29 ago 2010
La gestión de la basura no admite errores
9:13 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (29/08/2010)
La gestión de la basura no admite errores
Por Héctor Campana
La futura política de gestión de la basura de la ciudad de Córdoba debe estar basada en el concepto de las “4R”: reducir, recuperar, reciclar y revalorizar.
En mi labor como concejal de la ciudad de Córdoba, una de mis principales preocupaciones fue contribuir a una gestión responsable de los residuos.
En ese período de mi actuación, la empresa concesionaria reclamaba una deuda de aproximadamente 61 millones de pesos, que generaban día a día cuantiosos intereses. Es así que propuse estudiar cuál era su legitimidad y a cuánto ascendía en la realidad, considerando los costos reales, y cuestionando las famosas fórmulas polinómicas, que hasta ese momento habían constituido el sistema de ajuste para el servicio de recolección y enterramiento de los residuos sólidos urbanos (RSU).
Esa inquietud me llevó a convocar a la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) para determinar la deuda con precisión. La idea no era liquidar a la empresa, sino que se lograra un acuerdo equitativo. Así se hizo y esto permitió beneficiar a los vecinos de la ciudad con una reducción de casi 50 por ciento en la deuda reclamada por la prestataria.
Nuevo vencimiento. En ese mismo período, se producía el vencimiento del servicio. Quien conoce los procedimientos licitatorios sabe que un proceso responsable requiere como mínimo un tiempo no menor a un año entre la redacción de los pliegos, la audiencia pública, la adjudicación, etcétera.
Conociendo esos tiempos, insistí en la confección de los pliegos, tarea que también me fue encomendada por el entonces intendente Luis Juez. Así lo hice, para dejarle un problema resuelto a la próxima gestión.
Entregamos al intendente Juez, junto con la Universidad Nacional de Córdoba, los pliegos que contenían las necesidades del nuevo servicio; además, ejercí una fuerte presión para que se llevara a cabo la licitación, pero el intendente desafortunadamente decidió no convocarla.
La consecuencia de esa decisión fue grave y trasladó el problema a la actual gestión, que intenta resolverlo, en mi opinión, con ingenuidad. Lo complejo de la situación requiere una solución técnica, económica y política, que no acepta margen de error.
Se sabe que en el proceso de gestión de los RSU, las grandes etapas son: la recolección domiciliaria, el tratamiento de la basura (con diferentes procesos en función de la cultura de reciclado y tecnología utilizadas) y la disposición final. Para esta última etapa, se necesita un predio. Recordemos que la Municipalidad de Córdoba se desprendió del que usaba, sin tomar los debidos recaudos. El tema de los RSU involucra no sólo la limpieza de la ciudad sino la salud de sus habitantes, entre muchos otros aspectos.
Dónde ponerla. Hoy, la realidad es que la ciudad no tiene dónde llevar la basura de manera definitiva, ni dónde instalar las plantas de tratamiento, cualquiera sea la tecnología que quiera adoptar. Esto se agrava porque parece que la idea es resolver el problema individualmente, sin considerar la posibilidad de trabajar con algunos municipios del área metropolitana, administrando predios en conjunto, y el tratamiento a escala de la basura para reducir costos.
¿Qué hacer ahora? Es difícil dar una solución precisa cuando no se conocen los números exactos, pero sí pueden darse lineamientos de cómo resolver el problema.
Se pueden considerar soluciones innovadoras, pero con asesoramiento técnico en serio, estudiando de forma exhaustiva y responsable las tecnologías a solicitar. Si se convoca a empresas privadas, debe conformarse de manera adecuada un órgano de control que garantice la prestación eficiente del servicio en todas sus fases y etapas prefijadas en los pliegos.
La política de gestión debe estar basada en el concepto de las "4R": reducir, recuperar, reciclar y revalorizar. Debemos enterrar cada vez menos. Para dar solución a la recolección y al tratamiento de la basura, es necesario analizar la alternativa de un predio de enterramiento común con otros municipios, logrando una buena ecuación en función de la distancia de transporte y las toneladas a enterrar o tratar.
Un problema serio será encontrar el predio adecuado para la disposición final. Si partimos de la nueva zonificación de áreas metropolitanas, la elección del lugar deberá ser justificada con estudios de impacto ambiental y programas de auditorías ambientales que garanticen tranquilidad a los vecinos, si los hay.
Implantar el predio involucra la tarea de una excelente comunicación con los habitantes de la zona, con información clara; en ese sentido, el Manual de Gestión Ambiental y Social de la Municipalidad de Córdoba es una herramienta útil a la hora de generar consenso.
En definitiva, la gestión de los residuos sólidos urbanos debe ser integral, incluyendo como principios rectores la minimización y la revalorización, sin dejar de abordar la dimensión institucional y la problemática socioambiental, relacionada con la reinserción social de los recuperadores informales de la basura, la erradicación total y definitiva de basurales a cielo abierto y la posibilidad de la complementación metropolitana.
