8 jun 2019

Villa Rumipal y otro proyecto inmobiliario cuestionable



La Voz del Interior (08/06/2019)
Fuego cruzado por proyecto inmobiliario pegado al lago

Un tan ambicioso como controvertido proyecto de desarrollo urbanístico, en las costas del lago de Embalse, quedó adormecido. Si alguna polémica ya generaba cuando se anunció, por el uso de tierras fiscales, un conflicto asoma ahora con despertarse por haberse frustrado su realización.
El proyecto “Puerto Riemann”, en Villa Rumipal, era fruto de un acuerdo entre la Municipalidad y un inversor privado. No se concretó y ahora los “socios” se acusan mutuamente.
Ante la demora, que lleva 15 años, el empresario responsabiliza al intendente de “inacción”. El municipio replica que el privado no quiere sentarse a renegociar las condiciones, que deberían variar tras una década y media.
¿Quedan chances de que el proyecto que lleva el nombre del fundador del pueblo se ejecute?
“Desde que tuve la idea, en 2002, jamás me bajé del proyecto”, aclaró desde Villa María el contador Pablo Mattoni, titular de la Compañía de Emprendimientos y Desarrollos Inmobiliarios (Cedisa), la empresa adjudicada.
La iniciativa contemplaba construir un loteo privado tipo country, para un centenar de casas, y un puerto para la práctica de deportes náuticos, en 20 hectáreas que pertenecen al Estado nacional, pegadas al mayor embalse de Córdoba. Por ser costas, son fiscales.
Mattoni asegura que lleva invertidos unos 530 mil dólares en la compra de tierras, honorarios de arquitectura e ingeniería y estructuración legal.

Algo de historia
La iniciativa surgió en 2002 pero fue en 2003, ya con Gustavo Gantus como intendente, que comenzó a tomar forma. El predio integraba una porción mucho mayor, de 150 hectáreas de tierras fiscales cedidas al municipio por el Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (Onabe), con el propósito específico de que sea una reserva natural.
Luego, con aval del ente nacional, la comuna devolvió 20 hectáreas para que fueran recompradas y utilizadas con fines comerciales, con inversión privada. Esa operatoria fue aprobada por el Concejo Deliberante local y hubo una licitación de proyectos. La villamariense Cedisa fue adjudicada.
La empresa aportó el dinero para la recompra de los terrenos y se firmó un boleto de compraventa en 2007.
La escrituración debía llegar luego de la aprobación catastral de la subdivisión de 20 hectáreas, respecto al terreno de 150. Por la ubicación colindante al lago, la escrituración requería el visado del plano de la Dirección Provincial de Agua y Saneamiento (Dipas), hoy Secretaría de Recursos Hídricos. En ese punto el proceso se frenó.
Mattoni recordó que, pasado cierto tiempo, el municipio solicitó un “pronto despacho” y luego inició un amparo por mora, con fallo favorable del Tribunal Superior de Justicia, que ordenó a la Provincia que se expidiera. El empresario se queja ahora de que el municipio nunca accionó para que ese fallo se cumpliera y se pudiera escriturar.
“Desde entonces envié cartas documento al intendente y otros trámites, Pero por alguna razón la Municipalidad llegó a un punto después del cual no impulsó más el proyecto. El intendente dejó de cumplir con su obligación, que era instar a la Provincia a que aprobara un plano de subdivisión y que cumpla el fallo judicial”, apuntó. Advirtió, además, que el expediente “desapareció” del organismo provincial.
Nada nuevo pasó desde 2008. Mattoni sostiene que, de concretarse, el proyecto disparará en cinco años una inversión de 40 millones de dólares, por las obras de infraestructura, del puerto y de las 110 casas de alta gama previstas.

Qué dice el municipio
Gustavo Gantus es intendente de la localidad desde 2003 y acaba de ser reelecto hasta 2023.
Julio Gantus, su hermano y asesor letrado del municipio, aclaró que las dilaciones son ajenas a la comuna y al adjudicatario. “El proyecto está suspendido hasta tanto se cumplimenten actos de distintos organismos”, señaló. Acotó que, por la demora, “se produjeron muchas modificaciones a las necesidades del municipio” y que debería revisarse el proyecto original.
El abogado aseguró que la comuna hizo todo lo que tuvo a su alcance para que el proceso se destrabara, sin resultados. Achacó al empresario no sentarse a renegociar los “compromisos obligatorios que están vencidos”.
“Nos juntamos muchas veces, él siempre tenía su formalidad jurídica, pero nosotros a cualquier modificación la queremos pasar por el Concejo y con audiencia pública”, añadió.
Gantus mostró el contrato de adjudicación que establecía que “la vigencia y exigibilidad quedan sujetas a que el Onabe ceda, venda y transfiera el inmueble”, así como que “si la transferencia no es aprobada, el adjudicatario nada tendrá que reclamar a la Municipalidad”.
Respecto de las obligaciones, precisó que la empresa debía entregar al municipio maquinarias y ejecutar pavimento en varias calles del pueblo.
Gantus consideró que el proyecto también era beneficioso para el municipio, porque además de esos “pagos” habría inversiones y mejoras en esa zona costera y, tras un tiempo, algunos bienes de ese predio –como el puerto y el club house– quedarían para la comuna de Villa Rumipal.
“En ningún momento se lo intimó para dar de baja el proyecto; siempre se habló de cómo encauzarlo, pero contemplando las necesidades actuales. Dado el tiempo transcurrido, hay cosas que modificar y otras que evaluar”, apuntó el abogado del municipio.
Por ahora, las hectáreas en cuestión que el lago bañan siguen como antes. No son un loteo, pero tampoco lucen como una verdadera reserva natural pública.

Terrenos, en ubicación privilegiada
Las tierras están ubicadas en una zona privilegiada, de alto potencial de explotación turística. Las 150 hectáreas cedidas por la Nación al municipio de Villa Rumipal hace 15 años se extienden por el sur, desde el límite con Villa del Dique hasta el sector de Villa del Parque. El proyecto empresario involucra 20 de esas hectáreas.
En reiteradas ocasiones, este diario consultó sobre el tema al área Prensa del Ministerio de Servicios Públicos de la Provincia, del que depende la Secretaría de Recursos Hídricos, pero no se obtuvo información. Según el empresario Pablo Mattoni, ese expediente habría desaparecido de las oficinas estatales.
El proyecto de 2007 apuntaba, de manera central, a un desarrollo inmobiliario ya que venderían parcelas para un barrio residencial. También contemplaba la construcción de departamentos para alquilar y de un club náutico con muelle, que tras 15 años de uso pasaría a propiedad del municipio.
Por la cesión de las tierras, la empresa se obligaba a hacerse cargo de pavimentar varias cuadras en Villa Rumipal y de generar una serie de mejoras en el balneario municipal y en colegios, además de la entrega de maquinaria.
De reactivarse el proyecto, una discusión será sobre qué se reformularía del original.
Pero otra volverá seguramente respecto de cuál debiera ser el destino de tierras fiscales costeras.

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