10 jun 2011

La caza de palomas deja 600 tn de plomo al año

La Voz del Interior (10/06/2011)
La caza de palomas deja 600 toneladas de plomo por año



Quedan sobre el suelo cordobés, mientras Santa Fe acaba de dictar una norma que limita el uso de esas municiones. Advierten sobre la contaminación que generan.
Unas 600 toneladas de plomo quedan por año diseminadas sin control en los suelos cordobeses. Sobre todo, desde el centro hacia el norte de la provincia. Es un metal pesado, contaminante de riesgo para el ambiente y la salud humana.
Hay algunos puntos en Córdoba que, sin industria alguna, tienen tanto plomo en aire y en suelo como zonas de algunos países altamente industrializados. La explicación está en la caza, sobre todo en el turismo cinegético. Dicho más claro: en los millones de disparos de escopeta con municiones de plomo que usan cazadores para matar palomas.
Córdoba es quizá la provincia más beneficiada por los ingresos económicos que deja esa clase de turismo, en la que dominan los visitantes extranjeros. Pero es también la más perjudicada por los residuos de plomo que deja.
No es la única. Santa Fe, por ejemplo, también recibe a miles de cazadores, aunque en ese caso detrás de los patos. Y es en Santa Fe donde se ha dado el primer paso en el país para al menos empezar a limitar el uso de plomo con este fin.
En Córdoba, en 2004 se presentó el primer proyecto de ley para restringir el uso de municiones de plomo. Nunca fue tratado.
Santa Fe, en la reglamentación de caza deportiva para 2011, establece por primera vez la exigencia de que al menos el 25 por ciento de las municiones a utilizar en caza de patos y otras especies no sea de plomo sino de metales alternativos no contaminantes. Y para palomas, cotorras y otras consideradas plagas se fija un límite de 50 unidades por cazador si usan plomo, pero sin tope si utilizan otras municiones.
Diego Gurvich, biólogo de la UNC e investigador del Co-nicet, señaló a este diario que “el paso dado en Santa Fe al menos implica asumir el pro-blema y es un avance respecto de Córdoba”.
Hebe Ferreyra, veterinaria cordobesa que viene estudiando la fauna de patos santafesina, marcó que esa provincia “es la primera del país que al menos comienza a hablar de limitaciones al plomo”. Ferreyra integra la internacional Sociedad de Conservación de Vida Silvestre, que junto a la Universidad Nacional del Litoral y otros organismos, viene estudiando el tema. “Es cierto que el control de esta reglamentación será di-?fícil. Más sencillo sería si la prohibición fuese total. Pero el mensaje de ir buscando esa eliminación, de ir generando conciencia, ya es un paso”, graficó Ferreyra a La Voz del Interior .
La especialista admitió que una dificultad en Argentina es que “no se consiguen municiones alternativas”, como las de acero. “Hay que importarlas, y los negocios del rubro no las tienen. Pero si se crea la demanda las pueden traer; además podrían empezar a fabricarlas en el país”, señaló. “Es lo que pasó en los muchos países que ya prohibieron las municiones de plomo”, acotó.
Ferreyra destacó que en Santa Fe la cámara de empresarios ligados al turismo de caza “no se opuso” a la modificación.
En Córdoba, la paloma es considerada plaga. Favorecida por el incremento de las áreas cultivadas y el consiguiente desmonte, aumentó notoriamente su población.
El dilema central no es que la caza elimine millones de palomas por año, sino que con esta modalidad muchos creen que el plomo acumulado será en ciertas regiones una plaga mucho más peligrosa.

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Proyectos de ley que no encuentran tratamiento

Un proyecto que proponía prohibir el uso de municiones de plomo en la caza de la paloma empezó a ser debatido en 2004.
Había sido presentado por el entonces legislador Carlos Nouzeret (PJ). Pero con el tiempo, sin tratamiento, quedó archivado. Sectores que apoyaban la discusión de esa ley señalan que hubo una fuerte presión en contra. Y la interpretan por el lado del intenso movimiento de dinero que genera esta actividad, que moviliza por año a miles de cazadores extranjeros, de alto poder adquisitivo. Mientras, en el Congreso nacional hay un proyecto en estudio que propone “prohibir la comercialización, venta y uso de municiones que contengan plomo para la actividad de caza menor deportiva y comercial, en todo el territorio de la Nación”. Fue presentado por la senadora por Córdoba Norma Morandini. Pero no fue aún tratado por sus pares.
En ese proyecto se cita que la ley nacional 24.051 de residuos peligrosos, incluye al plomo entre éstos, por considerarlo entre los que “pueden causar daño, directa o indirectamente, a seres vivos o contaminar suelo, agua y atmósfera”.
Algunos sostienen que esa ley podría usarse para evitar que toneladas de plomo queden tiradas tras las jornadas de caza. Pero otros argumentan que esa regulación refiere sólo a “los residuos industriales” y que la caza deportiva escapa a la norma por estar inscripta como “actividad turística y no industrial”.

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Alta contaminación en campos del norte

Un estudio del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal ?de la Universidad Nacional de Córdoba comprobó el problema.
El organismo, que dirige ?María Luisa Pignata, comprobó que determinadas zonas de esta provincia tienen valores significativamente superiores de plomo a los permitidos para áreas no industrializadas.
El equipo de investigadores tomó el año pasado 94 muestras en diferentes zonas de Córdoba. La conclusión fue que en campos donde se practicaba con alguna frecuencia tiro a las palomas se registraron los niveles muy altos de plomo, en aire y suelo. Los más altos fueron en varios puntos del norte provincial, donde en la última década más crecieron esos cotos de caza. Desde la Cámara de Turismo Cinegético de Córdoba defienden la actividad. Apuntan que los cazadores de palomas componen el 10 por ciento del turismo internacional que llega a Córdoba y argumentan que “en ningún sitio la paloma es tan plaga como en Córdoba”. Al conocer esos estudios de la UNC, Octavio Crespo, titular de esa cámara empresaria, dijo al diario Día a Día : “No estamos cerrados a conocer inves-tigaciones, siempre y cuando sean imparciales. Hasta donde yo sé, no está comprobado que las municiones tengan efectos adversos en la salud humana”.
Los empresarios del sector advierten que las municiones de acero hoy cuestan tres veces más que las de plomo. Y que los cazadores prefieren a éstas porque son más eficientes por “tener el peso justo”. Se calcula que a Córdoba arriban del exterior unos ocho mil extranjeros por año a practicar la caza de la paloma torcaza o dorada.

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