31 jul 2018

Jesús María urbaniza terrenos que se inundaron en 2015



La Voz del Interior (31/07/2018)
Un acto de desidia e irresponsabilidad

Por Juan Manuel Rodríguez - Biólogo, docente e investigador

La Municipalidad de Jesús María, a través de su área de Planeamiento Urbano, dio factibilidad a un loteo de 178 unidades ubicado en las márgenes del río Guanusacate, no sólo en su ribera, sino también en parte del territorio que fue arrasado por las crecidas de febrero y de marzo de 2015.
Además, está en proceso la evaluación de impacto ambiental de este proyecto, que incluye una audiencia pública que se realizó el pasado lunes 16 de julio.
Es de una irresponsabilidad muy importante lo actuado por la comuna, y espero que la Secretaría de Ambiente resuelva no dar licencia ambiental a este proyecto.
Tal como los expertos climatólogos y geólogos informaron en aquella ocasión, este tipo de fenómenos naturales fueron recurrentes en nuestra región y van a seguir ocurriendo. Sin embargo, la magnitud, la frecuencia, el tiempo y la ubicación de estos eventos son muy impredecibles, y por lo tanto nos llevan al ámbito de la incertidumbre ambiental.
En este escenario, debemos atender no sólo la peligrosidad del fenómeno, sino también la vulnerabilidad y la exposición al riesgo a las que está sometida la población.
Es frecuente encontrar casos de índole ambiental allí donde intereses económicos particulares imperan por sobre el bienestar común o sobre la gestión territorial del riesgo y no sólo se oculta información clave, sino que se convence a la población de que no existe peligro.
En este caso en particular, llama la atención que en el documento que da factibilidad al loteo El Iván no se tuvo en cuenta el informe del Instituto Nacional del Agua (INA) sobre la amenaza de inundación y erosión de márgenes en el área urbana de Jesús María.
Es casi paradójico que este estudio fue encargado por la propia Municipalidad y que se encuentra disponible desde diciembre de 2017. El INA concluye, entre otras consideraciones, que el incremento de los daños registrado en 2015 es producto del aumento de la exposición por ocupación de áreas inestables, y que no es adecuada proteger las riberas disminuyendo la sección del cauce porque se ocupan sectores expuestos a erosión e inundación. Y específicamente indica que no deben ser urbanizados los sectores ribereños como el loteo El Iván.
Este informe tampoco fue mencionado en el estudio de impacto ambiental fechado en junio de este año.
A tres años de aquella catástrofe, las ciudades y los pueblos más afectados todavía se están recuperando y parece increíble que se vuelva a actuar con desidia e irresponsabilidad. Las autoridades deben tener en cuenta que están poniendo en riesgo la vida de los futuros compradores de esos lotes o, peor aún, la vida de los hijos o nietos de quienes construyan allí sus viviendas.

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