29 oct 2012
La importancia del recuperador urbano
7:55 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
El Puntal de Río Cuarto (29/10/2012)
“Sin recuperadores no hay política ambiental que se pueda sustentar”
La Cooperativa Todo Sirve es la primera experiencia a nivel local que nuclea a un grupo de cartoneros y busca formalizar la actividad, en sintonía con una tendencia que crece en el país. En la ciudad, casi 400 familias viven de la recolección y separación de residuos, lo que favorece el reciclaje y la inclusión social
En Río Cuarto se generan cada día alrededor de 250 toneladas de basura, lo que se traduce en altos costos para el municipio y en un fuerte impacto al medio ambiente.
Mientras tanto, alrededor de 380 familias de la ciudad viven de la recolección y separación de residuos, una actividad realizada desde los márgenes y sin reconocimiento estatal que, sin embargo, favorece el reciclaje y abre las puertas a la inclusión social de los sectores más postergados.
En este contexto surge la Cooperativa Todo Sirve, la primera experiencia a nivel local que nuclea a un grupo de recuperadores urbanos con el objetivo de mejorar sus condiciones laborales. En sintonía con la tendencia que se expresa en otros lugares del país, sus integrantes exigen políticas de Estado que reconozcan a los cartoneros como trabajadores formales y fomenten su participación en la recolección y el tratamiento de la basura.
“Sin recuperadores no hay política ambiental que se pueda sustentar”, expresó Claudia Kenbel, docente universitaria que integra la cooperativa ubicada en el barrio Islas Malvinas. Sus palabras evocan la demanda de reconocimiento que sostienen asociaciones de cartoneros de todo el país y uno de los ejes centrales del Primer Encuentro Nacional de Recuperadores Urbanos que se realizó en agosto de este año en Buenos Aires, del que también participó la asociación riocuartense.
“Cumplimos un rol importante que no está reconocido”, dijo por su parte la integrante de la cooperativa local Soledad Barrera respecto al aporte que la actividad implica para el medio ambiente.
De hecho, en el mencionado encuentro, se destacó que en el país se reciclan en promedio 1.600 toneladas de residuos por día y el 92 por ciento del total lo realizan los recuperadores.
Distintos municipios del país ya han avanzado en el reconocimiento formal de los recuperadores, especialmente a través de leyes o programas que designan la recolección de la basura de un sector de la ciudad a asociaciones de cartoneros. Hasta ahora, la ciudad de Buenos Aires es la que más ha avanzado en este sentido.
Mientras tanto, en Río Cuarto, pese a la existencia del Programa Recuperadores Urbanos de Residuos del municipio, la precariedad laboral y las dificultades económicas siguen aquejando a la mayoría de los trabajadores del sector.
La cooperativa local
La Cooperativa Todo Sirve, conformada formalmente a principios de 2011, tiene como objetivo mejorar las condiciones sociales y laborales de los recuperados del barrio Islas Malvinas de nuestra ciudad.
“La cooperativa sirve para mostrar, con todas las dificultades que tenemos, que es posible una organización del sector”, relató Kenbel.
Y precisó: “Es la oportunidad de contar con herramientas de trabajo de uso colectivo -como puede ser una prensa enfardadora, una moledora de escombros- para que la actividad que se hace de manera individual empiece a aumentar el volumen y entonces ahí sí poder pelear mejores precios en el mercado o generar otras vías de comercialización distintas a las más usuales”, relató Kenbel.
La realidad que viven actualmente los ocho integrantes de la asociación local expresa las condiciones de precariedad que deben enfrentar los recuperadores urbanos de Río Cuarto.
En un galpón ubicado en la margen norte del río, la asociación acopia botellas plásticas, cartón, vidrio y papel, con la intención de procesarlos, venderlos a un mejor precio y lograr que reingresen al circuito productivo.
Para ello, después de casi dos años de esfuerzos, ya cuentan con el lugar, los trabajadores, los materiales y las máquinas necesarias. Sin embargo, la posibilidad de tratar los residuos para comercializarlos se encuentra paralizada porque no poseen luz en el barrio.
