30 oct 2016

Período lluvioso y aparece el fantasma de la inundación



La Voz del Interior (30/10/2016)
El fantasma de la inundación, en el este cordobés

Aún quedan zonas rurales que llevan casi un año bajo agua. Además, hay áreas ya complicadas por lo que llovió este mes. Admiten que se han hecho obras, pero hay otras pendientes. Y se viene el período de lluvias.
Las lluvias comenzaron a dejar sus primeras marcas tras el invierno en la provincia, y a los habitantes rurales y urbanos de todo el este cordobés se les hace un nudo en la garganta. Después de varios meses con escasas precipitaciones, las napas bajaron y el agua se retiró, muy lentamente, de cientos de miles de hectáreas inundadas. Aun así, quedan campos anegados desde el verano pasado, inutilizados desde entonces.
La alerta se enciende, además, porque donde más llovió este mes ya se registraron zonas inundadas. La preocupación se acentúa ante el verano que se aproxima, mientras las obras prometidas por la Provincia y la Nación avanzaron parcialmente.
Se limpiaron canales y arroyos, se abrieron nuevos y se repararon caminos rurales, pero los vecinos de varias zonas complicadas consideran que es insuficiente.
En la última semana, ya hubo nuevas inundaciones severas en la zona de Bengolea y Ucacha, del departamento Juárez Celman (en el centro-este provincial). Allí fueron intensos 200 milímetros los acumulados en octubre, que provocaron campos anegados con imágenes de vacas “nadando” en el agua, productores aislados, caminos desaparecidos y hasta viviendas urbanas afectadas.

Esperan más
“Se hicieron reuniones y no mucho más. Las obras no alcanzan, porque no hacen nada para detener el agua que viene de cuenca arriba”, exclamó Paola Paravarosco, productora de Las Varillas. “Los caminos siguen siendo un desastre. No tenemos por dónde andar”, agregó.
En esa región se iniciaron trabajos de limpieza de los canales Florentino y El Acequión, y parte del San Antonio. El temor no es tanto a la lluvia que pueda caer sobre la zona, sino a la que llegue por deriva.
Más al sudeste, Alejandro Martinazzo comparte la inquietud con un grupo de 50 productores afectados por la cuenca del San Antonio y el Tortugas. “Al sur de ruta 9, no se hizo ninguna obra. La defensa que habían prometido para Cruz Alta no está”, relató desde el límite con Santa Fe. Martinazzo anticipó que enviaron cartas documento a autoridades provinciales y nacionales “para que se pongan de acuerdo en hacer las obras”.
“Con las napas ahí nomás del suelo, si llueve estamos complicados”, comentó el productor. En todo el este provincial, las napas están muy altas para recibir el verano, con suelos que ya no absorben más lluvias y sólo las derivan.
Las obras de dragado en los ríos San Antonio y Carcarañá, consideradas primordiales por los productores de la zona más cercana a Santa Fe, no comenzaron. “Pero si se hace todo aguas arriba y no se limpian los receptores, tendremos otro problema grave”, evaluó Hugo Biga, de la Asociación de Productores de Marcos Juárez.
En la línea de ruta 11 –entre Laborde, Pascanas y Monte Maíz–, también siguen preocupados, como en la zona de Cavanagh, Guatimozín y Corral de Bustos, en torno a la laguna La Blanqueada, donde hay campos que llevan más de un año bajo agua. Desde enero, la ruta provincial 12 está cortada por la crecida de La Blanqueada, y una obra de alteo para levantarla está en marcha. Allí no bajan el agua sino que suben la ruta.
También sigue habiendo agua “vieja” sobre zonas rurales de Canals, Bremen e Isla Verde, al sur del departamento Unión, donde se abren nuevos canales pero aún no terminados.

San Justo
En el nordeste, el departamento San Justo tuvo amplias regiones inundadas. El agua fue retirándose pero quedan áreas donde sigue estancada y restan obras para su escurrimiento. Una de las más afectadas es al sudoeste de San Francisco, donde unos 20 productores llevan tres años casi sin producir. Javier Cassineri, uno de ellos, relató que “desde principios de año, solamente podemos entrar al campo a pie o a caballo. Ahí es imposible producir”.
Cerca, en La Francia, la intendenta, Fernanda Grimaldi, señaló que la Provincia viene trabajando para evitar que el agua vuelva a afectar al pueblo. “Se está limpiando el arroyo Los Guevaras, que permite ir derivando hacia la laguna Mar Chiquita, y se está ensanchando sobre dos puentes que obstaculizan el paso del agua ante crecidas”. Grimaldi precisó que se realizaron dos cortes sobre la ruta 19, y otro se sumará para agregar alcantarillas y evitar que actúe de dique.
En Arroyito, llevan dos años a los saltos por los excesos hídricos. El intendente Mauricio Cravero confirmó que esta semana la Provincia licitó las obras del canal que desviará aguas de zonas rurales hacia el río Segundo. Ese nuevo ducto costará 19 millones de pesos y estaba demorado porque dos propietarios rurales se negaban a ceder el paso, hasta que finalizó el trámite de expropiación.

Bajan, pero siguen altas
De acuerdo con las últimas mediciones realizadas por el Inta Marcos Juárez en varias localidades de la provincia de Córdoba, el nivel de las napas ha descendido en los últimos meses.
En Pozo del Molle, por ejemplo, se redujo 28 centímetros promedio el último mes. En Corral de Bustos, la baja fue de 24,2 centímetros en promedio.
Aun así, con nuevos aportes de agua la situación podría volver a llevarlas al ras del suelo en varias zonas. En esos casos, las bombas arroceras para extraerles volumen volverán a ponerse en marcha en decenas de localidades.

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