12 ene 2020

Los contenedores y la necesidad del compromiso

La Voz del Interior (12/01/2020)
Un compromiso de todos

Es cierto que los ciudadanos tenemos obligaciones irrenunciables que, en el caso de la higiene urbana, se traducirán en una mejor calidad de vida.
El éxito de un servicio público imprescindible como el de la higiene urbana dependerá de tres factores estrechamente vinculados: el rol del Estado como autoridad de control, la gestión responsable y competente de las empresas prestatarias, y la colaboración inestimable de los vecinos en el cumplimiento de las disposiciones pertinentes.
De otra forma, más que de éxitos habrá que hablar de retrocesos o de fracasos respecto del compromiso colectivo para dejar de contaminar el medio ambiente que habitamos.
Al respecto, no es para alentar buenas noticias lo que se observa en la ciudad de Córdoba con los contenedores que se instalaron en distintos puntos de la vía pública cuando, en diciembre de 2018, se puso en marcha el nuevo sistema integral para la disposición y recolección de los residuos.
A la conducta indolente de muchos frentistas que insisten en arrojar desechos de distinto origen en contenedores inapropiados, se suman los actos de vandalismo y los robos de los que son objeto estos equipos.
El informe que publicamos el jueves pasado refleja de manera elocuente las quejas de los directivos de las firmas que operan el sistema de la basura en Córdoba.
Al repasar uno de los casos, resulta temerario que de los 1.758 contenedores que distribuyó una de las empresas en la zona norte de la ciudad, 140 ya fueron dados de baja por pérdidas, por robos o por episodios de vandalismo.
Pero el problema no se reduce al destrato inadmisible al mobiliario público (que se verifica también en otros espacios, como plazas y parques) que amerita, sobre todo en el caso de los robos, una investigación en sede judicial.
La separación de residuos secos y húmedos parece haber quedado en las buenas intenciones de la ordenanza respectiva. Es común encontrar contenedores repletos de ramas, restos de podas o escombros de diverso porte, además de bolsas de basura domiciliaria sin discriminar.
Cabe recordar que el desapego a estas diligencias es motivo de penalizaciones, según la reglamentación refrendada hace más de un año, lo cual debe agilizar los controles de los inspectores municipales.
Desde el Palacio 6 de Julio admiten los contratiempos y manifiestan que los agentes detectan a diario numerosas faltas a una normativa que le estaría faltando un aporte decisivo para coronar un desarrollo efectivo: la solidaridad de los vecinos.
Es verdad que las gestiones estatales quedan expuestas a las críticas cada vez que se evalúan sus deberes. Pero también es cierto que los ciudadanos tenemos obligaciones irrenunciables que, en el caso de la higiene urbana, se traducirán en una mejor calidad de vida.

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