“Si tuviéramos luz podríamos prensar el cartón, el nylon, para sacar un poco más de ganancia, porque hoy con intermediarios estamos ganando la mitad de lo que podríamos estar ganando con el trabajo que hacemos”, contó Barrera en este sentido.
Las experiencias en el país
A través del Primer Encuentro Nacional de Recuperadores Urbanos, del que participaron 70 cooperativas de todo el país, los integrantes de la organización local pudieron conocer la situación de los cartoneros de otras ciudades. De esa forma, descubrieron las grandes diferencias que separan su realidad cotidiana de aquella que viven los trabajadores formales de la ciudad de Buenos Aires.
“Allá la gente está más apoyada, tienen ropa, les dan equipos, hasta un camión les han dado”, comentó el integrante de la Cooperativa Todo Sirve, Guillermo Funes. Y continuó: “A los chicos los ponen en una guardería para que no vayan a cirujear”.
Según Kenbel, las mejoras en las condiciones laborales de los recuperadores dependen fundamentalmente del rol del Estado. En ese marco, la investigadora de la UNRC explicó que en Capital Federal está estipulado por ley que las cooperativas de cartoneros se encuentran a cargo de la recolección de residuos de un sector de la ciudad. Algo similar ocurre en Rosario, donde a través de un ente municipal, los recuperadores recolectan la basura de ciertas zonas de esa localidad.
“La experiencia demuestra que los recuperadores pueden hacerse cargo de la recolección, pueden trabajar en este sentido. Lo vienen haciendo, pero de una manera asistemática, informal, con muchos obstáculos”, sostuvo al respecto la investigadora.
Reciclaje con inclusión
El trabajo de las cooperativas de cartoneros logra, al mismo tiempo, realizar un aporte al medio ambiente y favorecer la inclusión de sectores marginados social y económicamente.
“Desde el trabajo cuidan el medio ambiente, porque hacen una separación que no hacemos muchos otros sectores sociales”, aseguró en este sentido Kenbel. Y agregó que los recuperadores “son en parte los protagonistas que han permitido que no revienten los enterramientos sanitarias porque, si bien se forman microbasurales porque algunos los hacen en sus casas, la política de separación hace que muchos residuos que irían al enterramiento estén recuperados y a través de la intermediación vuelvan a entrar al mercado en forma de materiales reciclados”.
En ese marco, desde la Cooperativa Todo Sirve reafirman la necesidad de políticas que reconozcan a los cartoneros como trabajadores formales y que se encuentren “en la línea del reciclado con inclusión social, que es la línea que se está tratando de manejar a nivel nacional”.
Esto implica, tal como señaló la docente de la universidad local, que se reconozcan los derechos sociales y laborales del recuperador, “que le pertenecen, no por dádiva sino por su trabajo, y ése es el reconocimiento del cirujeo como trabajo”, acotó.
Teniendo en cuenta la precariedad que los cartoneros enfrentan en nuestra ciudad y en muchas otras localidades argentinas, desde la cooperativa consideraron que para lograr su incorporación al sistema de recolección y tratamiento de residuos, su trabajo debe estar acompañado de una política de Estado a nivel nacional.
De cualquier manera, también destacaron la posibilidad de comenzar a darle más lugar al trabajo de los recuperadores a nivel local, a través de experiencias como las observadas en otras ciudades. En este sentido, manifestaron que los cartoneros podrían comenzar a ocuparse de la recolección de un sector de la ciudad, una instancia que también permitiría una mayor organización de los recuperadores.
“Es un aprendizaje que hay que hacer, para pasar de un modelo más individual o familiar, que es como ellos trabajan en general, a un modelo que puede ser cooperativo, asociativo, con herrramientas de trabajo a disposición, con tecnología y vinculación con otros saberes, por ejemplo, de la universidad”, consideró Kenbel.
