19 jun 2017

Migrantes ambientales en Buchardo

El Puntal de Río Cuarto (19/06/2017)
El sur inundado: advierten sobre el creciente éxodo de vecinos de Buchardo

Por la imposibilidad de cosechar, los tambos que cierran y los transportes sin tener qué trasladar, son muchas las familias que deciden irse a otros pueblos. “Acá sin el campo no tenemos cómo vivir”, aseguran
Buchardo.- Productores, empresarios, comerciantes, transportistas y la comunidad toda de esta localidad están sufriendo el impacto de las inundaciones, y aseguran que son muchas las familias que deciden migrar a otros pueblos en busca de oportunidades laborales.
Esta población que geográficamente se ubica dentro de la provincia de Córdoba, está justo en el límite con las provincias de Buenos Aires y La Pampa, y junto a comunidades vecinas está viendo transcurrir horas amargas por el avance de las aguas, por cosechas que no se pueden levantar, por caminos destruidos que no se pueden arreglar porque todo está bajo el agua y porque las posibilidades de progresar y expandirse se alejan día a día.

Producción paralizada
El ingeniero agrónomo Diego Dania, socio gerente de una importante empresa acopiadora de cereales y oleaginosas, sostiene que el problema hídrico "va para largo", al tiempo que reclama que se tomen medidas urgentes que permitan escurrir las masas hídricas que hoy se adueñaron de las tierras en este sector.
Para el empresario, si Buenos Aires no autoriza la recepción del agua que desde el río Quinto pase al Salado o a otros reservorios, la discusión puede ser muy prolongada.
"Mientras tanto, nosotros, que tenemos este emprendimiento con 20 empleados que dependen de nosotros, estamos trabajando a  solamente un 15% de nuestra capacidad operatoria. La cosecha se va sacando de a poco porque los caminos rurales están destruidos. Tenemos bolsones a 3.500 metros del pueblo y no los podemos sacar".
Dania, quien fue concejal de la localidad, considera que la utilización de programas informáticos que dan cuenta de los niveles de las regiones (tipo Google Hearth) permite ubicar las zonas más elevadas para depositar los granos cosechados, para que no se inunden y que puedan "aguantar" el paso del tiempo en condiciones de espera hasta que las aguas se retiren.
"Esa es solamente una de las patas de la rueda productiva, hay otras penurias en el pueblo, como por ejemplo la falta de servicios, y todo suma para que se viva un panorama muy incierto", expuso el profesional del agro.

Los camiones se van
Nelson Costa, titular de la Asociación Civil de Transportistas de la localidad, también se refirió al impacto que la inundación tiene para este sector laboral. Son más de 80 los camiones que forman parte de la entidad, pero que hoy tienen muy poco trabajo en el traslado de cargas mínimas.
Asegura que apenan llegan a mover unos 15 mil kilogramos por viaje para evitar quedar empantanados. Esto obliga a realizar varias veces el mismo recorrido con fletes que no se ajustan a los gastos que hoy tienen los transportistas.
A pesar de los esfuerzos de la institución, de la Municipalidad y del consorcio, el agua es un obstáculo insalvable para transitar la red rural secundaria y terciaria con caminos casi inexistentes.
Nelson Costa sostuvo que muy pocos camiones han quedado en Buchardo. El resto se tuvo que ir a otras regiones para trabajar y mantener a unas 200 personas que dependen de esta actividad.
"Del grupo de camiones afiliados, nos ha quedado en el pueblo solamente un 20%". "Esto va para largo, no vemos soluciones a corto plazo. De seguir así, no sólo el transporte, el pueblo en general la va a pasar mal. Lo que podemos hacer como instituciones es intentar ayudar para mejorar los caminos trayendo piedras, pero nada más".
Por último, el dirigente transportista  dijo que el tiempo pasa muy rápido y falta poco para el inicio de la época de lluvias. Si no hay soluciones, el éxodo de transportistas continuará.

El peor año
Marisel Izurieta es propietaria de un importante supermercado en Buchardo, y es uno de los principales generadores de fuentes laborales.
Esta mujer sigue haciendo frente al impacto económico que ha demandado el cierre de la mayoría de  los tambos, y la recesión que se vive es cada vez más acentuada.
"En los 16 años de comercio, este es el peor año que estamos viviendo. Hemos pasado otras dificultades y otras tantas inundaciones, pero esto es lo peor", aseguró.
"Estamos viendo a muchas familias que están emigrando y que van a seguir radicándose en otros lugares. Acá se terminaron las colonias y la vida del campo, que era el que producía, con familias que venían un par de veces a la semana y compraban de todo. Vemos con tristeza que hay un éxodo lento. La gente joven, de 20 y 40 años, somos contados con la mano los que estamos quedando", manifestó la comerciante.
En Buchardo hoy quienes parecen tener un trabajo asegurado son los empleados de la Municipalidad, plantas acopiadoras, entidad bancaria y un puñado de comercios.
"No hay más fuentes de trabajo. Los pibes se tienen que ir. Los que han podido estudiar y que se reciben no vuelven más",  reflexionó con preocupación.
Izurieta también se refirió a los costos que deben afrontar los vecinos para pasar el invierno. Es que no acceder al gas natural obliga a utilizar otros sistema que resultan onerosos.
Marisel Izurieta recordó que la solución para pasar este invierno es ahorrar, el que puede. Para calefaccionar una casa hay que hacer malabarismos porque el gas envasado es de alto costo. "No me quiero poner nerviosa con esto, pero es la triste realidad que estamos viviendo".
Los vecinos de Buchardo están observando que hay muchas casas en venta. El agua es el principal factor de un verdadero caos social, laboral y poblacional que hoy está perjudicando a esta población del sur cordobés que está padeciendo las horas más amargas de su historia.

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