3 dic 2019

Un experimento que muestra donde terminan los reciclables



La Voz del Interior (03/12/2019)
De cinco bolsas de reciclables, sólo una se la llevó la diferenciada

Una bolsa, con un celular, fue a parar a manos de un joven cartonero; otra no fue retirada y también fue cirujeada durante la noche; una más no se movió del lugar donde se la había depositado hasta varias horas después de superado el horario informado por la Municipalidad; de otra que fue dejada en el contenedor de secos de una escuela municipal no se registraron señales de movimiento, pero tanto la directora como la empresa aseguran que pasó por el lugar, y de la última hay un video, enviado por un vecino, que prueba que terminó levantada por un camión recolector común, junto con bolsas de residuos mezclados, con destino seguro de enterramiento en Piedra Blanca.
Rápidamente: sólo una de las cinco bolsas con residuos secos que dejó La Voz en distintos puntos de la ciudad de Córdoba para chequear si funciona o no la recolección diferenciada habría llegado a uno de los cuatro puntos verdes habilitados para el reciclado.
Esta es la conclusión de un experimento pensado para saber si la desconfianza hacia la recolección o el destino final de la bolsa –identificada como uno de los problemas que impiden que escale el servicio– está justificada o no. Las soluciones para la ciudad son muy diferentes, según cómo se conteste este interrogante.
Para eso, se armaron cinco bolsas de residuos secos que tenían, entre restos de plástico, cartón o vidrio, teléfonos celulares activados con señales de ubicación en tiempo real por WhatsApp y, al estar asociados a una cuenta de Gmail, un segundo rastreo y registro de su trayecto por Google Maps.
Las cinco bolsas no fueron dejadas al azar: se las depositó pocos minutos antes de que comenzaran los horarios de recolección de secos en las zonas informadas por la Municipalidad de Córdoba en la página oficial del programa Recuperando Valor.

El experimento
Luego de descartar otros cuatro contenedores de secos cercanos, la primera bolsa fue colocada en la plaza Urquiza de barrio San Vicente, el lunes pasado cerca del mediodía. A partir de las 14 debía pasar por allí la recolección diferenciada, a cargo de la empresa Lusa. También después de rechazar otros tres contenedores contaminados, otra bolsa fue dejada, al mismo tiempo, en un recipiente de calle Caseros, en la parte de atrás del Nuevocentro Shopping, en barrio Alberdi. Allí le tocaba pasar a la empresa Lam, encargada del área central y de los barrios cercanos.
Los teléfonos tenían una nota con un número de contacto, como un mensaje en la botella, a quien los encuentre. Y el lunes pasado, poco después de las 15, sonó. Quien hablaba era Noelia, la tía de dos niños cartoneros que hallaron la primera bolsa en la plaza Urquiza y llevaron el celular con la nota a casa. Ninguno de los dos sabe leer.
El encuentro se dio en la esquina de Monteagudo y Solares, de barrio Muller.
–Es el trabajo de ellos. Juntan cartones y los venden acá en el barrio– contó Noelia.
Por una recompensa pequeña, que sin embargo era bastante más que los 7 pesos por kilo de cartón que les da el acopiador, los chicos y Noelia accedieron a devolver el teléfono.
Eran las 16.30 y se había perdido la señal del celular rastreador ubicado en Alberdi. Estaba en el mismo lugar. Intacto. Para estar más seguros del experimento, se cambió el aparato, por el equipo recientemente recuperado en zona sur. Fue a parar a otro contenedor de secos en barrio Quintas de Santa Ana, zona donde también estaba publicado que la empresa Lam pasaría entre las 14 y las 22.
A las 16.42, la hora en que se volvió a dejar la bolsa 2 todavía no había pasado el camión: los contenedores estaban cargados, muchos de ellos con residuos mezclados. La señal de ubicación llegó hasta 0.23 del martes. No se movió de ahí.
Al otro día, la bolsa estaba en el mismo lugar, cirujeada, sin el celular, como La Voz pudo constatar en video. Lam asegura que sí pasó y ofreció una captura de pantalla del sistema de seguimiento satelital Siga, con el que están equipados los camiones. Según dijo entonces su encargada de comunicación, Florencia Efkhamian “el servicio del lunes fue normal y a las 17:40 fue servido el contenedor”. Pero las capturas de pantalla de Siga que ofrecieron desde la compañía como evidencia no coincidían con la zona donde se hizo la prueba.
Nobleza obliga: la vocera chequeó y corrigió la información: “Encontramos un problema que es ajeno a nosotros. Ese problema es el estacionamiento en ambas manos en esa calle (que está prohibido). Por lo cual el servicio en esa zona se hace de manera manual. Nuestra falla es que a esa cuadra no la hacemos todos los días si no que se hace según la necesidad. Por lo cual hemos decidido cambiar la modalidad. Se relocalizarán esos contenedores y se informará puerta a puerta a los vecinos de la zona para que lleven sus bolsas a donde corresponda”, escribió por WhatsApp un día más tarde.

