4 nov 2018

Minería de granito pone en peligro arte rupestre




La Voz del Interior (04/11/2018)
La Playa: granito y arte rupestre en pugna

A pesar de la clausura de las canteras, la explotación de granito continúa. Existe una disputa por la propiedad del predio.
La trama que subyace a la explotación minera del granito en la pequeña localidad de La Playa es compleja. A más de 230 kilómetros de Córdoba, a esta localidad del departamento Minas se puede llegar luego de transitar unos 40 kilómetros de un camino de tierra al que se ingresa desde la ruta 38, a la altura de Tuclame.
Hace más de ocho décadas, en la sierra de Guasapampa y en la zona denominada La Charquina, se produjeron hallazgos arqueológicos que datan de miles de años, representados en pictografías, morteros y elementos que la transforman en un tesoro histórico, cultural y antropológico.
Pero la actividad minera encontró otra riqueza: el granito. Y desde hace más de 20 años, la extracción de este material valioso que se comercializa a gran escala desde la región hacia todo el país es la principal actividad económica de La Playa y de la zona. El problema es que la explotación minera no cuenta con ningún tipo de autorización de la Dirección de Minería de la Provincia ni con un estudio de impacto ambiental que la avale. Ni hablar del proceso de degradación que sufrió en todos estos años el verdadero tesoro arqueológico de la región.
A su vez, la propiedad de las tierras donde se emplaza el pueblo, las minas y los campos cercanos están en un proceso judicial lento y arduo. Los descendientes de Domingo Díaz, quien aparece como propietario de estas tierras desde 1916, reclaman desde hace más de una década la propiedad de más de 10 mil hectáreas, en las que se ubican el pueblo y las canteras.

Noticias de boca en boca
“Pasaron varios camiones llevando granito”, dice Eloisa Díaz, a quien en los pueblos y parajes de la zona todos conocen como “Anita”.
Con 74 años, “Anita” es nieta de quien aparece como dueño de las tierras y nunca se fue de su casa, ubicada a pocos kilómetros de La Playa, al pie de los cerros donde una bandada de cóndores tienen su nido.
Es la única “heredera” que se quedó en los campos y aún espera que la Justicia intervenga, devolviéndole a la familia los derechos de la propiedad.
Las noticias corren de boca en boca, en un lugar al que la electricidad llegó hace dos años y donde para conseguir señal de telefonía celular hay que subirse a algún cerro.
Hace unas semanas, camionetas de la Secretaría de Minería de la Provincia y del Poder Judicial llegaron a La Playa para clausurar las canteras de granito, ya que no están autorizadas para la extracción del material. Los productores acataron la medida por pocas horas.
Con caminos rurales muy difíciles de transitar y una distancia considerable con Cruz del Eje, el centro judicial y político más cercano, la actividad minera cesó sólo por unos días.
Este jueves, un periodista de La Voz recorrió las canteras en las que una veintena de mineros seguía trabajando en la extracción de los bloques de granito a pocos kilómetros de La Playa.

