28 feb 2011
Crese: recuperación y canon
4:51 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (28/02/2011)
Ya se recuperan 133 mil kilos mensuales
Los trabajos son realizados por dos cooperativas de cartoneros en el Centro Modelo de Reciclado de Crese.
De trabajar en la calle con carros tirados a caballos, muchas veces con toda la familia encima, desparramando los residuos en la vía pública, a formar parte de un proceso ordenado, con ingresos mínimos asegurados por mes, con aportes jubilatorios y cobertura médica.
Ese cambio lo experimentaron más de un centenar de cartoneros que participan en el procesamiento y selección de materiales reciclables en el Centro Modelo que Crese posee en la zona del ex mercado de Abasto, en la ciudad de Córdoba.
Gracias a su trabajo, los cartoneros ya lograron marcar un promedio de 133 mil kilos mensuales de materiales como cartón, vidrio, papel y plástico. Si bien la cifra parece insignificante en relación a las 1.800 toneladas diarias de basura que se producen en la Capital, es un primer paso hacia el afianzamiento de este proceso que, además de tener un valor ambiental importante, posee un incalculable beneficio social.
Centro verde. El Centro Modelo de Reciclado se inauguró a finales del año pasado en la zona del ex mercado de Abasto. Allí se instaló el centro verde que antes funcionaba en uno de los viejos galpones del ferrocarril en la estación Mitre. “Es un centro que está entre los mejores del país”, subrayó Fernando Cámara, titular de Crese, empresa municipal a cargo de la recolección y tratamiento de los residuos en Córdoba.
Las nuevas instalaciones son más confortables que las anteriores; y el trabajo, mucho más ordenado. En una superficie de mil metros cuadrados hay cintas transportadoras en las que se realiza la selección manual de los materiales, prensas, trituradoras de telgopor y contenedores.
Allí se procesa lo que se recoge a través del servicio de recolección diferenciada de Crese y de lo que juntan los zootropos (motocargas) en el centro de la ciudad. La mayor parte de los materiales proviene de los comercios del centro, y en menor medida de la diferenciada, ya que la participación de los vecinos todavía es escasa.
Trabajan alrededor de 130 personas de dos cooperativas de cartoneros: Reciclado e Inclusión y Cartoneros Organizados. “A una de las cooperativas se le liquida diariamente lo que recaudan, y a la otra una vez por semana”, comentó Humberto Spaccesi, encargado del centro de reciclado.
“Son personas que se incorporaron al mercado de trabajo y ganan según su esfuerzo”, destacó Spaccesi. Por ejemplo, con un remanente que se obtuvo en el último trimestre se estableció un mecanismo distributivo según la dedicación y la actitud frente al trabajo. La selección la realizaron los coordinadores y los presidentes de las cooperativas. Al final, los trabajadores que calificaron como “muy buenos” se llevaron un extra de alrededor de 600 pesos.
Cambios personales. “Estamos bien, en los 30 años que llevo de cartonero jamás estuve de esta manera”, destacó Pablo Silva, presidente de Cartoneros Organizados. “Tenemos respaldo y trabajo para los jóvenes”, agregó.
“Antes juntábamos en el centro, acopiábamos y pagábamos flete. Ahora tenemos los zootropos, nos pagan según los kilos que juntamos y además hay un remanente a fin de mes”, explicó Silva.
Hugo Arrieta, de Reciclado e Inclusión, destacó el nuevo horario que se estableció para la recolección de reciclables en el área central (después de las 17) y la actitud de los comerciantes que colaboran en el sistema. “Hay un grupo de carreros que no quiere venir a la civilización, que no quieren mejorar su calidad de vida”, manifestó Arrieta, al tiempo que comentó que cuentan con obra social y aportes jubilatorios ya que todos son monotributistas sociales. En promedio, cada persona cobra por mes unos tres mil pesos.
Ahora, con las nuevas zonas de diferenciada que se agregan a partir de hoy (ver Larga la diferenciada.. .), se suman 20 personas más al trabajo. “Con colaboración de los vecinos, es más trabajo para nosotros, más inclusión”, subrayó Arrieta.
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La Mañana de Córdoba (28/02/2011)
El “canon” de Crese subió un 40% en dos años
La empresa municipal cuenta actualmente con 1.550 empleados, 250 más que los que revistaban en Cliba hace dos años.
En sus dos años de existencia, la Municipalidad aumentó su dedicación a la Crese en un 40%, un porcentaje en buena parte nominal de actualización por inflación y el resto por una cobertura que ha seguido el crecimiento vegetativo de la ciudad y también por novedades en sus servicios. Cuando Cliba se alejó del servicio, el “canon” pagado por la Municipalidad fue de $ 16.500.000, y dos años después, el aporte municipal llegó a $ 23.103.899. En cualquier caso, muy lejos de los $ 38 millones que cotizó Cliba en agosto de 2008 en la fallida licitación.
