12 ago 2011

Desperdigando las semillas del arbolado

Día a Día (12/08/2011)
Desperdigando las semillas del arbolado

José recorre las calles de la ciudad en su auto “maquillado”, alertando sobre la falta de verde y promoviendo la plantación de árboles.
Un portón de madera grueso verde agua, piso adoquinado casi de tierra, techo de chapa y unos parantes tan viejos que la humedad del tiempo comienza a pudrir. Plantas. Una Santa Rita destella su fucsia mientras invade el espacio de una parra. El naranja intenso de otra enredadera también gana territorio en la batalla por el sol en las alturas. Mucho verde. Es el patio silencioso de una vieja casona, y al pasar el umbral de madera hacia afuera uno espera encontrarse con el paisaje árido y salvaje del norte cordobés. Pero no. Del otro lado de la puerta está la calle Lavalleja, Alta Córdoba. Es la casa paterna de José Mauro Giordano, quien a los 8 años plantó por primera vez un árbol y a los 78 anda con su auto ploteado de verde por toda la ciudad vociferando a los cuatro vientos: “Hay que reforestar Córdoba”.
El hombre no duda cuando hace esa afirmación y las gruesas cejas negras de su rostro se unen con preocupación: él recorrió las calles de la ciudad y determinó que existen 408.000 cazuelas vacías en las veredas, 38.260 árboles secos, 51.040 árboles dañados y 571.600 árboles vivos.
Con su auto verde impulsa la campaña Córdoba Bella. El vehículo quedó lleno de hojitas hace una semana cuando lo llevó al taller para el maquillaje y con él tiene pensado recorrer cada barrio de la capital llamando la atención con este mensaje tan importante.
La situación de la ciudad en materia de arbolado es realmente alarmante, desde la Dirección de Espacios Verdes de la Municipalidad reconocen que faltan muchísimas plantas en las veredas y el cemento avanza cada vez con más prepotencia sobre las tierras del Suquía.
Además, José también se queja mucho sobre cómo la Muni planta sus árboles. El hombre asegura que se colocan mal los tutores para que las plantas crezcan, que se las precinta con plástico –lo que impide el crecimiento del tronco– y que muchos no tienen los conductos en las cazuelas para el riego de raíces. “Lo que tenemos es una malversación de fondos públicos: se gasta en árboles que no están bien plantados y cuidados y muchos terminan muriendo”, dice.
Con un enorme despliegue de folletería, José sale todos los días con su auto. Dice que a veces los vecinos se le acercan porque piensan que reparte árboles, pero asegura que con su accionar son muy pocas las conductas que se cambian para mejorar la ciudad.
Con ese empuje verde, durante los últimos meses José estuvo recorriendo los pasillos del Concejo Deliberante para que los candidatos de las próximas elecciones locales tomen nota de esta problemática, y se implementen políticas a largo plazo para revertir la situación. De tanto insistir, este hombre ha llegado a charlar del tema hasta con los candidatos a intendente: “Los vecinos necesitamos que se haga algo al respecto. Si empezamos hoy con una campaña de reforestación, recuperaríamos el verde de Córdoba en 10 años”.
El arbolado aporta oxigenación, es un regulador térmico y ambiental en la ciudad. Por eso, José resalta la importancia que tiene. Hace su trabajo solo, con el apoyo espiritual de su familia, pero afirma que siente una enorme satisfacción cuando se sube al auto para salir a sembrar su “semilla”.

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