2 dic 2019

Sólo se recicla el 0,5% de la basura de Córdoba Capital



La Voz del Interior (02/12/2019)
El 59% dice que separa residuos, pero sólo se recicla 0,5% en la ciudad de Córdoba

Francisco Silva saca una vez por semana una bolsa de basura chica. Los cinco días restantes que los recolectores pasan corriendo frente a su casa en barrio Villa Rivera Indarte, en la zona norte de la ciudad de Córdoba, no encuentran nada en su cesto.
Francisco es ingeniero mecánico y separa, recicla o recupera casi todos los residuos que genera: tiene un compost húmedo para orgánicos (que nutren su huerta) y otro seco para ramas y restos de poda; también, un par de perros que comen los huesos y restos de carnes, y en su taller acumula todo lo seco (empaques, embalajes, plásticos, vidrios, papeles y cartones) hasta que ocupen la carga del tráiler de su auto. Y todo eso lo lleva directamente al punto verde del Ente de Servicios y Obras Públicas (Esop), de barrio Los Boulevares, a unas 30 cuadras de su casa.
Lo hace así porque, a un año de que se puso en marcha el programa Recuperando Valor, Francisco no confía en la recolección diferenciada que implementó la Municipalidad de Córdoba.
Francisco es, tal vez, quien mejor hace las cosas en el barrio que mejor lo hace en la ciudad de Córdoba: Villa Rivera Indarte, un sector de unas 1.600 viviendas, donde viven poco más de seis mil personas, partido al medio por un parque lineal de 11 manzanas, donde la mayoría cuida los árboles, hace compostaje, separa residuos y participa de proyectos comunitarios, como el vivero que recuperaron en el Instituto Provincial de Educación Técnica (Ipet) 17 Paulo Freire.
Son vecinos excepcionales, en sentido literal: la excepción en la ciudad de Córdoba, donde hasta el 15 de septiembre de este año sólo se habían logrado recuperar 2.837 toneladas de materiales secos, a razón de 315 toneladas mensuales. Esto equivale apenas al 0,5 por ciento del total de residuos sólidos urbanos que se procesan en Córdoba, tomando como la otra punta de la relación las 62.563 toneladas mensuales generadas en promedio de enero a agosto de este año, según información oficial de la Municipalidad de Córdoba.
¿Cómo se pueden replicar las Villa Rivera Indarte en la ciudad? ¿Qué hace que no haya muchas más barriadas con estas prácticas ecológicas? ¿Dónde hay experiencias que puedan ser imitadas o sirvan de inspiración? Estos son los interrogantes de este trabajo, que se enmarca en una estrategia de periodismo de soluciones. Pero el primer paso, para pensar en soluciones, es identificar los problemas correctamente.

El aspiracional y lo que somos
Un estudio realizado por Zubán-Córdoba y Asociados para La Voz reveló que el 51 por ciento de los vecinos consultados afirma que separan la basura, una autopercepción que crece entre las mujeres, los mayores de 45 años y las personas de mayor nivel educativo. Cuando se pregunta si en la casa se separa al menos un material para reciclar o reutilizar, las respuestas afirmativas trepan hasta el 59 por ciento.
“¿El 59,3 por ciento de los cordobeses separa la basura? Sin duda, a la luz de los resultados reales en kilogramos de basura recolectados por el sistema, podría ser una exageración. Pero lo que tenemos que analizar desde los estudios de opinión pública es el modo en que se están produciendo irrupciones de nuevas agendas, como la ecológica. Hoy decir que no apoyás causas ambientales implicaría una condena social, por lo cual es normal tener mayores índices de posiciones en ese sentido y no en acciones que se vean todavía”, considera Nicolás Bertone, analista de Zubán-Córdoba y Asociados.
La bióloga Eugenia Álvarez es la coordinadora municipal de Recuperando Valor.
–Más del 50 por ciento de la gente afirma que separa residuos en forma habitual. ¿Cómo se explica que los vecinos digan esto y siga siendo una porción muy pequeña la de los residuos que se recuperan?
–Porque las personas dicen lo que deberían hacer y no lo que verdaderamente hacen. En la mayoría de las investigaciones sobre este tema es bastante común que la gente responde lo que se debería para no sentirse rechazada. El que lo hace a conciencia lo dice, pero el que lo hace a medias también y el que no lo hace se siente intimidado por la pregunta y dice que lo hace. Muchos dicen que cumplen, pero cuando abrís el contenedor eso no se ve reflejado.
Cotejando encuestas anteriores, Bertone marca una evolución positiva. “En 2017, el 25 por ciento de los capitalinos consideraba correcto ‘tirar la basura junta y que la empresa separe’, mientras que este año esa respuesta bajó a 6,6 por ciento. En el mismo sentido, aumentó la disposición a diferenciar la basura de un 91 a un 96 por ciento”, destaca.
Aunque el compromiso del vecino es más de boca que de manos, marca que buena parte de la tarea de concientización ya está hecha. Ahora, falta generar estímulos para el pase a la acción. Salta a la vista en la misma encuesta: un 67 por ciento de los consultados dijo que “haría falta un incentivo para que separe la basura” y un 97 por ciento, que “hay que invertir más en acciones que ayuden al medioambiente”. Incluso van en una dirección parecida las respuestas de quienes admiten que no separan la basura. A la pregunta de por qué no lo hacen, el 47 por ciento afirma “no sé dónde depositarla” y un 25 por ciento, “desconozco cómo hacerlo”. Son respuestas negativas revertibles con información. Apenas un 3,6 por ciento parece “irrecuperable”: dice “no me corresponde esa tarea”.

