2 ago 2023

Villa Nueva rindió un homenaje a la Pachamama

 


El Puntal de Villa María (02/08/2023)
En Villa Nueva, hubo ofrendas a la Pachamama

Integrantes de la comunidad boliviana de Villa Nueva, junto a vecinos y representantes de comunidades aborígenes y funcionarios municipales, realizaron este martes una breve y sentida actividad para celebrar el Día de la Pachamama.
El evento, realizado cada 1° de agosto, reunió a una buena cantidad de personas, que participaron del ritual en el que se brindan ofrendas a la tierra, se pide por lo que vendrá y se agradece por lo recibido.

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El Diario de Villa María (02/08/2023)
Ofrenda para la Madre Tierra

Con la presencia de dos comunidades indígenas, la aymara -de Bolivia- y la de los comechingones, por Córdoba y la Argentina, junto a las autoridades del municipio de Villa Nueva y un nutrido grupo de gente, se llevó a cabo ayer esta ceremonia noble y ancestral
El 1 de agosto es el Día de la Pachamama, seguramente, la celebración más importante de los pueblos originarios andinos. Esta se viene celebrando desde hace miles de años por las comunidades ancestrales. “Pacha” significa “tierra” y el significado de “mama”  es el mismo que le damos nosotros a nuestras madres. Con este ritual se pide por otro año de buenas cosechas, prosperidad y armonía, así como agradecer todo lo que la Madre Tierra nos dio en el que acaba de pasar.
En realidad todo el mes es parte de la festividad, el cual incluye sahumar las casas, huertas y corrales para alejar a los malos espíritus.  Para las comunidades indígenas andinas, la Pachamama se aparece en las casas de la gente para agradecer a quienes tratan bien a la tierra, al que la sembró, regó y cultivó sus frutos con amor. Ella, dicen, es de baja estatura, de cabeza y pies grandes, lleva sombrero y sandalias, y no se tienta el corazón si se tratan mal a los animales, a la naturaleza toda, y obviamente, a sí misma.

Dos pueblos unidos
La festividad tiene diferentes matices según qué pueblos originarios la lleven a cabo. En la que se realizó ayer en Villa Nueva, fueron dos naciones indígenas que se unieron para hacer la gran ofrenda a la Madre Tierra: la comunidad aymara boliviana y los comechingones, lo mismo que supieron reinar gran parte de lo que hoy es Córdoba.
Héctor Osvaldo Tulián, director de Asuntos Indígenas del municipio de Villa Nueva,  cacique y descendiente directo del Pueblo Nación Comechingón, y una de las autoridades del Consejo Provincial Indígena, explicó cómo sería el ritual antes de empezar:
“Hoy se va a hacer la ceremonia de la Pachamama. Se va a  hacer la apertura de la tierra, se va a pedir, se va a agradecer, se va a ofrendar a la tierra todo lo que comimos y bebimos en el año, así como agradecer la vida que hemos tenido a lo largo de estos meses, sanando el aura para enfrentar el siguiente, y pidiendo por la salud, el trabajo, y por el cuidado de la tierra, que es lo que hoy en día vemos con más preocupación, por todos los desastres naturales en el mundo”, expresó.
Explicó que el progreso es bueno, pero cuando es desmedido, “a costa del sacrificio de la tierra es muy grave, por eso los cambios climáticos. Hay que ver que hoy, en pleno invierno, tenemos un día de verano. Y no se diga la avaricia y el problema con nuestra tierra en el norte,  con nuestros hermanos de los pueblos indígenas de Jujuy, donde intereses económicos sin ningún pudor se quiere llevar todos nuestros recursos naturales, sobre todo el agua, y ni se diga el litio”.

Ritual y ofrenda
La ceremonia se llevó a cabo, con el sol cayendo, dando una luz  especial, mística, en sintonía con el ritual y todo el ambiente. Fue encabezada por dos “Machis” (madres), doña Marina y doña Tina, en representación de aymaras y comechingones, respectivamente.
Así, después de hacer un armónico hoyo en la tierra, de poco más de medio metro de profundidad, se le fue dando de comer y beber  a la Pachamama. Una ofrenda donde todos los presentes participaron, con evidente emoción, y dirigidos sutil y amorosamente por las Machis, quienes fueron “sintiendo”,  “oyendo”, lo que la Madre Tierra tenía que decir, lo que ellas dos “sintieron y oyeron” les decía al oído de sus corazones sobre lo que nos espera este nuevo año.
Todo tipo de verduras, legumbres, pastas, atún, muchos cigarros encendidos, clavados en la piel de la tierra, papel picado, cerveza, vino, gaseosa, sidra, y tanto más fue poco a poco vertido en el gran hoyo, una herida abierta, esta vez para quitarle todo tipo de dolor a la Pachamama. Y fue hecho sin prisa, sinceramente, para que todo eso que le damos  nos lo devuelve, con respeto y agradecidos.
Ante la presencia del excandidato a intendente Franco Graglia, la gente participó emocionada en el ritual, sintiendo lo que las Machis sentían, oyendo lo que sus voces fueron diciendo, que “será difícil, pero será un buen año”, que “tardará en llegar, pero al final valdrá la pena”. Doña Tini, incluso, se refirió a quienes clavaron sus cigarrillos de un lado especial del hoyo, “los que lo colocaron en este lugar van a tener mucha suerte este año”, dijo, convencida, y con una sonrisa que la eliminó.
Después, tras algunos minutos de silencio y reflexión, donde cada quien seguramente habrá pedido y agradecido lo que le toca, el hoyo fue tapado, para girar alrededor de él,  juntos, en armonía, por el bienestar de todas y todos, de la Pachamama, y de quienes formamos parte de ella.
Y para terminar, las palabras del cacique Tulián: “Es muy sencillo esto, hay que aprender a vivir. Hay que dejar de lado lo frívolo. Es bueno aprender, tener y desear. Pero hay cosas más importantes como caminar, sentir el canto de los pájaros u oler el perfume de una flor. Vivir la naturaleza de una amanecer, o un anochecer. Eso es lo que tenemos que hacer. Ser nobles, generosos y justos con todas y todos. Empezando con la Pachamama”.
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