15 oct 2017

Solo un 5% accede a la recolección diferenciada




La Voz del Interior (15/10/2017)
La recolección diferenciada de residuos apenas cubre al cinco por ciento de los cordobeses

Hace rato que se asume en el mundo más evolucionado –y en los discursos en Argentina– que la recolección diferenciada de residuos desde los domicilios es un paso clave para reducir el complejo problema del destino final de la basura.
Córdoba, sin embargo, está muy lejos de mostrar avances en esa línea: hoy, esa modalidad se aplica, cuanto mucho, para los residuos generados por no más del cinco por ciento de la población provincial.
Sólo con separación en origen es posible clasificar luego los residuos con la eficiencia suficiente para la reutilización o reciclado de una parte, y de ese modo, tener que disponer en enterramientos sanitarios una proporción menor.
Se estima que los 3,5 millones de cordobeses generamos, por día, al menos 4,5 millones de kilos de desechos domiciliarios. Una aún insignificante proporción es reutilizada. Eso explica la razón principal por la que pululan y colapsan los basurales a cielo abierto y los enterramientos precarios por casi todo el territorio provincial.
Si se separaran para reciclar los desechos secos como vidrios, papeles, cartones, metales y plásticos, el volumen final se reduciría en alrededor del 30 por ciento.
Si, además, se usaran los residuos húmedos aptos para compostaje, la cifra treparía a entre el 50 y 60 por ciento.
La basura es uno de los mayores pasivos ambientales a los que esta provincia, como gran parte del país, aún no ha sabido encontrarle la vuelta.

Más datos
Un relevamiento de este diario sobre los 20 principales centros urbanos de la provincia, donde viven casi siete de cada 10 cordobeses, evidencia que actualmente sólo en la mitad de Villa Dolores y en un tercio de Villa María hay recolección diferenciada domiciliaria.
La Capital –que genera casi la mitad de la basura de toda la provincia– se suma al listado de las que cuentan con recolección diferenciada, pero con un aporte mínimo, por la escasa eficiencia y regularidad de su sistema, al que adhieren en la práctica muy pocos vecinos.
Entre las tres, puede que los camiones recolecten por separado en forma cotidiana lo generado por unos 100 mil habitantes. Eso representa apenas el 4,5 por ciento de los 2,2 millones de vecinos que habitan esas 20 ciudades mayores.
Dos novedades alentadoras aportan, por estos días, los municipios de Jesús María y Marcos Juárez, que han puesto en marcha sistemas de recolección diferenciada en todos sus barrios.
Lograr que todos los vecinos adhieran en la práctica cotidiana les llevará algunos años, si saben persistir en el intento. Aun si se contaran hoy a ambas ciudades completas, el porcentaje llegaría al siete por ciento del total de habitantes de esos 20 centros urbanos y al 4,5 de toda la provincia.
Entre las ciudades más chicas y los pueblos pequeños hay también escasa adhesión a esta práctica. Cuanto mucho, por su escasa población, podrían aportar un 0,5 por ciento más al cómputo total.
Varias ciudades más vienen prometiendo (algunas desde hace años) incursionar en esta modalidad para reducir sus volúmenes de basura final y además, para generar ingresos y empleo con los desechos que genera. Otras –la mayoría– ni siquiera lo tienen en agenda para el mediano plazo.

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Una por una, qué hacen con la basura las 20 ciudades más grandes

Cero recolección diferenciada en la segunda ciudad de la provincia. El municipio empezó este año a instalar contenedores para desechos reciclables en plazas. Pero es muy poco lo que se reúne en relación con el volumen total. La basura va a un enterramiento precario, donde tampoco nada se separa.

Villa María. Desde hace varios años, hay recolección diferenciada en 16 de los 40 barrios. La adhesión es dispar en los sectores donde se presta. En promedio, se recolectan 2.300 kilos por día de reciclables, lo que representa un volumen muy bajo respecto del global. Los residuos van a un enterramiento municipal, que tenía una planta de separación que ahora está en refacción.

Carlos Paz. Nada de diferenciación. Todo lo que se recolecta va mezclado al vetusto basural municipal a cielo abierto, donde tampoco se separa. Está en marcha, con financiación nacional, una nueva planta para un adecuado tratamiento de los residuos, que incluiría un proceso de recolección domiciliaria por tipo, que se aplicaría desde fines de 2018.

San Francisco. Cero separación en origen. La empresa recolectora descarga todo, sin diferenciación, en un muy precario basural municipal.

