14 ene 2017

Agua de más



Día a Día (14/01/2017)
Córdoba bajo la amenaza del agua

Por el cambio climático y otros fenómenos, los temporales son cada vez más frecuentes ¿Qué hace falta para que la ciudad no se inunde cada vez que llueve?
La ciudad necesita, con urgencia, más obras de desagües y mayor capacitación ciudadana para reducir los daños que causan los temporales cada vez más frecuentes.
Las tormentas de los últimos tres años generaron complicaciones, sobre todo, en la zona sur y en el noroeste de la ciudad, además de los barrios y asentamientos que están cerca del río Suquía.
Dentro de las 19 amenazas que la Municipalidad tiene establecidas, las tormentas son la número uno del ranking, por ocurrencia y magnitud. “Durante los veranos 2014-15 y 2015-16 tuvimos muchos problemas tanto por el volumen de precipitación caída como en intensidad. Inclusive con víctimas fatales”, confió Hugo Garrido, subsecretario de Emergencia Urbana municipal. Según la información del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) que maneja la Muni, se estima que este verano habrá menos precipitaciones. Pero puede haber algún evento intenso y dañino.
“Nuestra ciudad ya es compleja por ser el tercer ejido más grande del mundo. Sumado a eso, su geografía, topografía e infraestructura urbana la hacen susceptible a tener problemas con el agua”, consideró Garrido.
Y graficó: “Córdoba es un pozo con una zanja en el medio, que es el río”.
Desde hace al menos una década, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), alerta sobre el riesgo de inundación en esta región de la Argentina. En su último informe, publicado en 2014, el organismo (uno de los más confiables en el mundo en la materia) advirtió sobre las amenazas y sugirió medidas para reducir la vulnerabilidad: una gestión integral de los recursos hídricos, desarrollar infraestructura, contar con sistemas de alerta temprana, mejorar las predicciones meteorológicas y controlar enfermedades infecciosas.
En este sentido, Garrido sostuvo: “El principal problema es qué hacemos con el excedente de agua cuando precipita o crecen los ríos. Ahí hay que hablar de los desagües, obras de infraestructura básica para una ciudad”.
Ante la consulta de Día a Día, la secretaría de Planeamiento e Infraestructura municipal informó que en los últimos cinco años se ejecutaron 25 obras de desagüe. Y agregaron que hay cuatro en ejecución y cuatro planificados. Además, esperan hacer otras siete obras junto con la Provincia. Llama la atención que en la planificación no esté proyectada una solución para Villa Páez, un barrio que se inunda de manera sistemática sin necesidad de que caigan demasiados milímetros de agua.
Mas vulnerables. Garrido explicó que las zonas más vulnerables de los últimos años son el sur, el noroeste y las costas del río. En el sur, hay zonas bajas y anegables. Y en el noroeste, hacia Villa Allende, lo que complica son las urbanizaciones. “El río está cerca y es un imán para el agua. Es un área de pequeñas cañadas, microcuencas. La mancha urbana se ha extendido y eso impermeabiliza el suelo”, dijo el funcionario. “Claro que tiene que haber lagunas de retardo, obras de desagüe y canalizaciones. Pero igual el agua no se absorbe, pasa como tiro.”
Silvia Fontana es doctora en Política y Gobierno por la Universidad Católica de Córdoba y autora de investigaciones sobre gestión de riesgos y desastres. Para la especialista, la ciudad es cada vez más eficiente en la administración del desastre, pero le falta gestionar el riesgo para evitar los desastres.
“Cuando hablamos de riesgo hablamos de amenaza y de vulnerabilidades. Cuanto mayores sean las vulnerabilidades que se generan en torno a una amenaza, si ésta se materializa, será más grave”, explicó.
“En Córdoba tenemos dos cursos de agua importantes: el río y el arroyo de La Cañada. Al recibir mucha cantidad de agua las consecuencias son exponenciales. ¿Por qué? Porque son muchas las vulnerabilidades que se generan alrededor de esa amenaza”, sostuvo.
“Alrededor de La Cañada y del río se están haciendo muchos emprendimientos inmobiliarios y por supuesto que esas son vulnerabilidades que se generan alrededor del curso de agua”, ejemplificó. “Otro gran factor de vulnerabilidad es la pobreza”, dijo.
Saber qué hacer. Fontana también señaló que para reducir los riesgos es necesario que la población esté informada y capacitada. En ese sentido, en Defensa Civil de la Municipalidad explicaron que en cada CPC hay comités de emergencia comunitarios. Éstos están integrados por centros vecinales, bomberos, Policía instituciones de las sociedad civil, servicios de salud, etc. “Se hacen capacitaciones y mapeo de recursos”, explicó Natalia Roldán, técnica en Gestión de Riegos del organismo.
Sin embargo, admitieron que les cuesta llegar con las capacitaciones a los barrios. “Nosotros vamos al centro vecinal con todo el material para conformar el comité de emergencia barrial pero hay poco interés. Siembre lo urgente mata a lo importante”, lamentó Garrido.
El funcionario también apeló a la colaboración ciudadana en cuestiones cotidianas.
“Sacar la basura a deshora o dejar la bolsa en el piso tapa los desagües. Lo mismo ocurre si se dejan escombros en la calle.” Advirtió también sobre los desastres que se generan al conectar de manera ilegal el desagüe pluvial a las cloacas u otras actitudes, como no respetar señalizaciones básicas. “Hemos visto automovilistas que frenan cuando la Costanera está cortada, bajan del auto, sacan la cinta, y pasan”.
Alertas tempranas. ¿Cómo y cuándo se entera la Municipalidad de que puede haber tormentas intensas? “Tenemos varias fuentes”, dijo Garrido.
“La primer alerta es la del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Y después está el sistema de Defensa Civil, integrado por el sistema de emergencias del Gobierno nacional y la Dirección de Defensa Civil provincial”.
Para el meteorólogo Manuel Guzmán, quien trabajó en el SMN y en la Fuerza Aérea, ese esquema no es suficiente. “Es necesario tener un verdadero sistema de alerta temprana. Y hay una gran confusión con ese concepto. Lo que hay hoy son alarmas, pero no alertas tempranas”, dijo. Y objetó el hecho de que la ciudad y la Provincia se manejen sólo con la información del SMN. “Cuando el SMN emite una alerta dice: ‘Para Córdoba’. Pero vaya si la provincia es grande. ¿En qué parte de Córdoba? No se sabe. Porque el SMN no da abasto”, opinó.
Para Guzmán, es necesario que la Provincia y la ciudad cuenten con meteorólogos propios que, en base a la información de las estaciones distribuidas en el territorio, puedan prever con varios días de anticipación los eventos climáticos.

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Más Información:

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1 comentarios:

Informes e inscripciones dijo...

La imposicion de hacer obras de filtracion a grandes superficies urbanas es una medida no considerada y util.

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