Esta firma municipal, creada a las apuradas en febrero de 2009 ante el repliegue de la empresa del Grupo Roggio y el fracaso de la licitación pública del servicio, cuenta con una ventaja decisiva para su desarrollo: el ejemplo de la otra empresa propiedad del municipio, la Tamse, que en sus 9 años de existencia constituye un excelente ejemplo de lo que no se debe hacer con una empresa del Estado.
Desde que asumiera Ignacio Olocco, a fines de setiembre del año pasado, la Tamse no ha dado nuevos motivos para el escándalo, pero su historia ha sido recorrer un periplo que va de una empresa perdidosa a una ruinosa.
Cuando comenzó, la flota de la Crese era mayoritariamente el equipamiento alquilado a Cliba. Hoy, con sus 24 meses de existencia, cuenta ya con un equipamiento propio 108 vehículos, de los cuales 84 son camiones y el resto unidades livianas para supervisión y mantenimiento.
Estamos hablando de una escala de inversión del orden de los $ 40 millones, sin contar con lo colocado en el predio sobre la Ruta 36 donde actualmente se entierran los residuos, en donde la información oficial indica que se ha preparado el lugar y construido instalaciones por otros $ 11 millones. (Accesoriamente, lo significativo de esta inversión podría estar indicando cuáles son las intenciones del municipio cuando el 31 de marzo deba decidir si abandona o no este terreno para la deposición final de los residuos).
A los nuevos servicios sumados, como la recolección diferenciada en toda la ciudad que comienza hoy (ver aparte), la Crese tiene que dar cuenta actualmente de 19.127 inmuebles y su correspondiente generación de residuos y 545 cuadras nuevas para la recolección y barrido.
La dotación de personal que dejó Cliba fue de 1.300 trabajadores; la Crese sumó 250 hasta totalizar 1.550 empleados permanentes. Esto ha significado un crecimiento cercano al 20% en sus dos años de existencia, lo que constituye el dato más inquietante en vista del mencionado “modelo Tamse” referido más arriba.
La empresa municipal debe resolver aún cuál será el predio definitivo que elija para la deposición final de los residuos. No hay información oficial pero, como se dijo antes, el nivel de inversiones sobre el terreno provisorio que hoy utiliza, sobre la Ruta 36 pero dentro de los límites del ejido urbano. Este es posiblemente el tema pendiente más importante a resolver por la empresa antes de que termine la gestión de Daniel Giacomino.
Tras la caída de la adjudicación a la empresa Innviron para el tratamiento de los residuos, queda un ensayo sin muchas perspectivas de futuro para el tratamiento y deposición final de la basura. Más por falta de tiempo que por su calidad, esta oferta pareciera que no va a trasponer el escritorio del presidente de la empresa, Fernando Cámara.
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Ya se recuperan 133 mil kilos mensuales
Los trabajos son realizados por dos cooperativas de cartoneros en el Centro Modelo de Reciclado de Crese.
De trabajar en la calle con carros tirados a caballos, muchas veces con toda la familia encima, desparramando los residuos en la vía pública, a formar parte de un proceso ordenado, con ingresos mínimos asegurados por mes, con aportes jubilatorios y cobertura médica.
Ese cambio lo experimentaron más de un centenar de cartoneros que participan en el procesamiento y selección de materiales reciclables en el Centro Modelo que Crese posee en la zona del ex mercado de Abasto, en la ciudad de Córdoba.
Gracias a su trabajo, los cartoneros ya lograron marcar un promedio de 133 mil kilos mensuales de materiales como cartón, vidrio, papel y plástico. Si bien la cifra parece insignificante en relación a las 1.800 toneladas diarias de basura que se producen en la Capital, es un primer paso hacia el afianzamiento de este proceso que, además de tener un valor ambiental importante, posee un incalculable beneficio social.
Centro verde. El Centro Modelo de Reciclado se inauguró a finales del año pasado en la zona del ex mercado de Abasto. Allí se instaló el centro verde que antes funcionaba en uno de los viejos galpones del ferrocarril en la estación Mitre. “Es un centro que está entre los mejores del país”, subrayó Fernando Cámara, titular de Crese, empresa municipal a cargo de la recolección y tratamiento de los residuos en Córdoba.
Las nuevas instalaciones son más confortables que las anteriores; y el trabajo, mucho más ordenado. En una superficie de mil metros cuadrados hay cintas transportadoras en las que se realiza la selección manual de los materiales, prensas, trituradoras de telgopor y contenedores.
Allí se procesa lo que se recoge a través del servicio de recolección diferenciada de Crese y de lo que juntan los zootropos (motocargas) en el centro de la ciudad. La mayor parte de los materiales proviene de los comercios del centro, y en menor medida de la diferenciada, ya que la participación de los vecinos todavía es escasa.
Trabajan alrededor de 130 personas de dos cooperativas de cartoneros: Reciclado e Inclusión y Cartoneros Organizados. “A una de las cooperativas se le liquida diariamente lo que recaudan, y a la otra una vez por semana”, comentó Humberto Spaccesi, encargado del centro de reciclado.