Alta Gracia. Se recolecta sin diferenciación. Todo va a parar al predio de enterramiento de la Capital, cerca de Bouwer. Hay algunas experiencias de ONG que separan por su cuenta, pero en un volumen muy bajo.

Río Tercero. Cero recolección diferenciada: todo termina mezclado en el basural municipal, sin tratamiento alguno. Hay dos experiencias independientes de separación: un privado con apoyo municipal recolecta con cestos puestos en diferentes barrios unos 1.200 kilos de envases plásticos por mes, y una ONG local recupera unas siete toneladas de papel y de cartón por mes, por su cuenta.

Bell Ville. Sin separación alguna. Todo llega mezclado al basural donde algunas familias clasifican algo. Hay una planta de separación, pero no funciona. El municipio promete  iniciar en 2018 una experiencia más sustentable.

La Calera. Nada de recolección diferenciada. Sin separar, toda la basura termina en el predio de enterramiento que se comparte con Córdoba capital.

Jesús María. Años atrás, lo intentó, pero no se sostuvo. Ahora, hace dos meses, el municipio relanzó una campaña agresiva, con folletos casa por casa, y montó un sistema por el cual cada noche durante la semana sigue pasando el camión que recolecta los desechos húmedos, pero dos veces por semana sumó, durante el día, otros servicios para plásticos, vidrios, papeles y metales. Además, colocó contenedores con ese fin en espacios públicos. La apuesta es que en varios meses la mayor parte de la población separe en sus casas.

Villa Dolores. Tiene un sistema desde hace varios años de recolección separada y en todos los barrios. Según el municipio, el 60 por ciento de los vecinos clasifica sus desechos. Según otros cálculos, no pasa del 45 por ciento. Con cualquiera de esos números, es hoy la ciudad donde en mayor medida funciona el sistema. El municipio tiene una planta de tratamiento propia, donde se termina de clasificar lo reciclable (papel, vidrio, plásticos, metales) para su venta.

Cruz del Eje. Nula diferenciación. Los camiones municipales descargan todo en el basural municipal a cielo abierto, sin tratamiento ni diferenciación.

Marcos Juárez. En 1994, empezó una experiencia que se fue desvaneciendo. Este mes, el municipio la lanzó con mucha mayor decisión, cubriendo toda la ciudad y con amplia difusión. Los húmedos (restos de comida) son retirados los lunes, miércoles y viernes, y en tachos que regala el municipio. Los secos (reciclables) y peligrosos (pañales, de baño, de mascotas y otros) van en bolsas, separados entre sí, y se recolectan los martes, jueves y sábados. El objetivo es que en seis meses adhiera en forma cotidiana la mitad de los vecinos. Luego, se pretende avanzar sobre el resto. El municipio tiene una planta de enterramiento con tratamiento en la que se hace compostaje con los residuos orgánicos y se compactan los secos reciclables para su venta. La idea es seguir reduciendo el porcentaje sin reutilizar que se entierra.

Villa Allende. Sin tratamiento diferenciado, va todo lo recolectado al predio de Piedra Blanca que utiliza el Gran Córdoba. Hay algunos “puntos verdes” con contenedores, pero el volumen que se separa por esa vía es mínimo.

Arroyito . Nada de separación: el destino es un precario basural a cielo abierto. Hay “puntos verdes” en plazas, pero la recolección de reciclables es muy escasa respecto del total que la ciudad genera.

Deán Funes. Sin diferenciación alguna, todo termina mezclándose en el basural, donde tampoco hay tratamiento de ningún tipo.

Laboulaye. La basura se destina sin separación en domicilio a un vertedero regional, donde se concentran los residuos del departamento Roque Sáenz Peña y en el que se hace alguna clasificación parcial. Se anuncia un proyecto de ir hacia la recolección diferenciada.

Río Segundo. No hay separación en domicilio ni en el cuestionado basural municipal, que carece de todo tratamiento.

Río Ceballos. Sin clasificar, como en las otras ciudades de Sierras Chicas, el destino es enviar todos sus desechos al predio de Piedra Blanca, junto con los de la Capital.

Cosquín . Cero tratamiento diferenciado. Todo va mezclado al basural municipal a cielo abierto.

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Más Información:

- La solución más simple al problema de la basura. Entre los varios temas ambientales que Córdoba tiene pendientes de resolver, el destino de los residuos urbanos es uno de los principales y de los más antiguos.

- Justiniano Posse y La Para, dos pueblos que van más adelante. En Posse el 70% de los vecinos separa la basura. En La Para, el 80%. Ambos pueblos hacen compost y venden lo inorgánico.

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