1 dic 2016

Terrible situación social en el relleno de San Francisco





La Voz de San Justo (01/12/2016)
La promesa de regularizar el cirujeo en el relleno sanitario para acabar con una foto que indigna

Una inminente medida que tomaría el municipio podría apaciguar las aguas de un conflicto que asoma, a partir de que en las últimas horas, un grupo de 30 cartoneros y cirujas denunciaran públicamente que desde el lunes, ya no los dejan ingresar al predio del exrelleno sanitario, lugar en el que hoy–cuando se agrava la situación económico social, no solo en nuestra ciudad-, hallan su medio de subsistencia, porque juntar deshechos para luego reciclar y también comida, es el único ingreso en su hogar; es su “trabajo”.
Las autoridades municipales anunciarían un sistema de regularización de la actividad mediante una suerte de censo de las personas que acuden a ese basural a cielo abierto, ubicado a 12 kilómetros de San Francisco.
Una vez identificadas e inscriptas en un registro, podrían regresar al predio para continuar con lo que hacían hasta ahora y que los ayudaba a mantener su familia. 
Días atrás, antes de conocerse esta noticia, LA VOZ DE SAN JUSTO recogió el testimonio de los protagonistas de una historia que desnuda una cruel realidad, que habla de vulnerabilidades, de carencias, de falta de oportunidades, aunque paradójicamente, ellos hallen la oportunidad en ese mar de basura, que recorrimos.
¿Será esta medida el primer paso para una cooperativa? De no serlo, al menos podría ser el puntapié para un tratamiento integral de la basura; un paso significativo ue pondría a la ciudad en el rumbo que perdió hace más de una década, cuando el relleno sanitario dejó de cumplir su función y se transformó, por impericia entre otras causas, en un basural que indigna.

A continuación, nuestra crónica:
Son como olas eternas. De alas blancas, que suben y bajan constantemente, como si ese mar estaría revuelto. Las gaviotas, su vuelo, embellecen la postal. No se detienen nunca, salvo cuando sus ojos detectan algo entre todo lo que hay debajo de ellos, lo que subyace en su vuelo matinal.
El exrelleno sanitario de San Francisco es a primera vista -y también a la distancia-, eso: gaviotas, basura y montañas de tierra que tapan más basura. Cuando te acercás, el cuadro suma camiones y más personas.
Es jueves por la mañana, apenas pasadas las 9, y entre las gaviotas y las bolsas desechas y las trastos apilados uniformemente hasta el horizonte, aparecen hombres y mujeres, con la cabeza siempre mirando hacia abajo, la espalda arqueada y las manos metidas entre lo que otros tiran.
No hay distinción de sexo, ni de edad, hay si una marca que los aúna: viven de lo que allí encuentran.
Hay veces que cuando el camión de Ashira o el vehículo municipal que transporta inertes o de alguna empresa privada de conetendores, vuelca su contenido sobre la tierra, aparecen cosas, otros días no. Otros días no hubo “tesoros”: ni aluminio, ni cobre, ni bronce, a caso algo que se pueda vender como chatarra en alguna chacharita; acaso algún mueble, una estantería.
Como el andar de la bandada de gaviotas, la cantidad de gente que vive de la basura fluctúa según los días y las épocas del año.
Es jueves y LA VOZ DE SAN JUSTO cuenta 15, que al principio estas desperdigados por el terreno y cuando son después de las 10, cuando el grueso de los camiones de basura finaliza su recorrido ahí, justo ahí, se garrapiñan todos en torno a esa ducha tosca, mecánica que riega basura.
Según comentan los propios cirujas -así se autodefinen- los sábados son los días que más gente se encuentra. Las mujeres, los sábados igualan a los hombres que día a día recorren el predio de ese basural.
“Hace cuatro años que vengo. Todos los días. En un momento, no nos dejaban entrar y fuimos a hacer un reclamos al Palacio Tampieri pidiendo trabajo y nos volvieron a abrir las puertas”, Contaba  esa mañana uno de los cirujas más entrado en años. 

El camión del súper
“Es muy triste ver cuando llega el camión que viene de un supermercado”, le comenta a LA VOZ DE SAN JUSTO un empleado del relleno sanitario. El camión del súper trae desechos sí, pero también trae comida., que sirve para llevarse a casa, como el cobre, el bronce o la ropa.
La gente come de la basura, rasquetea bolsas con sobras de alimentos.Algo similar sucede con la vestimenta. Los asiduos visitantes de ese sitio de olores nauseabundos hallan allí ropa para ellos y para sus hijos. Queda la sensación de que esa ropa que están usando ahora todos, salió de ese monte de residuos.