“Son personas que se incorporaron al mercado de trabajo y ganan según su esfuerzo”, destacó Spaccesi. Por ejemplo, con un remanente que se obtuvo en el último trimestre se estableció un mecanismo distributivo según la dedicación y la actitud frente al trabajo. La selección la realizaron los coordinadores y los presidentes de las cooperativas. Al final, los trabajadores que calificaron como “muy buenos” se llevaron un extra de alrededor de 600 pesos.
Cambios personales. “Estamos bien, en los 30 años que llevo de cartonero jamás estuve de esta manera”, destacó Pablo Silva, presidente de Cartoneros Organizados. “Tenemos respaldo y trabajo para los jóvenes”, agregó.
“Antes juntábamos en el centro, acopiábamos y pagábamos flete. Ahora tenemos los zootropos, nos pagan según los kilos que juntamos y además hay un remanente a fin de mes”, explicó Silva.
Hugo Arrieta, de Reciclado e Inclusión, destacó el nuevo horario que se estableció para la recolección de reciclables en el área central (después de las 17) y la actitud de los comerciantes que colaboran en el sistema. “Hay un grupo de carreros que no quiere venir a la civilización, que no quieren mejorar su calidad de vida”, manifestó Arrieta, al tiempo que comentó que cuentan con obra social y aportes jubilatorios ya que todos son monotributistas sociales. En promedio, cada persona cobra por mes unos tres mil pesos.
Ahora, con las nuevas zonas de diferenciada que se agregan a partir de hoy (ver Larga la diferenciada.. .), se suman 20 personas más al trabajo. “Con colaboración de los vecinos, es más trabajo para nosotros, más inclusión”, subrayó Arrieta.
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El “canon” de Crese subió un 40% en dos años
La empresa municipal cuenta actualmente con 1.550 empleados, 250 más que los que revistaban en Cliba hace dos años.
En sus dos años de existencia, la Municipalidad aumentó su dedicación a la Crese en un 40%, un porcentaje en buena parte nominal de actualización por inflación y el resto por una cobertura que ha seguido el crecimiento vegetativo de la ciudad y también por novedades en sus servicios. Cuando Cliba se alejó del servicio, el “canon” pagado por la Municipalidad fue de $ 16.500.000, y dos años después, el aporte municipal llegó a $ 23.103.899. En cualquier caso, muy lejos de los $ 38 millones que cotizó Cliba en agosto de 2008 en la fallida licitación.
Esta firma municipal, creada a las apuradas en febrero de 2009 ante el repliegue de la empresa del Grupo Roggio y el fracaso de la licitación pública del servicio, cuenta con una ventaja decisiva para su desarrollo: el ejemplo de la otra empresa propiedad del municipio, la Tamse, que en sus 9 años de existencia constituye un excelente ejemplo de lo que no se debe hacer con una empresa del Estado.
Desde que asumiera Ignacio Olocco, a fines de setiembre del año pasado, la Tamse no ha dado nuevos motivos para el escándalo, pero su historia ha sido recorrer un periplo que va de una empresa perdidosa a una ruinosa.
Cuando comenzó, la flota de la Crese era mayoritariamente el equipamiento alquilado a Cliba. Hoy, con sus 24 meses de existencia, cuenta ya con un equipamiento propio 108 vehículos, de los cuales 84 son camiones y el resto unidades livianas para supervisión y mantenimiento.
Estamos hablando de una escala de inversión del orden de los $ 40 millones, sin contar con lo colocado en el predio sobre la Ruta 36 donde actualmente se entierran los residuos, en donde la información oficial indica que se ha preparado el lugar y construido instalaciones por otros $ 11 millones. (Accesoriamente, lo significativo de esta inversión podría estar indicando cuáles son las intenciones del municipio cuando el 31 de marzo deba decidir si abandona o no este terreno para la deposición final de los residuos).
A los nuevos servicios sumados, como la recolección diferenciada en toda la ciudad que comienza hoy (ver aparte), la Crese tiene que dar cuenta actualmente de 19.127 inmuebles y su correspondiente generación de residuos y 545 cuadras nuevas para la recolección y barrido.
La dotación de personal que dejó Cliba fue de 1.300 trabajadores; la Crese sumó 250 hasta totalizar 1.550 empleados permanentes. Esto ha significado un crecimiento cercano al 20% en sus dos años de existencia, lo que constituye el dato más inquietante en vista del mencionado “modelo Tamse” referido más arriba.
La empresa municipal debe resolver aún cuál será el predio definitivo que elija para la deposición final de los residuos. No hay información oficial pero, como se dijo antes, el nivel de inversiones sobre el terreno provisorio que hoy utiliza, sobre la Ruta 36 pero dentro de los límites del ejido urbano. Este es posiblemente el tema pendiente más importante a resolver por la empresa antes de que termine la gestión de Daniel Giacomino.
Tras la caída de la adjudicación a la empresa Innviron para el tratamiento de los residuos, queda un ensayo sin muchas perspectivas de futuro para el tratamiento y deposición final de la basura. Más por falta de tiempo que por su calidad, esta oferta pareciera que no va a trasponer el escritorio del presidente de la empresa, Fernando Cámara.
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