6 ene 2018

Determinan el cause del arroyo cloacal de Córdoba Capital



La Voz del Interior (06/01/2018)
El arroyo cloacal que recorre 4 kilómetros y tiene cinco afluentes

No hay registro de cuándo brotó. Desde hace varios años un arroyo de aguas servidas fluye por los barrios del oeste de la ciudad hasta llegar al río. Zigzagueante, es un accidente geográfico urbano más.
Este arroyo cloacal nace en la triple frontera entre barrio San Roque, Los Granaderos y Lamadrid: en Agustín Roque Arias y Juan García Martínez, a la altura del Canal Maestro Norte y al lado de uno de los depósitos de escombros y ramas habilitados por la Municipalidad para los carreros.
En medio de una postal de agua semiestancada, de cubiertas rotas y de olores penetrantes, emerge una vertiente que, tomando por la pendiente natural del terreno y cuatro kilómetros después, desemboca en el Suquía.
La naciente es una cañería de 50 centímetros de diámetro que desagua en Agustín Roque Arias. Los vecinos afirman que se trata de una obra iniciada hace años para descomprimir el canal cuando rebasaba y que nunca se terminó.
Desde la Provincia aseguran que no tienen esa conexión registrada porque el control del nivel se hace en la esclusa de barrio Rosedal. El caño desde el que brota el agua emerge a 10 metros del canal, aunque su origen es incierto.
En su trayecto, este arroyo recibe múltiples afluentes: aguas servidas y otros líquidos que los vecinos tiran a la calle. “Estamos al tanto de esta situación. Se trata de barrios sin cloacas que desagotan desperdicios a la calle, aguas grises en su mayoría”, señala Daniel Bardagi, director de Redes Sanitarias y Gas de la Municipalidad.
Por momentos este curso de agua servida puede ser un hilo pequeño, pero tiene una corriente constante. Hay lagunas que se hacen en los baches o baches que se hacen por las lagunas.
“Nos genera muchos problemas todo el año. Nosotros hacemos los arreglos, pero si no se tapan las filtraciones no nos sirve”, asegura Víctor Barrera, delegado de Obras Viales de la Municipalidad.
Los registros sobre la existencia de este curso de agua servida son dispares. Los vecinos no coinciden; algunos afirman que tiene meses, otros años y la mayoría habla de décadas.
“Estamos repodridos. El agua servida suele llegar hasta la mitad de la calzada. Los negocios se ven muy perjudicados. Uno pisa y lleva miles de bacterias a su casa”, se queja Olga Rodríguez, vecina de Alto Alberdi, cerca del río.
Desde su nacimiento en Agustín Roque Arias, el curso de agua recorre 3,8 kilómetros. Primero dobla en Santiago Moritán hasta una iglesia evangelista. Allí se encauza el agua servida por el terreno privado hasta Pedro Carrasco. Luego, unos 10 metros hacia el este, dobla hacia la izquierda por Miguel Caxaraville hasta Santa Ana, donde se forma la primera de las lagunas de agua servida.
“Algunas veces arreglan el bache, pero el agua sigue. Las bacterias y los mosquitos los tenemos en la entrada”, asegura Johana Stefani, empleada de un comercio de artículos del hogar que tiene su ingreso por esa misma esquina.
El arroyo continúa por Santa Ana hasta Félix Paz. La esquina es un enchastre; allí se forma un humedal permanente. Luego, desciende 10 cuadras para tomar por Deán Funes en dirección este. En la esquina de Deán Funes y Pereyra Albarracín, recibe el aporte de un nuevo afluente. Desde una tapa de cloacas emerge un caudal de agua servida. El curso se vuelve subterráneo por unos metros hasta la esquina de Zípoli y Palacio, donde recibe su último impulso. Un canal hecho por los vecinos que bordea una cancha de fútbol en El Bordo es el último afluente antes de que llegue al río. Desde aquí en adelante, el olor se vuelve más intenso. “Hace tres meses que está constantemente fluyendo. Acá hay un desagüe que hicieron los vecinos para que no se llenara de agua servida”, asegura Miguel, vecino histórico del lugar.
El arroyo recorre cinco barrios: Lamadrid, Puente Blanco, René Favaloro, Tranviario y Alto Alberdi.

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Cloacas y desagües previstos, que no salen de la etapa de proyecto

Como tantos otros barrios de la ciudad, Lamadrid no tiene cloacas a pesar de estar cerca de la red. Desde la Municipalidad aseguran que el caño maestro que pasa por Santa Ana no es lo suficientemente potente para sumarle nuevas conexiones domiciliarias y se necesita un ducto más grande para canalizar los desechos.
Lamadrid tampoco está incluido dentro del plan de obras para cloacas troncales que está realizando la Provincia.
El barrio ya cuenta con un proyecto para la realización de la obra. En 2001, el exconcejal de PJ Daniel Russo presentó una propuesta para hacer las cloacas. Fue aprobado por el Concejo Deliberante, pero nunca se concretó. La crisis económica de ese año sacudió al país y a la gestión municipal de Germán Kammerath y jamás se comenzaron las obras.
Actualmente, desde Redes admitieron que tienen en estudio varios proyectos para ampliar la red cloacal. El de Lamadrid es uno de ellos. Sin embargo, aún se encuentra en una etapa preliminar.
La selección de este tipo de proyectos depende de la gravedad que presenten: los más afectados son los que tienen la prioridad, aceptaron desde el municipio.
A su vez, la Dirección de Redes Sanitarias y Gas de la Municipalidad indicó que tiene en estado de estudio avanzado una obra vial de un desagüe de gran magnitud para encauzar los efluentes que brotan desde Zípoli y Domingo Palacio.

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