25 ago 2019

El Ctalamochita con déficit hídirco

El Diario de Villa María (25/08/2019)
El Ctalamochita en déficit: tiene un quinto de su caudal histórico

El director de Ambiente dijo que el módulo histórico es de 27 metros cúbicos y hoy no pasa los cinco. Ni siquiera se puede medir el nivel del agua porque está debajo de las reglas
El módulo histórico del río Ctalamochita en su paso por Villa María y Villa Nueva es de 27 metros cúbicos: hoy no pasa de los cinco metros cúbicos. Es decir, está muy bajito, a un quinto de su nivel normal, en situación de déficit.
Desde hace unos meses, en la plataforma de datos abiertos que tiene el Gobierno de Martín Gill, se publican los niveles del curso de agua.
“La gestión apuntó a hacer un monitoreo permanente, sobre todo porque en verano se generan algunas alertas, y los vecinos tienen temor a los anegamientos. Nosotros estamos siempre en contacto con la provincia, pero hay un tramo importante desde los embalses hasta la ciudad y tratamos de ver las variables que tiene durante el año para hacer un control de la cantidad de agua que pasa”, explicó Germán Tissera, el director de Ambiente de la Municipalidad, quien confirmó una situación de déficit actual.
El geólogo precisó que en la localidad se mide el Ctalamochita desde tres puntos: entre la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos y la planta depuradora de líquidos cloacales, debajo del puente Andino y en el puente Alberdi. El panorama actual hace que ni siquiera esas reglas den cuenta de la altura del río.
“Hay una regla para medir, que estaba calibrada con un equipo electrónico que nos indicaba que a tanta altura que veíamos marcada sobre la regla se reflejaba un valor del caudal. Hoy hay un déficit importante porque el río está por debajo de la regla”, advirtió.
Lo vinculó a dos variables: “Se socavó el sustrato del agua y además hay bajo caudal, porque en esta época del año hay una retención del recurso hídrico en los embalses, donde se está reteniendo para usos hidráulicos y generación de energía”.
Ante preguntas de este matutino, el especialista apuntó que suele haber variaciones en las mediciones de los tres puntos de la ciudad, aunque son mínimas.
Actualmente “hay estabilidad, porque por el bajo caudal están todos más o menos en el mismo orden”.
Tissera recalcó que, en el marco de “un manejo muy antrópico” del curso de agua, “se elevó en los últimos años la cantidad de meses en los que el río está crecido”. Ahora se transita un tiempo en el que está sucediendo todo lo contrario.
“Tiene un módulo de 27 metros cúbicos históricos, pero hoy calculamos que no pasan más de cuatro o cinco metros cúbicos, es muy poco”, reveló.
Fue cuando se le preguntó sobre la  altura en centímetros que representa este módulo, que aclaró que hoy no se puede saber. “Está por debajo de la regla, que está medida respecto a un piso. Esa regla, que se instaló en 2015, se fue socavando porque el río tiene una dinámica de mucho movimiento de bancos de arena, y esos bancos de arena van socavando el sustrato, que sería un material más arcilloso, lo que llamamos la tosca, que hace que se mantenga impermeable y que el agua no se vaya más hacia las napas sino que corra superficial, que se mantenga ahí, como si fuera el fondo de un balde”.
“Eso se ha bajado producto de que venimos teniendo tres o cuatro años en los que los caudales están por encima de la media que debería ser durante el verano, porque hay regulación antrópica de embalses”, graficó.
En todo este contexto, el geólogo señaló que están “trabajando con algunas tesis de la universidad en ver cuál debe ser el caudal ideal para que la biota (N. de la R.: conjunto de los organismos vivos) del agua se mantenga estable y no tengamos un déficit tan grande como en algunas épocas o tan elevado como cuando hay que regularlo”. Se está analizando precisamente “para intentar apuntar una visión diferente sobre cómo se trabaja en la cuenca”.
Consultado sobre la repercusión del déficit, recordó que la ciudad tiene “el beneficio de contar con un cauce de agua, lo que genera un cambio de microclima de la zona”.
“Es un atemperador importantísimo, tanto el agua de superficie como de subsuelo genera atemperamientos. Si hacés una perforación te vas a encontrar conque el agua está alrededor de 18 grados, pero afuera hace cero grado. Sucede con el agua del río y del mar también, eso es lo que mantiene estable la temperatura de la Tierra, si no se dispararía”, ilustró.
Entonces, subrayó que “es importante mantener un caudal porque necesitamos que la biota también sobreviva y que el río cumpla su función ambiental -así como los árboles- la función básica de regulación de la temperatura”.

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