15 abr 2007

CC y agricultura

La Voz del Interior (15/04/2007)
El cambio climático hará caer en un 20% los rindes de los campos

Un estudio de la Universidad dice que en el 2020 habrá más lluvias pero no serán suficientes para los cultivos porque también subirán las temperaturas. Temen escasez de agua y extinción de especies
El calentamiento global, causante directo del cambio climático, traerá aparejado una caída del orden del 20 por ciento en los rindes de los campos del sur cordobés, según se desprende de un trabajo proyectivo con miras al 2020, hecho por agrometeorólogos de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC).
Este estudio forma parte de un informe de las Naciones Unidas difundido recientemente que pronostica un aumento de la temperatura del planeta como así también de las lluvias y los desastres naturales.
Por ejemplo, dice que en el 2050 el cambio climático podría amenazar al 50 por ciento de las superficies agrícolas en América Latina.
Para Río Cuarto y la región también se vaticinan escasez de agua y extinción de animales a raíz de la deforestación y la expansión de los territorios agrícolas (ver página 17).
“Comparto el informe en su totalidad. Es más tengo que decir que en este informe que desencadena toda esta preocupación se incluyen trabajos de distintas partes del mundo sobre cambio climático, entre ellos estudios nuestros”, dijo a PUNTAL el experto en agrometeorología Roberto Seiler.
Y añadió: “El informe en cuestión comprende dos partes. Los estudios de lo que ocurrió. Por ejemplo, el aumento de las precipitaciones en ciertos lugares, la disminución de las lluvias, el incremento de las inundaciones, el aumento de las sequías. Otro aspecto es lo que podría ocurrir hacia el futuro, por ejemplo en el 2050”.
Aclaró que no se trata de un pronóstico sino de la reconstrucción de distintos escenarios: “Si se continúa consumiendo combustibles fósiles al mismo ritmo de hoy, desforestando la misma cantidad y derrochando energía y agua la situación podría ser tal. Si el mundo se comporta distinto, los resultados serán de otra manera”.
Explicó que en realidad el desencadenante de toda esta problemática es el aumento de la temperatura del planeta: “Es decir la presencia de mayor cantidad de gases invernaderos”.
El trabajo de la cátedra de Agrometeorología hace una proyección con miras al 2020, tras repasar los últimos treinta años en materia climática.
“En Córdoba, en los últimos treinta años, detectamos un aumento en las lluvias en el período de verano. Esto tiene que ver con el corrimiento de la frontera agrícola”, comentó Seiler.
Y acotó: “Con respecto al 2020, a pesar de que tendríamos incremento de lluvias, el aumento de las temperaturas nos está indicando la necesidad de una mayor cantidad de agua para poder hacer frente a los cultivos”. Ejemplificó diciendo que si producir un kilo de trigo requiere 1.000 litros de agua, en el futuro se necesitará 1.200.
-¿Eso significa que a pesar de las lluvias hará falta más agua?
-Puede que esa agua no alcance. Puede haber un acortamiento de los ciclos de los cultivos dado que la mayor temperatura va a apurarlos. Y ese acortamiento puede llevar a una reducción del rendimiento.
-¿En qué porcentaje?
-Un 20 por ciento menos que el promedio de estos últimos años.
Seiler señaló como otras de las consecuencias del cambio climático un crecimiento en los niveles de erosión. “Los suelos con el trabajo agrícola se van desmejorando. En la medida en que los suelos están expuestos a monocultivos y tienen cada vez menos pasturas por el desplazamiento de la ganadería pierden su capacidad para almacenar agua. Por ende, podría aumentarse la erosión”, alertó.
Indicó también que las fuentes de agua se verán comprometidas por contaminaciones y escasez: “Lo que puede existir es que haya agua pero que no esté preparada para el consumo porque no existe infraestructura”.
¿Cómo se pueden mitigar los efectos del calentamiento global? Seiler dijo que los países industrializados deben disminuir las emisiones de gases y agregó que a nivel de los municipios se pueden impulsar campañas para evitar, por ejemplo, el derroche de agua.
Pero no todo es tan sencillo. “Así los países dejasen de emitir en un 50 por ciento, no arreglamos la situación inmediatamente. Dado que una molécula de carbono persiste de 50 a 100 años en la atmósfera y tardará mucho en disminuir”, señaló. Aunque advirtió: “Pero si seguimos inyectando más gases la situación será peor”.

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