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La gestión de la basura no admite errores
Por Héctor Campana
La futura política de gestión de la basura de la ciudad de Córdoba debe estar basada en el concepto de las “4R”: reducir, recuperar, reciclar y revalorizar.
En mi labor como concejal de la ciudad de Córdoba, una de mis principales preocupaciones fue contribuir a una gestión responsable de los residuos.
En ese período de mi actuación, la empresa concesionaria reclamaba una deuda de aproximadamente 61 millones de pesos, que generaban día a día cuantiosos intereses. Es así que propuse estudiar cuál era su legitimidad y a cuánto ascendía en la realidad, considerando los costos reales, y cuestionando las famosas fórmulas polinómicas, que hasta ese momento habían constituido el sistema de ajuste para el servicio de recolección y enterramiento de los residuos sólidos urbanos (RSU).
Esa inquietud me llevó a convocar a la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) para determinar la deuda con precisión. La idea no era liquidar a la empresa, sino que se lograra un acuerdo equitativo. Así se hizo y esto permitió beneficiar a los vecinos de la ciudad con una reducción de casi 50 por ciento en la deuda reclamada por la prestataria.
Nuevo vencimiento. En ese mismo período, se producía el vencimiento del servicio. Quien conoce los procedimientos licitatorios sabe que un proceso responsable requiere como mínimo un tiempo no menor a un año entre la redacción de los pliegos, la audiencia pública, la adjudicación, etcétera.
Conociendo esos tiempos, insistí en la confección de los pliegos, tarea que también me fue encomendada por el entonces intendente Luis Juez. Así lo hice, para dejarle un problema resuelto a la próxima gestión.
Entregamos al intendente Juez, junto con la Universidad Nacional de Córdoba, los pliegos que contenían las necesidades del nuevo servicio; además, ejercí una fuerte presión para que se llevara a cabo la licitación, pero el intendente desafortunadamente decidió no convocarla.
La consecuencia de esa decisión fue grave y trasladó el problema a la actual gestión, que intenta resolverlo, en mi opinión, con ingenuidad. Lo complejo de la situación requiere una solución técnica, económica y política, que no acepta margen de error.
Se sabe que en el proceso de gestión de los RSU, las grandes etapas son: la recolección domiciliaria, el tratamiento de la basura (con diferentes procesos en función de la cultura de reciclado y tecnología utilizadas) y la disposición final. Para esta última etapa, se necesita un predio. Recordemos que la Municipalidad de Córdoba se desprendió del que usaba, sin tomar los debidos recaudos. El tema de los RSU involucra no sólo la limpieza de la ciudad sino la salud de sus habitantes, entre muchos otros aspectos.
Dónde ponerla. Hoy, la realidad es que la ciudad no tiene dónde llevar la basura de manera definitiva, ni dónde instalar las plantas de tratamiento, cualquiera sea la tecnología que quiera adoptar. Esto se agrava porque parece que la idea es resolver el problema individualmente, sin considerar la posibilidad de trabajar con algunos municipios del área metropolitana, administrando predios en conjunto, y el tratamiento a escala de la basura para reducir costos.
¿Qué hacer ahora? Es difícil dar una solución precisa cuando no se conocen los números exactos, pero sí pueden darse lineamientos de cómo resolver el problema.
Se pueden considerar soluciones innovadoras, pero con asesoramiento técnico en serio, estudiando de forma exhaustiva y responsable las tecnologías a solicitar. Si se convoca a empresas privadas, debe conformarse de manera adecuada un órgano de control que garantice la prestación eficiente del servicio en todas sus fases y etapas prefijadas en los pliegos.
La política de gestión debe estar basada en el concepto de las "4R": reducir, recuperar, reciclar y revalorizar. Debemos enterrar cada vez menos. Para dar solución a la recolección y al tratamiento de la basura, es necesario analizar la alternativa de un predio de enterramiento común con otros municipios, logrando una buena ecuación en función de la distancia de transporte y las toneladas a enterrar o tratar.
Un problema serio será encontrar el predio adecuado para la disposición final. Si partimos de la nueva zonificación de áreas metropolitanas, la elección del lugar deberá ser justificada con estudios de impacto ambiental y programas de auditorías ambientales que garanticen tranquilidad a los vecinos, si los hay.
Implantar el predio involucra la tarea de una excelente comunicación con los habitantes de la zona, con información clara; en ese sentido, el Manual de Gestión Ambiental y Social de la Municipalidad de Córdoba es una herramienta útil a la hora de generar consenso.
En definitiva, la gestión de los residuos sólidos urbanos debe ser integral, incluyendo como principios rectores la minimización y la revalorización, sin dejar de abordar la dimensión institucional y la problemática socioambiental, relacionada con la reinserción social de los recuperadores informales de la basura, la erradicación total y definitiva de basurales a cielo abierto y la posibilidad de la complementación metropolitana.
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