27 ene 2018

Ratones y marsupiales autóctonos en peligro



La Voz del Interior (27/01/2018)
En el campo hay pequeños animales en riesgo de extinción

Un estudio concluye que las actuales prácticas rurales están provocando la desaparición de ratones y marsupiales autóctonos. Los científicos sugieren que conservar los bordes verdes en los campos ayudaría a recuperar estas especies que también benefician a los cultivos.
La agricultura en su versión más intensiva genera grandes transformaciones en los ambientes naturales. Los casos extremos, como la muerte de los 34 cóndores por envenenamiento conocida días atrás, llaman la atención de la gente.
Sin embargo, existen otras alteraciones que pueden pasar inadvertidas para la gente común. Un caso es el de los pequeños mamíferos, roedores y marsupiales que habitan la provincia de Córdoba.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto encontró que la agricultura intensiva reduce la diversidad de estas especies, lo cual no sólo tiene consecuencias biológicas sino que también afecta la salud del campo.
“Los pequeños mamíferos son importantes por su contribución al mantenimiento de una cadena trófica bien estructurada, el consumo y control de semillas e insectos perjudiciales para los cultivos”, asegura Daniela Gómez, primera autora del estudio publicado en la revista de la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos (Sarem).
El trabajo indica que los cambios producidos por la intensificación de la agricultura (el uso de fertilizantes y plaguicidas y la incorporación de sistemas de riego y mecanización extrema) y la expansión de la superficie cultivada a costa de ambientes naturales, producen un aumento en la abundancia de especies generalistas, pero reduce la abundancia de las especialistas.
Los pequeños mamíferos generalistas son capaces de utilizar y adaptarse a diversos tipos de hábitats y recursos. Los especialistas dependen de algún tipo de alimento particular y/o de una determinada estructura del hábitat.
“En algunos casos la intensificación agrícola está produciendo la extinción local de poblaciones de estas especies”, dice Gómez.
Es el caso de marsupiales como el colicorto pampeano (Monodelphis dimidiata) y la marmosa pálida (Thylamys pallidior) y de roedores como el pericote común (Graomys griseoflavus) y el ratón cordobés (Akodon dolores).
En lugar de las siete a 10 especies de pequeños mamíferos que deberían convivir en los suelos cordobeses, el ensamble se compone de no más de cinco.
“El cambio más importante comenzó en la década de 1990 con la introducción de la soja genéticamente modificada tolerante al glifosato. Se comenzaron a remover los bordes en los campos que servían de hábitat. Varias especies de mamíferos de gran tamaño se extinguieron de manera local como el aguará guazú, zorros, gato montés y pumas”, comenta José Priotto (investigador de Conicet y la UNRC), quien coordinó una publicación especial de la Sarem sobre este tema.
El experto explica que no sólo se pierden las especies, sino también las interacciones y los servicios ecosistémicos que prestan.
“Por ejemplo, las aves y pequeños mamíferos sirven para el control de insectos y semillas de malezas. Garantizar la biodiversidad en los agroecosistemas podría representar un beneficio en el control biológico de especies nocivas para los cultivos”, agrega.
Este grupo está estudiando el rol de los roedores como predadores de semillas de malezas problemáticas para la región por ser tolerantes a herbicidas.

Mejores prácticas
La bióloga asegura que algunas prácticas simples podrían implementarse en los campos para sostener estas poblaciones. Por ejemplo, el mantenimiento de bordes anchos con cobertura vegetal verde la mayor parte del año y un aumento de la superficie de dichos bordes, además de evitar su fumigación.
Para Priotto, el modelo agropecuario actual debe ser revisado para lograr una combinación eficiente entre el uso de la tierra con fines productivos y la conservación de la biodiversidad.
Y menciona algunas medidas que deberían tomarse, como un ordenamiento territorial que considere áreas para agricultura intensiva y otras donde se promueva la agricultura orgánica en campos cercanos a las poblaciones.

Cuántas especies viven en los bordes del campo
Los relictos de flora autóctona son claves para la fauna local.
Claves. Los relictos de bosque chaqueño dentro de grandes extensiones agrícolas pueden albergar una buena colección de especies, según otro estudio de 2012 de Maura Kufner, investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba.
Relictos. Estudió montecitos y bordes de campo con ambientes autóctonos del departamento Totoral donde pudo censar hasta 109 especies de animales vertebrados (mamíferos, aves, anfibios y reptiles). “Los relictos de vegetación nativa revisten importancia para preservación y restauración de la fauna regional”, concluye el trabajo.
Generalistas. Pero observó una mayor presencia de especies de ecosistemas pampeanos, más que de bosque chaqueño y abundancia de animales generalistas.

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