25 jul 2017

Agua sin agroquímicos en Caroya



La Voz del Interior (25/07/2017)
Descartan agroquímicos en el agua de Caroya

El municipio encargó estudios para detectar eventuales contaminantes frente a dudas por antecedentes de aplicaciones rurales. En la zona, algunos pesticidas habían afectado, años atrás, las plantaciones de vides y frutales.
Colonia Caroya. Reanudando una obligación que el municipio tenía establecida por ordenanza desde 2005, pero que no se aplicaba, a principios de este año se tomaron muestras de agua potable y de agua de lluvia para establecer si presentaban vestigios de productos fitosanitarios de uso agropecuario. Los resultados fueron alentadores porque arrojaron resultado negativo.
El municipio le encomendó la tarea al bioquímico Fernando Manera, exresponsable del área de Bromatología caroyense, con el objetivo de analizar el agua para consumo y también la obtenida a través de las precipitaciones. El trabajo buscaba despejar, además, la sospecha de que ciertos productos agroquímicos, al ser volátiles, podían trasladarse a otras superficies a través de las lluvias. El análisis fue realizado en el laboratorio GreenLab, de Rosario.
“Si bien no se trata de un estudio científico riguroso, nos permite llevar tranquilidad a los vecinos. Para establecer un mayor control del uso de agroquímicos y las posibles consecuencias, estos análisis deben realizarse de forma periódica para establecer patrones que permitan tomar las medidas”, graficó Manera.
El trabajo incluyó las muestras de lluvias del 29 de septiembre y del 4 de octubre de 2016 y del 4 de enero de 2017, tomadas en una vivienda de zona rural que colinda con campos donde se desarrollan actividades agropecuarias. Esas fechas coinciden con los momentos en que se comienzan a aplicar los agroquímicos y en su máximo uso.
El análisis incluyó la detección de 2,4 D, dicamba, piclorán y glifosato, y en todos los casos el resultado fue negativo. Excepto el glifosato, los otros tres plaguicidas evaluados son volátiles (pueden ser arrastrados fácilmente por el viento) y no fueron encontrados en el estudio de laboratorio.
Paralelamente, se tomaron muestras de las fuentes que capta la red domiciliaria de agua potable de la Cooperativa de Servicios Públicos de Colonia Caroya y Jesús María. En esas muestras, se añadieron análisis físico-químicos y parámetros más exhaustivos. Allí, sobre 147 pesticidas estudiados, las muestras dieron por debajo del límite de detección, es decir, que el agua de la red domiciliaria era inocua y apta para el consumo humano al momento de la muestra.

Antecedentes
En 2016, el Ministerio de Agricultura y Ganadería provincial firmó en Caroya una resolución por la cual prohibió el uso del herbicida 2,4 D en su formulación éster (el más volátil) en el período ventana que va desde el 1 de agosto hasta el 31 de marzo de cada año en buena parte de la provincia.
Pero Caroya viene debatiendo los efectos del mal uso de herbicidas desde 1997, cuando se detectó por primera vez que el uso del 2,4D en su formulación éster afectaba a todos sus cultivos de hoja ancha, especialmente las vides, muy sensibles a la exposición de ese producto.
La queja de productores, rápidamente, se trasladó al resto de la comunidad, que comenzó a preocuparse por eventuales efectos en la salud por la deriva de estos productos. En ese marco se establecieron esos análisis al agua de red y de lluvias.
Renovados requisitos para que sea potable. En 2016, la Provincia actualizó los parámetros que debe reunir el agua para consumo humano. Por primera vez, incluyó los análisis sobre presencia de agroquímicos. Resta asegurar que se hagan.

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Lo que toda localidad debe saber

Se exigen monitoreos sobre la presencia de más minerales y otros puntos.
En agosto de 2016, la Provincia dictó una nueva resolución que actualizó los requisitos exigibles para determinar qué agua es considerada potable para consumo humano. Una de las novedades es que pasó a ser obligatorio, desde entonces, que se midan parámetros de presencia de agroquímicos de uso rural frecuente, fijándose el tope tolerable en cada caso. También se exigen monitoreos sobre la presencia de más minerales y otros puntos. Hasta entonces, los controles casi que se limitaban sólo a evitar la contaminación bacteriológica.
La redacción fue fruto de un acuerdo al que llegó una comisión multidisciplinaria de estudio.
El Ersep, ente regulador de los servicios públicos provinciales, es el encargado de hacer cumplir el criterio en toda Córdoba.
El dilema es cómo se controla que en cada localidad se cumpla y que los vecinos accedan a la información periódica sobre los resultados de esos análisis. Eso sigue siendo un asunto pendiente.

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