“Somos los dueños”
El camino desde La Playa hasta las canteras es un cementerio de bloques de descarte de granito.
A un costado del trayecto, una enorme piedra redondeada y hueca muestra en su interior vestigios de pinturas milenarias. La otra mitad fue intervenida para sacar una placa de granito.
Jesús Andrada (78) es el esposo de una de las herederas de Domingo Díaz y quien se puso al hombro la causa judicial para recuperar las tierras.
“Domingo Díaz ha sido al parecer una persona muy generosa. Prestó una franja de tierras y nunca se pudo recuperar”, cuenta Jesús. “Él tuvo siete hijos y nunca trataron de recuperar las tierras a pesar de que en 1950, cuando ya había fallecido, se hizo una declaratoria que detalla como herederos a su esposa e hijos”, acota.
El proceso judicial comenzó hace unos 12 años y tuvo sentencia hace pocos meses, reconociendo como legítimos herederos a los descendientes de Díaz, unas siete familias que viven en distintos puntos de la Provincia.
“Ya hicimos todo el trabajo judicial”, dice Jesús. Y apunta: “Hay mucha plata en juego en las minas de granito”.
“Había una jueza de Paz que hacía contratos a cualquiera y yo quise a arrendar las tierras y no lo permitió”, aseguró Eloisa Díaz.
“Nadie tiene nada”, acota Jesús en cuanto a los títulos de propiedad la tierra. Y en ese conjunto ingresan también los habitantes de La Playa. “Nos asesoraron para que les cedamos los derechos a los habitantes de La Playa para que tengan su escritura”, añade Jesús.
En cuanto a la producción de los bloques de granito, los descendientes de Domingo Díaz aseguran que los únicos que pueden autorizarla con títulos de propiedad son ellos.
“Anita” espera que “todo se resuelva” y le apena pensar que es dueña de un “montón de tierra” y vive en una pequeña franja en la que se dedica a la cría de animales junto a sus dos hijos.
“Han pasado sobre Minería, que ha clausurado, y ellos siguen trabando”, asegura la mujer en relación con los productores que explotan las minas de la zona.

Qué se hace con el granito
Sobre la ruta 38, a la salida hacia el norte de la localidad de Villa de Soto, una enorme planta se dedica a la comercialización de los bloques de granito que llegan desde La Playa. La incógnita es cómo se hace para introducir en el mercado un producto extraído de manera ilegal.

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La Provincia dice que no está autorizada

“No hay autorización de Minería”. El secretario de Minería de la Provincia, Aldo Bonalumi, aseguró que ninguna cantera de La Playa está autorizada para extraer el granito.
“La Provincia no puede otorgarle certificado de productor minero porque no cumplen con muchas obligaciones; entre ellas, la tenencia del suelo”, afirmó.
“En este momento no tendrían que poder trabajar y la cuestión ambiental está en trámite”, dijo Bonalumi, quien agregó que las canteras fueron clausuradas por Minería y por la Policía Ambiental.
“La Provincia no ha autorizado la explotación de esa área. Es una explotación vieja, pero se tienen que actualizar los permisos, lo estudios de impacto ambiental”, expresó.
“Cuando siguen trabajando a pesar de las clausuras, el tema debe seguir en la Justicia”, acotó y enfatizó: “Exigimos que el que explota tiene que demostrar que realmente es el dueño del superficiario”.

Explosiones
A través de la ley 10.308, la Legislatura provincial creó en 2015 la Reserva Arqueológica de Guasapampa junto con la del Quilpo.
La legislación señala claramente que en las áreas comprendidas en las reservas “todo trabajo de excavación, construcción, edificación, actividad agrícola, trabajos de minería en cualquiera de sus fases, industriales, u otros de índole semejante, no podrán iniciarse sin la previa autorización de la Autoridad de Aplicación”, que en este momento es la Agencia Córdoba Cultura.
Este jueves, mientras La Voz recorría la Reserva, se escucharon explosiones y el ir y venir de máquinas fue incesante.
Trabajos de arqueólogos –entre los que se destaca el de Carlos Romero a finales de la década de 1960– dan cuenta del valor patrimonial del arte rupestre de la zona.
Romero relevó de manera exhaustiva las pinturas rupestres y los elementos de extremo valor arqueológico que existían en la región. En un relevamiento más reciente –realizado en 2006 y en 2007 por los antropólogos Alfonso Uribe y Soledad Ochoa– se encontraron 43 aleros (con 450 figuras) en una zona arqueológica de cerca de 21 kilómetros cuadrados.

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1 comentarios:

stteven16 dijo...

En mi opinión digo que las canteras deben respetar el arte y el patrimonio ancestral de zona da La Charquina,donde se produjeron hallazgos arqueológicos que datan de miles de años, representados en pictografías, morteros y elementos que la transforman en un tesoro histórico, cultural y antropológico.
Ademas la extracción de este mineral afecta a mas de 10.000 hectáreas lo cual es insólito e infame para la comunidad.

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