel, la gente se maravilla cuando observa a dos leones, tres tigres y a la hembra de yaguareté. El derrotero sigue y sólo los afortunados pueden apreciar a la asustadiza pantera, que de a ratos se asoma de su guarida a beber.
A las 22.30 hay función nocturna de lobos marinos en el anfiteatro. Los amaestrados “Zaira”, “Belén” y “Marcos” deleitan al público, sobre todo cuando “Zaira” se niega a juntar los anillos que arroja su entrenador a la pileta, a menos que la recompense con tres pescados. Es el momento de mayor interacción de los chicos con los lobitos, que simulan hablar con la ayuda de una voz en off .
En un rincón del Zoo pueden avistarse lechuzas y búhos, especialistas de la visión en la penumbra. En otro lugar, hay habitáculos para gatos monteses y para mayuatos, fácilmente confundibles por mapaches.
También “trabajan” en el paseo nocturno los hipopótamos, ositos meleros y tapires.
Pero llama demasiado la atención el aguará guazú, similar al zorro aunque tres veces más grande, omnívoro, desgarbado y con un potente aullido. “En la leyenda, el aguará guazú sería el lobizón, pero no es agresivo”, aclara Daniel Villarreal, director del Zoo. Se trata del último animal que ingresó. Y pronto llegarán dos hembras.
Reyes de la noche. No podía faltar un espacio para los murciélagos, aunque el Zoo no cuenta con ellos. Igual hubo ingenio para crear afiches educativos, una cueva con murciélagos falsos y audio para imitar su sonido. Allí una española con una botella de tequila bajo sus brazos consulta a la gente por su murciélago perdido, “Rodolfito”, y enseña a no temerles.
En un espacio destinado a los escorpiones, muchos aprovechan para consultar cuáles son venenosos, cómo proceder si aparecen en casa y qué ocurre con las picaduras. Hay de diverso tamaño y, si se los ilumina con linternas, se ven verdes.
También hay rincones para saber más sobre mamíferos, reptiles y aves, donde cualquiera puede tocar huevos, cráneos, caparazones de tatú carreta y peludo, y púas de puercoespín.
Serpientes, arañas y anfibios son exhibidos en el espacio conocido como “mundo exótico”. Asimismo, hay un espacio dedicado a la fauna autóctona.
“El Zoo nocturno es más interactivo”, indica Villarreal. La bióloga Carla Dal Borgo, quien trabaja en el área de conservación creada en marzo, agrega: “La idea es brindar contenidos más dinámicos y educativos”.
En un iluminado mirador del lago, poblado de garzas y flamencos, un tecladista toca melodías. La gente aprovecha para descansar y comprar jugos de frutas en un puesto cercano.
La travesía puede hacerse en 90 a 120 minutos. Y es ideal para enero actual, que viene con calores difíciles de soportar para las recorridas diurnas. Como de noche la temperatura desciende, el paseo se disfruta más.

Para tener en cuenta
Costos. De noche, la entrada al Zoológico cuesta 48 pesos e incluye pases libres a shows (por ejemplo, de lobos marinos). Los menores de 5 años no pagan.
11 actores. Se disfrazan de exploradores, aborígenes y piratas. Cuentan leyendas cautivantes.
10 guías educativos. Acompañan a la gente en el recorrido y asesoran sobre la fauna del Zoo.
Bares, puestos y música. Hay comidas y bebidas. Venden jugos en la isla de los flamencos y allí un tecladista toca baladas.
Diurno. De 10 a 18.30, el Zoo cuesta 35 pesos. Presentando la tarjeta 365 de La Voz del Interior entran dos y paga uno.
Información. (0351) 421-7648, info@zoo-cordoba.com.ar; www.zoo-cordoba.com.ar

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