Testigos
La bolsa 3 fue a la avenida Vucetich casi esquina Daguerre, en barrio Ituzaingó. Fue colocada en un cesto, ubicado frente a la casa de Fernando Caudana, un vecino que se ofreció a avisar si la llevaba el camión de la diferenciada, que en la página de Recuperando Valor se decía que pasaría por allí entre las 14 y las 20. La señal del celular informó que no se movió del lugar. Pasó el horario y Fernando mandó una foto, de noche, con la bolsa en el cesto. Al otro día, por la mañana, compartió un video con el final: un camión recolector se llevó la bolsa verde junto al resto de los residuos sin separar que dejaron los vecinos en sus cestos. Desde Lusa dijeron que no tenían informado ningún inconveniente con la recolección: no podían explicar por qué no se cargó la bolsa con reciclados del lugar.
A la bolsa 4 se la llevó a la escuela municipal María Saleme de Burnichón, de Villa Cornú. Allí, en un contenedor para residuos secos ubicado en la entrada, fue a parar la bolsa verde activada. La señal del celular informó que no se movió del lugar. Pero la empresa Urbacor compartió una captura de pantalla de Siga en la que da cuenta que a las 15.55 de ese día el camión se detuvo frente al colegio y vació el contenedor. Elena Seguelsky, directora de la escuela, lo confirmó: “Luciana, la auxiliar de turno tarde, recordó que ella se había ido a fijar que estuviera vacío para volverlo a guardar y que lo encontró vacío. Me dice que son muy puntuales los chicos que buscan los elementos secos, que siempre pasan entre las 3 y las 4 de la tarde”. Aunque la georreferencia del celular nunca dejó de marcar el contenedor, estos testimonios parecen suficiente evidencia de que esa bolsa sí terminó donde debía hacerlo: el punto verde de barrio Los Bulevares.
La bolsa 5 permaneció en un cesto de barrio Autódromo, en calle Gabriel Tomassini 6961, donde también se decía que pasaría la diferenciada el martes pasado, entre las 14 y las 20. En los registros que quedaron tanto en WhatsApp como en Google Maps, hasta que se agotó la batería del celular, el camión no pasó.

Para empezar, hay que cumplir lo que se promete con el servicio
Marina Borgatello es la secretaria de Ambiente de Rosario, una ciudad que consiguió dejar de enterrar más del 10 por ciento de la basura que genera y que va por más, con una planta pronta a inaugurar para escalar en el tratamiento de residuos reciclables.
–¿Cómo se gana la confianza de un vecino para que separe sus residuos secos y húmedos en casa, y los entregue para su recolección diferenciada?
–Lo primero, cumpliendo con el servicio. Es lo básico: que pase el camión o que se retire el contenedor.
Eugenio Pettigiani, responsable de Residuos Sólidos Urbanos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti), coincide que se empieza por ahí.
“Se requiere de un cambio cultural, de hábitos, hay que hacer campañas de educación ambiental y trabajo territorial, y que se sostengan en el tiempo. Es un compromiso mutuo, el vecino se tiene que comprometer y el municipio debe cumplir la parte que le corresponde, es decir, controlar a las empresas privadas, a las que los ciudadanos les pagamos por un servicio, que es bastante caro”, advierte.
“Si un vecino ve que un camión se lleva todo junto, existe un problema de credibilidad. Sencillamente, no se tiene que hacer así”, plantea Ariel Uema, profesor en Gestión Ambiental de la Universidad Católica de Córdoba.

