7 abr 2018

El sur con la red vial destruida

El Puntal de Río Cuarto (07/04/2018)
La Picasa bajó, pero denuncian que la ruta 7 está totalmente abandonada

Tras retirarse el agua, quedó al descubierto la carpeta asfáltica destruida. En el sur cordobés la falta de tránsito impacta en la economía y pone en riesgo la subsistencia de pueblos. José Zoppi, productor y comerciante, señaló que el Estado nacional “no tiene ningún plan” para recuperar el trazado bioceánico.
Con el agua de la laguna La Picasa retirada de la carpeta asfáltica, hoy la ruta nacional N° 7 muestra un panorama desolador. Con sus bases destruidas, es imposible transitar y los vecinos de las localidades cordobesas ubicadas al oeste de esta vía ven resentidas sus economías y denuncian abandono del Estado.
La situación, aunque parecía mejorar con la bajante de esta gran laguna que compromete a tres provincias, sigue siendo preocupante. Los habitantes de Laboulaye y poblaciones vecinas sostienen que, por estar la ruta cortada, el impacto en sus economías es muy grave.
“Estamos igual que siempre. El agua se fue, pero quedó la ruta totalmente destruida. No hay un plan concreto de recuperación y va pasar otro año con este camino cerrado. Y si no hay tránsito el impacto en la economía de los pueblos es grave. Los comerciantes que tenemos negocios a la vera del camino vemos que se cayeron un 60% las ventas”, sentenció José Zoppi, productor y comerciante de Laboulaye.
Este vecino que conoce al detalle la situación de la zona, ya que ha sido testigo de varias inundaciones y las fluctuaciones de la laguna La Picasa, dijo que hoy la preocupación se centra en que el Estado nacional no tiene en cuenta la ruta 7 y que no existe plan alguno para su recuperación.
Meses atrás, y después de varios reclamos, la Nación había anunciado un plan denominado “rutas seguras” y hasta un proyecto de desvío a la altura de La Picasa, pero aseguran los vecinos que todos esos anuncios no están contemplados en las obras informadas por Vialidad Nacional. “Se dijeron cosas, pero lo cierto es que no hay nada”, reiteró Zoppi.
“El problema para los productores y vecinos del sur de Córdoba es que tenemos la ruta cortada y que nos cuesta el doble ir a Buenos Aires, los transportes nos cuentan el doble. Es muy tedioso todo y al no haber flujo de tránsito los pueblos que están al oeste de la laguna La Picasa hasta Mendoza se ven perjudicados. Los comercios no tienen actividad, se pierden fuentes laborales”, precisó.
Desde hace más de un año está interrumpido el tránsito por ruta 7 a la altura de este espejo de agua. La situación obliga a los viajeros a desviar por ruta 8, a la altura de Rufino. A partir de allí quienes viajan a San Luis o Mendoza transitan por Río Cuarto y retoman la ruta 7 a la altura de Mackenna, rumbo a las provincias antes mencionadas.
“El Estado no me subvenciona el flete, tampoco los viajes a Buenos Aires, no subvenciona a los comerciantes que ven cómo caen sus ingresos. Y somos los habitantes de esta zona los que pagamos la situación de La Picasa”, afirmó el vecino. A pesar de que el agua se retiró, las bases de la carpeta asfáltica están totalmente “comidas” por el agua, lo cual hace imposible transitar.

Problema hídrico y vial
El productor laboulayense insistió en  que la recuperación de la ruta está directamente atada a la solución hídrica que se debe dar y que depende de la predisposición de Buenos Aires de recibir agua cuando el espejo crece.
“De nada van a servir obras en la ruta si no se le pone una cota a la laguna. Mientras no se solucione el problema hídrico, la ruta va a estar siempre en peligro porque la laguna sigue recibiendo agua”, enfatizó Zoppi. Al tiempo que dejó entrever un manejo discrecional dentro del territorio de la provincia de Buenos Aires de los excesos hídricos, según conveniencia de privados.
“Ellos (por el Estado) apuntan a una solución natural, y en el próximo ciclo húmedo qué. Y lo más preocupante es que no hay intendente ni gobernador que reclame y diga: ‘Muchachos, el sur de Córdoba y Santa Fe se ve afectado por esto, busquemos una solución’”, aseguró Zoppi.
La Picasa, que en sus orígenes ocupaba 4 mil hectáreas, fue creciendo con los años. “Pasó a 25 mil hectáreas, después a 45 mil. Y va a seguir creciendo, los productores lo pueden decir. Llueve menos que antes, pero llega más agua, y eso es por todas las canalizaciones que hay”, advirtió.
“Estamos totalmente abandonados a la desidia de cualquier decisión que se tome”, concluyó el vecino de Laboulaye.

Impacto económico
Ángel Horacio Ceccón, presidente del Centro Comercial de Laboulaye, puntualizó que con la ruta nacional 7 el sur cordobés es víctima de la desidia y del olvido de años y manifestó que la economía regional sufre las consecuencias.
Al estar restringido el tránsito en el sector, hoy ciudades como Laboulaye sufren el impacto en su actividad comercial. A su vez, deben pagar  altos costos en fletes para traslado sea de mercadería o producción.
“Tenemos un flujo  grande de tránsito que no para ni en lo gastronómico ni en las estaciones de servicios, que son los que vuelcan sus ingresos a las compras locales”, indicó en declaraciones a PUNTAL. Y se lamentó debido a que esta no es una situación de ahora sino que se reitera de hace años: “Nunca se tomaron los recaudos suficientes para dar una solución definitiva a la ruta”.
Ceccón detalló que son reiterados los reclamos hechos a través de Fedecom (Federación Comercial Córdoba) sin obtener respuestas. “Incluso he sido parte de una reunión el Ministerio del Interior a la que fuimos con especialistas en cuestiones hídricas a plantear la situación de nuestra zona y la respuesta fue que no había soluciones mágicas y que demoraría entre 4 a 7 años recuperar la ruta. Lejos de venirme satisfecho, me molestó aun más saber que ahora que ha bajado el agua no está siquiera en los planes del Gobierno hacer algo en la ruta 7”, se lamentó.

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