Ver Noticia On Line
.
“Sin recuperadores no hay política ambiental que se pueda sustentar”
La Cooperativa Todo Sirve es la primera experiencia a nivel local que nuclea a un grupo de cartoneros y busca formalizar la actividad, en sintonía con una tendencia que crece en el país. En la ciudad, casi 400 familias viven de la recolección y separación de residuos, lo que favorece el reciclaje y la inclusión social
En Río Cuarto se generan cada día alrededor de 250 toneladas de basura, lo que se traduce en altos costos para el municipio y en un fuerte impacto al medio ambiente.
Mientras tanto, alrededor de 380 familias de la ciudad viven de la recolección y separación de residuos, una actividad realizada desde los márgenes y sin reconocimiento estatal que, sin embargo, favorece el reciclaje y abre las puertas a la inclusión social de los sectores más postergados.
En este contexto surge la Cooperativa Todo Sirve, la primera experiencia a nivel local que nuclea a un grupo de recuperadores urbanos con el objetivo de mejorar sus condiciones laborales. En sintonía con la tendencia que se expresa en otros lugares del país, sus integrantes exigen políticas de Estado que reconozcan a los cartoneros como trabajadores formales y fomenten su participación en la recolección y el tratamiento de la basura.
“Sin recuperadores no hay política ambiental que se pueda sustentar”, expresó Claudia Kenbel, docente universitaria que integra la cooperativa ubicada en el barrio Islas Malvinas. Sus palabras evocan la demanda de reconocimiento que sostienen asociaciones de cartoneros de todo el país y uno de los ejes centrales del Primer Encuentro Nacional de Recuperadores Urbanos que se realizó en agosto de este año en Buenos Aires, del que también participó la asociación riocuartense.
“Cumplimos un rol importante que no está reconocido”, dijo por su parte la integrante de la cooperativa local Soledad Barrera respecto al aporte que la actividad implica para el medio ambiente.
De hecho, en el mencionado encuentro, se destacó que en el país se reciclan en promedio 1.600 toneladas de residuos por día y el 92 por ciento del total lo realizan los recuperadores.
Distintos municipios del país ya han avanzado en el reconocimiento formal de los recuperadores, especialmente a través de leyes o programas que designan la recolección de la basura de un sector de la ciudad a asociaciones de cartoneros. Hasta ahora, la ciudad de Buenos Aires es la que más ha avanzado en este sentido.
Mientras tanto, en Río Cuarto, pese a la existencia del Programa Recuperadores Urbanos de Residuos del municipio, la precariedad laboral y las dificultades económicas siguen aquejando a la mayoría de los trabajadores del sector.
La cooperativa local
La Cooperativa Todo Sirve, conformada formalmente a principios de 2011, tiene como objetivo mejorar las condiciones sociales y laborales de los recuperados del barrio Islas Malvinas de nuestra ciudad.
“La cooperativa sirve para mostrar, con todas las dificultades que tenemos, que es posible una organización del sector”, relató Kenbel.
Y precisó: “Es la oportunidad de contar con herramientas de trabajo de uso colectivo -como puede ser una prensa enfardadora, una moledora de escombros- para que la actividad que se hace de manera individual empiece a aumentar el volumen y entonces ahí sí poder pelear mejores precios en el mercado o generar otras vías de comercialización distintas a las más usuales”, relató Kenbel.
La realidad que viven actualmente los ocho integrantes de la asociación local expresa las condiciones de precariedad que deben enfrentar los recuperadores urbanos de Río Cuarto.
En un galpón ubicado en la margen norte del río, la asociación acopia botellas plásticas, cartón, vidrio y papel, con la intención de procesarlos, venderlos a un mejor precio y lograr que reingresen al circuito productivo.
Para ello, después de casi dos años de esfuerzos, ya cuentan con el lugar, los trabajadores, los materiales y las máquinas necesarias. Sin embargo, la posibilidad de tratar los residuos para comercializarlos se encuentra paralizada porque no poseen luz en el barrio.
