19 ago 2013

La construcción sustentable no es más costosa

Día a Día (19/08/2013)
La construcción sustentable cuesta igual que la tradicional

Constructores y expertos aseguran que el metro cuadrado tiene el mismo valor, aunque puede encarecerse un 10% si se utiliza tecnología. Los beneficios son muchos. En Córdoba ya hay grandes emprendimientos sustentables.
Construir un metro cuadrado en Córdoba cuesta 4.000 pesos, según datos difundidos en junio por la Dirección de Estadística del Ministerio de Planificación provincial. Estos costos están calculados para la construcción tradicional, sin embargo, expertos en otro tipo de construcción, la sustentable, aseguran que edificar con criterios que respetan al medio ambiente cuesta lo mismo y reporta múltiples beneficios.
“Se piensa que la arquitectura sustentable es más cara que la tradicional, pero no tiene por qué ser así”, dice el arquitecto Matías Dinardi, profesor universitario y asesor de la comisión de arquitectura sustentable del Colegio de Arquitectos de Córdoba, y agrega: “En principio debería costar lo mismo. Aunque si se le incorpora tecnología sustentable, el costo puede irse hasta un diez por ciento más”.
¿Qué significa que la construcción sea sustentable? “Básicamente, que trabaje en relación con los medios naturales para conseguir una mejor eficiencia energética”, dice Dinardi. A la construcción sustentable se la conoce por varios nombres: bio-construcción, eco-construcción, arquitectura bioclimática. Tiene, fundamentalmente, dos caras que parecen opuestas –la ecológica y la tecnológica– pero que tienden al mismo objetivo: la reducción del consumo energético y la disminución del impacto ambiental.
Grandes emprendimientos. La construcción sustentable existe desde hace cuarenta años, pero en Córdoba recién ahora se la está teniendo en cuenta para grandes emprendimientos. Antes algunos la consideraba como una excentricidad y otros pensaban que era demasiado cara. “Ahora se está moviendo, los clientes nos buscan específicamente para trabajos de construcción sustentable”, reconoce el arquitecto Dinardi, que trabajó recientemente para Jorge Ribeiro Construcciones, asesorando en la realización de torres sustentables (Rae) en la ciudad.
“Ribeiro está haciendo cinco edificios ecológicos, con muros verdes y reciclado de agua, para los que estuvimos estudiando el movimiento del sol. Ellos calcularon que construir de este modo les iba a salir apenas un cinco por ciento más caro”, dice Dinardi. Las torres –ubicadas en barrio Güemes, a lo largo de la avenida Pueyrredón– estarán terminadas entre 2015 y 2018.
Otros edificios construidos con estrategias sustentables son el del Sanatorio Allende Cerro, en barrio Villa Belgrano; y el que Tarjeta Naranja está construyendo en calle Tablada, entre Jujuy y Sucre, en el centro de la ciudad, con estrategias aprobadas por las normas internacionales de certificación Leed.
También, en la zona oeste de la ciudad se va a construir, el año que viene, un club sustentable: estará en los terrenos del colegio Domingo Savio, muy cerca del nudo vial que están construyendo en El Tropezón. El proyecto de este club (diseñado por el estudio NN, al que pertenece Dinardi) ganó este año el Primer Premio de Arquitectura y Diseño Urbano Sustentable.
Construcción inteligente. La construcción sustentable busca que la calefacción y la refrigeración se hagan sobre todo con medios más naturales –el sol y el viento– no sólo a través de calefactores o aire acondicionados. Lo primero que hay que hacer es estudiar el movimiento del sol. El objetivo es simple: se busca que el sol entre en el invierno y no en el verano, para lo cual hay que estudiar la posición y tamaño de las ventanas, los aleros, y la ubicación de baños y placares, para que “amortigüen” el calor.
Después se estudian los vientos de la zona, para aprovecharlos en la refrigeración mediante la ventilación cruzada, para que todo el aire vaya renovando. Hay estrategias para aprovecharlos incluso en paredes y techos de doble cubierta.
Después se trabaja en las aislaciones. En lugar de hacer todas las paredes con ladrillos de 30 centímetros, se pueden hacer dobles muros, cámaras de aire, combinar el ladrillo macizo con el ladrillo hueco, colocar una placa aislante dentro del muro, estrategias que pueden incluso cuadriplicar la aislación con la misma cantidad de ladrillos.
Estas estrategias tienden a reducir notablemente el consumo de gas y electricidad en una vivienda, por lo que, si la inversión inicial alcanza el 10 por ciento de incremento en relación a una construcción tradicional, el costo será amortizado en algunos años.
Energía. El objetivo es la reducción del consumo energético y la disminución del impacto en el ambiente.

Tendencia tecnológica
No es necesario que todas las casas sustentables tengan una estética rústica. Pueden estar en la vanguardia del diseño, como esta casa que el estudio NN edificó recientemente en un country de la ciudad (arriba).
“Hay que elegir qué tipo de artefacto de calefacción o refrigeración queremos, puede tener un calefón solar y un panel fotovoltaico que genera electricidad. Hay precios muy variables para estos productos –un panel para abastecer de electricidad a 250 metros cuadrados puede costar cinco mil dólares– que te encarecen la inversión inicial hasta un 10 por ciento, pero después terminás ahorrando en consumo energético·”, dice el arquitecto Dinardi.
Esta vivienda sustentable cuenta con muros dobles, calefones solares, paneles fotovoltaicos, parasoles móviles, invernaderos y un sistema de reutilización de aguas.
La fachada oeste es totalmente ciega y tiene muros dobles aislantes. Los postigones que cierran los dormitorios tienen una doble función: al cerrarse dan obturación total pero al rebatirse están pensados como parasoles hacia el oeste.

Tendencia ecológica
La llamada bio-construcción tiene en Córdoba un barrio paradigmático: el eco barrio de Salsipuedes. Sus casas están edificadas con adobe, un material excelente en cuestiones térmicas. En todas las sierras de Córdoba hay casas con este estilo. La que aparece en las fotos, por ejemplo, fue edificada con ladrillos de adobe, y tiene actualmente un techo con cubierta verde y desagües para recolección de aguas pluviales. Fue construida en 2011, en Tanti, por El Chajá Bioconstrucción.
“Los ambientes de una casa bio –dice Joaquín Gracián, bioconstructor de El Chajá– son más térmicos y estables a lo largo de todo el año. Se valen de los sistemas de techos verdes, baños secos, estufas mejoradas y paneles solares”.
Gracián dice que la mano de obra cuesta lo mismo que en la construcción común, y que la dirección de obra es entre y 7 y el 15 por ciento del valor total de la obra. Dice que los materiales que se utilizan son, principalmente, los que haya en el lugar donde se desee construir, como “tierra, arena, piedras, madera, ramas y agua” de la zona, aunque también, si el terreno no dispone de ellos en cantidad, pueden comprarse como en la mayoría de las construcciones.
Según Gracián, en las sierras, el metro cuadrado puede rondar los 3.000 pesos, siempre que se construya de manera “autoconstructiva”, lo que abarata el proyecto hasta un 30 por ciento. Si, por el contrario, se trata de un proyecto profesional, “la bioconstrucción cuesta más o menos lo mismo que la construcción con ladrillos y cemento más común, pero tiene muchas más ventajas”. Los beneficios, explica Gracián, “son todos”. “Una casa bio es una inversión viva, o sea, los materiales se pueden reutilizar cuantas veces se quiera; y además del ahorro energético y el cuidado al medio ambiente, se trata de una construcción natural que tendrá un mejor fluir de las energías”.

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