La idea de la planta recicladora
Buscan trabajo. La mayoría los que están revolviendo basura confiesan a este diario no quieren estar allí. Han pasado gobiernos, campañas, promesas… y ellos siguen ahí. Como las gaviotas.
Uno de los muchachos nos dice que estaría bueno formar una cooperativa de trabajo para la gente que recurre al relleno de domingo a domingo para subsistir.
La firma de un acuerdo marco entre la municipalidad y el gobierno de la Nación para el financiamiento de la instalación de una planta de reciclado de residuos sólidos urbanos en el exrelleno se había constituido en una de las novedades más significativas a fines de 2012. Pero no hubo grandes avance luego respecto a esta obra, la que, de concretarse, pondría en marcha una modificación trascendente en el tratamiento de los residuos que se originan en nuestra ciudad y comenzaría a ponerse punto final a una situación triste y degradante que viene de años y de una administración anterior cuya nula política ambiental derivó en que lo que era un predio de relleno sanitario se convirtiese en un basural a cielo abierto, con los consabidos trastornos que esto genera para el ambiente y la salud de las personas.

Como las gaviotas
Los camiones siguen entrando, descargando y saliendo del predio. Los cirujas siguen sumergidos entre el mar de bolsas. Uno tiene un secarropa todo aplastado que para algo servirá; otro encontró unas zapatillas; otro, una mochila. No es lo mismo que antes afirman: “De un tiempo a esta parte, llega muy poco, hay que rasquetear mucho para encontrar algo que sirva para vender o llevarse a casa”.
Hay una diferencia entre las gaviotas y los cirujas. Las aves escarban por su animal condición de carroñeras; los cirujas carroñean lo que allí se deja para ‘bancar’ el plato de comida, por dignidad.
Cuando nos vamos, la postal tiene gaviotas, camiones que entran y salen, una jauría de perros que juegan con la topadora y gente, demasiada gente buscando dignidad entre la basura. Casi la misma cantidad que gaviotas.

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Ya hay 21 inscriptos en el registro para regular el cirujeo en el relleno sanitario

El secretario de Infraestructura y Servicios del municipio, Oscar Enrico, mantuvo un encuentro con quienes llevan a cabo el cirujeo en el exrelleno sanitario para analizar la situación.
En el marco de dicho encuentro, Enrico les manifestó la decisión de la municipalidad de establecer el registro con el objetivo de “ordenar la actividad desarrollada en el predio de 21 hectáreas donde se encuentra el relleno sanitario”.
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, Enrico dijo que “estuvimos reunidos con estas personas en mi oficina, que son habitué del relleno sanitario. Los escuché en el marco de una reunión muy abierta y franca en la que incluso participó gente de la oposición, donde todos opinaron al respecto”. 

“Muestra la situación social, es preocupante”
Desmintió además que “en ningún momento nosotros cerramos el relleno sanitario. Lo que hicimos con esto fue buscar un principio de ordenamiento de una situación que debe ser modificada. El relleno sanitario tiene cirujeo desde que se abrió en 1994 y siempre hubo con mayor o menor organización esta actividad. En su momento funcionó una cooperativa que luego se disolvió, después volvió a empezar. Siempre hubo presencia de particulares en el relleno sanitario y este es un tema complejo que a las claras muestra lo que es hoy la situación social y no deja de ser algo preocupante”.
A partir de la reunión realizada el miércoles, “adoptamos una decisión de común acuerdo de hacer un registro para comenzar a trabajar en un ordenamiento en este sentido”, razón por la cual explicó que hasta las últimas horas de la mañana de ayer “había 21 personas inscriptas, todos mayores de edad porque no puede haber menores”.
Resaltó también que el encuentro “fue una charla amena en una mesa común donde ellos se expresaron libre y desinteresadamente sobre la cuestión”.
En lo que hace a los planteos e inquietudes desarrolladas por las personas que se dedican al cirujeo en el relleno sanitario, el funcionario municipal dijo que “ellos no tienen grandes aspiraciones. Su idea radica en que no se los prive de esa posibilidad y que se les permita seguir haciendo lo que hacen desde hace mucho tiempo porque en muchos casos, forma parte de su sustento, de su modo de vida”.
El funcionario insistió: “De ninguna manera la municipalidad está prohibiendo el cirujeo en el relleno sanitario. Con este registro se busca ordenar la actividad y conocer quiénes son los que la llevan a cabo y qué hacen allí”.
Sobre el funcionamiento del registro, “desde muy temprano la guardia en el relleno sanitario está tomando los datos y a partir de eso las personas tienen regulado el lugar donde deben ingresar y salir del predio, es decir, hay un control sobre el movimiento y el lugar de desplazamiento para control”.

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