“Si tuviéramos luz podríamos prensar el cartón, el nylon, para sacar un poco más de ganancia, porque hoy con intermediarios estamos ganando la mitad de lo que podríamos estar ganando con el trabajo que hacemos”, contó Barrera en este sentido.
Las experiencias en el país
A través del Primer Encuentro Nacional de Recuperadores Urbanos, del que participaron 70 cooperativas de todo el país, los integrantes de la organización local pudieron conocer la situación de los cartoneros de otras ciudades. De esa forma, descubrieron las grandes diferencias que separan su realidad cotidiana de aquella que viven los trabajadores formales de la ciudad de Buenos Aires.
“Allá la gente está más apoyada, tienen ropa, les dan equipos, hasta un camión les han dado”, comentó el integrante de la Cooperativa Todo Sirve, Guillermo Funes. Y continuó: “A los chicos los ponen en una guardería para que no vayan a cirujear”.
Según Kenbel, las mejoras en las condiciones laborales de los recuperadores dependen fundamentalmente del rol del Estado. En ese marco, la investigadora de la UNRC explicó que en Capital Federal está estipulado por ley que las cooperativas de cartoneros se encuentran a cargo de la recolección de residuos de un sector de la ciudad. Algo similar ocurre en Rosario, donde a través de un ente municipal, los recuperadores recolectan la basura de ciertas zonas de esa localidad.
“La experiencia demuestra que los recuperadores pueden hacerse cargo de la recolección, pueden trabajar en este sentido. Lo vienen haciendo, pero de una manera asistemática, informal, con muchos obstáculos”, sostuvo al respecto la investigadora.
Reciclaje con inclusión
El trabajo de las cooperativas de cartoneros logra, al mismo tiempo, realizar un aporte al medio ambiente y favorecer la inclusión de sectores marginados social y económicamente.
“Desde el trabajo cuidan el medio ambiente, porque hacen una separación que no hacemos muchos otros sectores sociales”, aseguró en este sentido Kenbel. Y agregó que los recuperadores “son en parte los protagonistas que han permitido que no revienten los enterramientos sanitarias porque, si bien se forman microbasurales porque algunos los hacen en sus casas, la política de separación hace que muchos residuos que irían al enterramiento estén recuperados y a través de la intermediación vuelvan a entrar al mercado en forma de materiales reciclados”.
En ese marco, desde la Cooperativa Todo Sirve reafirman la necesidad de políticas que reconozcan a los cartoneros como trabajadores formales y que se encuentren “en la línea del reciclado con inclusión social, que es la línea que se está tratando de manejar a nivel nacional”.
Esto implica, tal como señaló la docente de la universidad local, que se reconozcan los derechos sociales y laborales del recuperador, “que le pertenecen, no por dádiva sino por su trabajo, y ése es el reconocimiento del cirujeo como trabajo”, acotó.
Teniendo en cuenta la precariedad que los cartoneros enfrentan en nuestra ciudad y en muchas otras localidades argentinas, desde la cooperativa consideraron que para lograr su incorporación al sistema de recolección y tratamiento de residuos, su trabajo debe estar acompañado de una política de Estado a nivel nacional.
De cualquier manera, también destacaron la posibilidad de comenzar a darle más lugar al trabajo de los recuperadores a nivel local, a través de experiencias como las observadas en otras ciudades. En este sentido, manifestaron que los cartoneros podrían comenzar a ocuparse de la recolección de un sector de la ciudad, una instancia que también permitiría una mayor organización de los recuperadores.
“Es un aprendizaje que hay que hacer, para pasar de un modelo más individual o familiar, que es como ellos trabajan en general, a un modelo que puede ser cooperativo, asociativo, con herrramientas de trabajo a disposición, con tecnología y vinculación con otros saberes, por ejemplo, de la universidad”, consideró Kenbel.
Ver Noticia On Line
.
Etiquetas:
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Suscribirse
Entradas
Comentarios
0 comentarios: