2 may 2017

Hace rato que Bajo Grande contaminaba



Día a Día (02/05/2017)
Seis meses atrás, Bajo Grande ya contaminaba 15 veces por encima de lo permitido

Análisis de Recursos Hídricos de la Provincia confirman que la planta estuvo contaminando por encima de lo permitido en noviembre del año pasado con valores que hacen incompatible la vida en el río.
Hace casi seis meses, la Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO), el principal indicador que mide la contaminación a la salida del Establecimiento Depurador de Aguas Residuales (Edar) de Bajo Grande dio 15 veces por encima de los valores permitidos.
La DBO detectada en tres análisis realizados por el Laboratorio de Aguas de la Secretaría de Recursos Hídricos de la Provincia a la salida de la planta de tratamiento de líquidos cloacales en noviembre del año pasado reveló una mayor carga de materia orgánica que la establecida en el decreto de referencia 847/2016 como número máximo: 40 miligramos por litro. En la primera muestra se detectó 254 miligramos; en la segunda, 150; y en la tercera, 622. Todas las extracciones de muestras se hicieron entre el 21 y el 30 de noviembre del año pasado, entre las 12 y las 13, un horario pico en el uso del sistema cloacal.
¿Qué significa que se necesite mayor cantidad de oxígeno para descomponer la materia orgánica, la DBO aludida?
“El solo dato de DBO5 encontrado en los tres análisis de Recursos Hídricos refleja que resulta imposible la vida acuática río abajo por falta de oxígeno, ya que es consumido por bacterias que se alimentan de la materia orgánica vertida. Solamente muchos kilómetros después la vida acuática se puede recomponer, en la medida que el río se va oxigenando y la materia orgánica va siendo consumida por las bacterias. Recordemos también que para muestras tomadas al final de la estación seca del año, el caudal de los efluentes suele superar el propio caudal que trae el Suquía”, explicó el biólogo Federico Kopta, presidente del Foro Ambiental.
En otras palabras, con este registro de DBO la vida no es posible. Y existen riesgos adicionales para la salud humana, por la contaminación de las aguas.
En el menor de los casos encontrados, los valores serían aptos para ingresar a la planta, no para salir de allí, agrega Kopta. “En la página 155 del Estudio de Impacto Ambiental del proyecto de ampliación licitado por la Provincia presenta la Tabla 15 con las características del afluente y efluente. Allí se prevé para el líquido afluente una DBO5 de 250 mg/l. Quiere decir que en dos de los casos analizados los efluentes vertidos por Bajo Grande servirían para que entre a la futura planta de tratamiento de efluentes, y en un caso colapsaría hasta a la nueva planta con los efluentes que salen de Bajo Grande”, advierte el especialista.
También están excedidos los valores permitidos en otro indicador medido en este estudio: el de la Demanda Química de Oxígeno (DQO), que mide todo lo que se puede oxidar. Con valores máximos de 250 miligramos por litro, se detectaron 385, 498 y 1.327 miligramos: entre 50 por ciento y 450 por ciento más que lo permitido.
Los análisis que se refieren de Recursos Hídricos fueron solicitados durante semanas a la Provincia y se entregaron incompletos: no tienen detalle de presencia de bacterias, en particular, las coliformes, que servirían para alertar de otros peligros sanitarios. Pero son los últimos datos disponibles en los laboratorios de la Provincia, mientras se procesan las muestras obtenidas dos semanas atrás, cuando Policía Ambiental fue hasta la salida de Bajo Grande y levantó líquidos aguas abajo para llevarlos al microscopio.
Estos datos, no nuevos pero recién conocidos ahora, sirven para poner en contexto la admisión de serias falencias en los procesos de tratamiento de líquidos cloacales en Bajo Grande puesta a la luz en el decreto de emergencia ambiental del intendente Ramón Mestre, firmado el 24 de abril.
Se sabe que los problemas en Bajo Grande tienen décadas de antigüedad, pero los motivos que llevaron a reinstaurar la emergencia ya existen desde, al menos, seis meses atrás. Sin embargo, la declaración llegó luego de una serie de denuncias de los empleados y de concejales opositores, relativizadas por funcionarios que atribuyeron, unas a pedidos gremiales de incorporación de empleados; las otras a avidez política.
Análisis del laboratorio de la misma Edar, difundidos por el diario La Voz del Interior, demostraron que se tiraban al río materiales con poco o nulo tratamiento. Pero también fueron desvirtuados por la intendencia al vincularlos a los delegados gremiales de Bajo Grande. Es por esto que este estudio que se publica aquí tiene otra relevancia para la verdad: Recursos Hídricos de la Provincia no es parte en el presunto conflicto de intereses del Suoem.
El subsecretario de Ambiente de la Municipalidad, Sebastián Roca, explicó que la anterior emergencia cubrió hasta julio de 2016, pero eso no significó que se detuvieran las trabajos de reparación e inversión en la planta, ni las tareas de mitigación del impacto. Por otra parte, Roca dijo que no le constaba que la Municipalidad conociera el estudio de Recursos Hídricos aquí publicado, puesto que las notificaciones e intimaciones llegan a otra área: Redes Sanitarias, encargada de la operación. Estar o no en emergencia no es una declaración de gravedad: es la medida administrativa que permite que se utilice el Fondo para Emergencias, por caso; o acelerar trámites administrativos internos, enfatiza Roca.
¿Qué dice en concreto el decreto de emergencia del intendente Ramón Mestre?: instruye a sus funcionarios a garantizar el armado de los canales desarenadores 1 y 2, la limpieza del percolador secundario 4 y de los otros percoladores, la puesta en funcionamiento de la planta de tratamiento de barros y la dosificación estable y sin cortes de cloro, para evitar que se vuelquen líquidos en crudo. Estos son algunos de los elementos de la planta que los empleados denunciaron que no funcionan o lo hacen muy deficientemente.
Para Roca, antes de que venza el plazo de 180 días de la emergencia van a notarse mejoras. Y dijo que ya se trabaja para poner en funcionamiento un percolador más, con un costo de 24 millones de pesos. Los percoladores, hace notar Roca, tienen problemas estructurales derivados de la ampliación de 2010, durante la gestión Giacomino, que requieren reparaciones periódicas. También se está trabajando en la caldera para secar los barros: ahí el problema es que no levanta suficiente temperatura para que actúen las bacterias.
Pero las instrucciones de Mestre no van dirigidas apenas a quienes deben ocuparse de reparar las máquinas: pide una serie de medidas para atender a potenciales afectados e indica acciones preventivas. Esto va para Ambiente, pero también Salud y Gobierno, que deben atender a los posibles afectados por el mal funcionamiento de la planta.

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Más Información:

Análisis Bajo Grande noviembre 2016
Análisis Bajo Grande 2
Análisis Bajo Grande 3
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1 comentarios:

norma delio dijo...

Los edificios grandes que construyan plantas depuradoras asi descomprimen Bajo Grande.

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