Seguimiento satelital: la herramienta de transparencia que continúa cerrada
Eugenia Álvarez, directora del programa Recuperando Valor de la Municipalidad de Córdoba, asegura que los recorridos se cumplen y que lo que denuncian los vecinos son problemas que se derivan del mal uso que hacen los propios cordobeses del sistema. Por caso: cuando se mezclan residuos húmedos con secos en un contenedor, se contaminan los que están bien separados. Es una pérdida colectiva, que llega un 40 por ciento de todo lo que se recolecta con la diferenciada. Los pliegos de la concesión por 9 años a las empresas privadas que dieron origen al Recuperando Valor incluyen la obligación de dotar al sistema de una herramienta de seguimiento satelital de camiones, de acceso público (Siga). La tecnología ya está activa en las empresas, asegura Álvarez, pero “se está analizando cómo hacerlo más amigable para el vecino, por medio de una app”. Es decir: aún no es accesible el Siga como instrumento de transparencia para el vecino y no se sabe cuándo ni cómo lo será. Semanas atrás se conoció un sugestivo robo de celulares en la base operativa de la empresa Lusa: un operario vestido con ropas del Surrbac se llevó más de 30 teléfonos celulares que son los que se utilizan para hacer el seguimiento de los recorridos y alimentar el Siga. No está claro aún si este hecho es puramente delictivo o esconde una resistencia gremial para hacer públicos los datos de esta herramienta.

Recuperando Valor lo sabe: se lo dicen en su página
No deberían sorprender los resultados del experimento de La Voz para las autoridades del Recuperando Valor. En su página de Facebook, hace publicaciones educativas para explicar cómo separar residuos, cómo usar los contenedores y generar conciencia ambiental. Hay algunas, muy buenas, en las que muestra los puntos verdes, para que los vecinos puedan ver adónde van a parar sus residuos secos e identificar a quiénes ayudan con sus bolsas verdes. Pero la gran mayoría de los mensajes que recibe en sus redes son de vecinos que reclaman por la falta de cumplimiento de la recolección diferenciada. O que el camión carga todo junto: húmedos y reciclables.
Lina Raimondi publicó una foto con tres contenedores rebalsados de basura. “Así están esos tachos y las plazas toda una mugre. No funciona ese sistema... no sólo porque la gente hace cualquier cosa, sino también porque el sistema de recolección no pasa”, escribió.
“Sería muy bueno que los recolectores se lleven las bolsas que uno saca a la calle, en el horario y el tipo para cada día, ¿por qué no parten de ahí? Lo básico”, se sumó Maxi Juri.
Rosa Torres se quejó: “Me cansé de llevar la basura separada a los contenedores; son un desastre, está toda la basura mezclada”.
“Todo esto tiene sentido hasta que pasa el camión de secos y se lleva el contenedor de secos ¡y el de húmedos!”, ironizó Franco Ribaudo.
“El martes no pasaron por barrio Cerveceros a levantar los residuos secos. No rompan la continuidad señores”, publicó Nancy Ruth Ponce.

Cinco puntos donde se dejaron las bolsas con teléfonos activados
San Vicente. En la plaza Urquiza se dejó el primer teléfono. Lo encontraron los cartoneros.
Ituzaingó. La bolsa quedó en un cesto esperando a la diferenciada. La cargó un camión común.
Villa Cornú. El contenedor de Villa Cornú fue el único que terminó en un punto verde.
Alberdi. Antes de ir a barrio Autódromo, se dejó un teléfono en calle Caseros como prueba.
Quinta Santa Ana. El teléfono fue a parar a un contenedor que no fue servido por Lam.

Créditos: Cómo se hizo
Este trabajo se realizó con aportes de la Fundación Gabo, Solutions Journalism Network y Tinker Foundation para su programa de becas al Periodismo de Soluciones. Contó con la mentoría de Perla Trevizo. Colaboraron en este capítulo: Diego Forti (Infografía), Verónica Corzo (Diseño), Pedro Castillo (Fotografía), Juan Pablo Martínez, Juan Cruz De Rossi, Walter Kanqui, Andrés Blanco (Video), Alejandro Steffeldt (Administración) y Adrián Bassola.

Cómo lo consiguieron en otros lugares
En la próxima nota: cómo hicieron otras ciudades para ganar la confianza de los vecinos. La experiencia de quienes lo consiguieron y las claves que podrían ser un modelo. También, otras iniciativas que podrían servir para inspirar. Qué hay para aprender y para traer a la ciudad de Córdoba.

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