Mal uso y desconfianza
En 2018, antes del inicio del programa Recuperando Valor, se habían recuperado 3.905 toneladas de residuos reciclables, con un promedio de 325 toneladas mensuales. Esto representaba el 0,52 por ciento del total generado. Un año después, a pesar de que se buscó incentivar la separación en origen y el reciclado, este indicador no mejoró. Hay una explicación oficial para este resultado. Álvarez confió que en los puntos verdes se rechaza cerca del 40 por ciento de las cargas de material reciclable porque viene mezclado con poda o con bolsas comunes de residuos. “Esto duplica la cantidad de viajes, porque del punto verde el camión tiene que ir al enterramiento de Piedra Blanca”, detalló la funcionaria. “Es mucho mejor cómo llegan los residuos de los canastos, en los barrios, que lo que se junta en los contenedores, en los que tenemos problemas con el cirujeo y también con la mezcla: una bolsa de restos húmedos contamina todo lo demás”, explicó la funcionaria.
Esto también puede justificar una parte de la distancia entre el decir y el hacer del reciclado en Córdoba. “Es cierto que hay más gente que separa, pero, como algunos de estos residuos terminan depositados en contenedores donde no todos disponen los residuos correctamente, no se termina aprovechando este material”, advirtió Álvarez.
“En un principio, cuando los recolectores detectaban que el contenedor de residuos secos estaba contaminado, lo cargaban junto al de húmedos –admitió la funcionaria–. Algunos vecinos lo detectaron y denunciaron que la bolsa que ellos se ocupaban de separar en sus casas iba a parar al mismo camión que llevaba todo al enterramiento”.
Los videos no tardaron en aparecer en las redes sociales. En uno de ellos, un vecino muestra cómo el camión de residuos comunes carga los dos contenedores y sigue camino. En otro, el camión de la basura diferenciada deja el contenedor en el lugar y no se lleva la carga. Se hicieron virales y dañaron la confianza sobre el destino que se les daba a las bolsas de la diferenciada.
Es lo que vieron Francisco Silva y varios de sus vecinos de Villa Rivera Indarte, como María Laura Zavala. Incluso, apuntan, algunos “lo siguieron y vieron que todo iba al vertedero”, dice María Laura. “Muchos vecinos separan, pero no lo entregan a la recolección porque no confían”, apunta Horacio Lescano, ahora expresidente del centro vecinal, frente al contenedor que dos veces por semana, desde hace años, “sus vecinos” llenan con envases Pet.
Para Ariel Uema, profesor en Gestión Ambiental en la Universidad Católica de Córdoba, “existe un problema de coherencia”. “El municipio culpa a la gente porque no separa o lo hace mal y así tiene una actitud desaprensiva con el ambiente. Pero es el mismo municipio que tiene que garantizar el servicio de recolección y no lo hace, y el que tiene a su cargo la planta de líquidos cloacales de Bajo Grande que contamina el río y no puede controlar los desbordes cloacales", reflexiona Uema.
Ariel Uema: "La pregunta que se podría hacer un vecino es: ‘¿Con qué autoridad me pedís que yo haga mi parte?’. Y puede ser una excusa para no tomarse el trabajo de separar, pero que no se va a torcer sin cumplir los contratos, educar y controlar, trabajando con coherencia”. 
En la encuesta de Zubán-Córdoba hay una respuesta a una pregunta que le llama la atención al consultor Gustavo Córdoba. Está dirigida al universo de quienes afirman que separan: “¿Adónde los destina (a los residuos)?”. Un 42,8 por ciento dice que los deja a la recolección, pero un 24,5 por ciento dice que los lleva a lugares específicos; otro 20,1 por ciento, que los reutiliza, y un 12,5 por ciento más dice que los entrega a cartoneros. “Hay más gente que utiliza otros canales que el que instituyó el municipio y esto puede hablar de una falta de confianza”, apunta el consultor.
Para tratar de detener la desconfianza, desde Recuperando Valor instruyeron a los camiones a que recojan los contenedores de diferenciada en el camión aunque el contenido esté contaminado y sea seguro el rechazo en el ingreso al punto verde. “Existe un mal uso de los contenedores, pero también falta credibilidad. Y la credibilidad dañada es más costosa que duplicar los viajes del camión”, aceptó Álvarez.  Aquí está el problema.

