3 sept 2006

Cuatro meses sin agua

La Voz del Interior (03/09/2006)
Más de cuatro meses sin una gota en la zona

Río Tercero, Tancacha. Hace más de cuatro meses que no llueve, llevan contabilizados, sobre todo, los productores agropecuarios de la zona. ¿Lloverá en setiembre o habrá que esperar, como arriesgan algunos pronósticos, hasta octubre?
Este interrogante no sólo se escucha ya en el campo, sino en las ciudades y en pueblos. Desde hace tiempo, las nubes, si es que aparecen, pasan de largo por el cielo de la región sin descargar una sola gota.
“Desde abril que no llueve y si algunas gotas cayeron fue con milimetrajes insignificantes”, precisó Héctor Ester, a cargo de la Agencia Zonal de la Secretaría de Agricultura de la Provincia, con sede en Tancacha.
La mayor preocupación es del sector agropecuario. Es que se necesita una buena precipitación para cargar los perfiles de humedad en el suelo, vital para la siembra de los granos de la cosecha gruesa (como la soja) y en algunas zonas, especialmente en las sierras, necesaria para que crezcan las pasturas para el ganado. “No es para asombrarse que no haya llovido en esta época y especialmente en agosto; estamos en una zona semiárida”, aclaró Ester. Y agregó: “Según los pronósticos, promediando octubre recién se estaría iniciando el ciclo de lluvias”.
Para la soja, que aún no fue sembrada, resulta mucho más vital que el agua de invierno la que se deberá descargar tras la siembra, fundamentalmente durante el verano.

A tiempo
Setiembre se inició con un fuerte viento cargado de nubes de tierra. “Esto es preocupante porque produce una mayor vaporización de la humedad y ésta, en el suelo, ha venido descendiendo de manera alarmante”, explicó Ester. De todas maneras, el agrónomo aclaró que si comienza a llover bien en octubre, la próxima campaña de soja no correría peligro en la región.
La mayor parte de la oleaginosa comienza a sembrarse en esta zona en noviembre. “Se necesitaría de alguna lluvia en setiembre, pero por el maíz, que ahora tiene buenos precios y es fundamental que ande bien para la rotación de cultivos. Si esa precipitación no llega, estaría más complicado”, detalló Ester.
Si bien desde abril los campos sufren la falta de agua, Ester reiteró que desde julio hasta setiembre, lo normal en la región –por estadísticas históricas– es que sea un período seco, excepto algunos años con más agua, que resultaron “ser la excepción a la regla”.

Estadísticas de agosto
Las estadísticas convalidan el análisis de Ester. En los registros históricos que posee la Agencia Zonal Tancacha, efectivamente el octavo mes del año no se ha caracterizado por ser llovedor, sino que por el contrario es uno de lo más secos.
No sólo están las mediciones para corroborarlo, sino los relatos de los más antiguos habitantes. Es conocido y casi una tradición que se aguarda un cambio de tiempo cuando se presenta “la tormenta de Santa Rosa” (cada fin de agosto) que en esta ocasión solo insinuó con descargar algo de agua, pero sólo fue viento y tierra. Incluso, en algunas oportunidades, julio (considerado más seco aún) superó a agosto en lluvias.
En los últimos 33 años, sólo llovió algunos pocos milímetros en agosto en 19 de ellos. El año en donde agosto descargó su mayor cantidad de agua en la zona fue 1983, con 42 milímetros. Entre las excepciones está también el agosto del año pasado cuando cayeron 26 milímetros, mucho más de lo habitual y del cero que marcó ese mismo mes de este año.
Julio, setiembre y octubre
“Pero para considerar el efecto en los campos, hay que mirar cómo llovió antes para los perfiles de humedad en el suelo y sobre todo hacia delante, en setiembre y especialmente en octubre”, explican los agrónomos.
Tomando ese análisis, julio nunca fue un mes con lluvias importantes en la región, aunque superó en algunas oportunidades a agosto, llegando incluso a marcar, como un hecho muy excepcional, 132 milímetros en 1985.
En setiembre, mientras tanto, la lluvia fue casi una constante, aunque esa tendencia disminuyó en los últimos años.
En los últimos 33 años, sólo en cinco no existieron precipitaciones en setiembre. El mayor registro se produjo en 1978 con 359 milímetros, causando serios problemas en algunos campos y una mal recordada inundación en Tancacha.
El mes más variable, y menos predecible, parece ser setiembre. Entre 1973 y 1983 llovió este mes todos los años; en la década siguiente en todos menos uno, y en lo que va de 1993 a 2006 fueron cuatro años sin precipitaciones. Si sirve como dato, en setiembre del año pasado cayeron 31 milímetros.
Octubre, en tanto, pasó siempre con agua. De los 33 años que lleva registro la agencia zonal de la Secretaría de Agricultura, siempre algo llovió en el décimo mes del año. El año pasado, por ejemplo, los pluviómetros marcaron 45 milímetros de agua caída en esta zona.
Hay quienes piensan que el llamado “calentamiento global” está variando los milimetrajes de lluvias. Los registros históricos no parecen mostrarlo porque el nivel, en promedio, se mantiene desde que se llevan estadísticas en la zona, que hablan de algo más de 700 milímetros como media para esta región.

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