Cómo se hizo este trabajo
Este trabajo se realizó con aportes de la la Fundación Gabo, Solutions Journalism Network y Tinker Foundation para su programa de becas al Periodismo de Soluciones. Contó con la mentoría de Perla Trevizo. Colaboraron en este capítulo: Diego Forti y Juan Colombatto (infografía), Evelyn Lloret, Ariana Picon, Mariana Bustingorry, Mario Cecchi, Eugenia Schiavoni, Marilina Trevisan (audiencia, suscriptores, Club La Voz), Pedro Castillo y José Hernández (foto), Juan Pablo Martínez, Juan Cruz De Rossi y Andrés Blanco (video), Gustavo Córdoba, Paola Zuban y Nicolás Bertone (Zuban Córdoba y Asociados).

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Basura: la distancia entre decir y hacer

Vale preguntarse cómo nos comportamos los vecinos de la ciudad de Córdoba respecto de la higiene urbana.
Una de las principales demandas de los cordobeses a la gestión municipal, al menos en las últimas dos décadas, ha sido la recolección de residuos.
Una cuestión que las distintas administraciones que pasaron por el Palacio 6 de Julio en ese período no pudieron o no supieron resolver y que incluso empeoraron con decisiones controversiales.
Nadie puede negar la justicia de esos reclamos. Un recorrido por cualquier barrio de la ciudad de Córdoba es una prueba fehaciente de las deficiencias del servicio que hoy prestan las concesionarias Lusa, Urbacor y Lam.
En paralelo, a fin de ver las dos caras de la moneda, vale preguntarse cómo nos comportamos los vecinos respecto de la higiene urbana, cuán dispuestos estamos a colaborar con la parte que nos corresponde para mantener pulcras las veredas, las calles, las plazas y los edificios públicos (también las cloacas, a donde se arroja toda clase de residuos de manera indiscriminada y desaprensiva).
Nuestro Primer plano de hoy se centra en la inmensa brecha que existe entre el modo en que los cordobeses nos autopercibimos en relación con el reciclado y lo que realmente hacemos.
En ese punto, partimos de un dato contundente: el 59 por ciento dice que separa los residuos, según la consultora Zubán-Córdoba, mientras que los datos municipales indican que tan solo el 0,5 por ciento se recicla. Por ahora, puede decirse que lo más positivo del programa Recuperando Valor ha sido concientizar a la sociedad cordobesa.
La diferencia entre la autopercepción y la realidad tiene explicaciones psicosociológicas, que consignamos en el informe, pero también abre un interrogante, que se intentará contestar en una nota próxima, sobre la efectividad de los sistemas de recolección diferenciada implementados con el relanzamiento del reciclado, hace un año.
Además, acompañamos nuestro informe con tres infográficos, el primero de los cuales ilustra en un golpe de vista la cantidad de basura que generamos los cordobeses en 2018 (737.446 toneladas) y lo poco que reciclamos (apenas 3.905 toneladas)

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