2 ago 2016
Advierten sobre animales silvestres como mascotas
8:00 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
El Puntal de Río Cuarto (02/08/2016)
Parque Ecológico: alertan por aumento de animales silvestres tenidos como mascotas
La llegada de Bernardo, un pequeño mono carayá de un mes, generó inquietud por el tráfico de fauna, impulsado por la demanda. Admiten que hay gran desconocimiento acerca de los peligros que implica la tenencia doméstica
Hace unos 15 días, el Parque Ecológico Urbano (PEU) recibió a un mono carayá de un mes, que se encontraba en una casa de familia. El animal estaba delicado de salud, ya que por su corta edad era imposible que se adaptara a un ambiente doméstico. Esta situación puso nuevamente sobre el tapete la problemática del tráfico de fauna y los riesgos que implica tener especies silvestres en un hogar.
El veterinario del centro de rescate local, Ezequiel Carrizo, aseguró que estos episodios son muy habituales porque hay desconocimiento y falta de conciencia.
Bernardo, como los voluntarios bautizaron al pequeño, es una especie autóctona del norte argentino. Y según explicó Carrizo, la mujer que lo adquirió se lo compró a un camionero que venía de la zona.
Al complicarse la convivencia en la vivienda, la familia -por los cuidados que demanda una cría de estas características- se contactó con el parque y decidió llevarlo. Además, el médico veterinario puntualizó que “venía tomando sólo leche y tenía gastroenteritis, seguramente producto de la mala digestión”.
En este sentido, advirtió que esta especie no tiene “ninguna distribución en la provincia de Córdoba, o sea que su presencia siempre va a estar abocada a otros centros de rescate, en su mayoría vienen del tráfico de fauna o mascotismo”.
Asimismo puso el acento en que si bien Bernardo no llegó en estado de deterioro avanzado, siempre “el animal corre mucho riesgo”. Y agregó que “hay una situación de adaptación y también de zoonosis que son importantes”.
“El mono puede portar enfermedades que pueden contagiar a la familia o viceversa, hay una cuestión de enfermedades cruzadas que pueden estar afectándolo. En el caso de la mayoría de los animales silvestres, se desconocen los mínimos requerimientos que debe tener de hábitat o de alimento”, dijo.
También indicó que los carayá si bien no están en peligro de extinción son “una especie vulnerable”. “No está en situación crítica pero es importante la concientización para no llegar a los extremos. No es necesario llegar a un peligro de este tipo, donde los animales sean contados- como es el caso del yaguareté- para empezar a movernos un poco y que la gente comprenda”, aseveró.
Tráfico
Para que el pequeño carayá pudiera ser tomado de su hábitat original, Carrizo aseguró que “es muy probable -por la edad que tiene- que mínimamente hayan matado a la madre para poder sacarlo”. Sostuvo que se trata de animales que “habitan en un grupo y durante los primeros seis meses de vida están prendidos a la madre. Al vivir en familia, salen varios en defensa del individuo, o sea que pueden haber matado a la madre o algunos otros también para extraerlo”.
En este sentido, contó que reciben muchas especies silvestres que la gente considera domésticas, como es el caso de las tortugas de tierra, loros habladores o iguanas. “Lo que se puede tener son perros, gatos, cobayos o hámsters. Son años de evolución al lado de las personas. Las especies silvestres no los tienen, hay adaptaciones que en la mayoría de los casos no son superadas”.
La ley nacional 22.421 protege a la fauna autóctona y la tenencia de estos animales constituye un delito. Así lo señaló Carrizo. “Los animales silvestres vienen extraídos de la naturaleza, no de un criadero habilitado, como sucedió con el mono, o como pasa con los loros habladores o las tortugas de tierra. La recomendación es no comprarlos, hacer una denuncia en la comisaría, que debería tomarla porque es un delito de orden público”.
A su vez, detalló que en el caso de las aves, las que se puedan tener legalmente son “canarios, cocotillas, agapornis, cacatúas y diamantes”.
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Parque Ecológico: alertan por aumento de animales silvestres tenidos como mascotas
La llegada de Bernardo, un pequeño mono carayá de un mes, generó inquietud por el tráfico de fauna, impulsado por la demanda. Admiten que hay gran desconocimiento acerca de los peligros que implica la tenencia doméstica
Hace unos 15 días, el Parque Ecológico Urbano (PEU) recibió a un mono carayá de un mes, que se encontraba en una casa de familia. El animal estaba delicado de salud, ya que por su corta edad era imposible que se adaptara a un ambiente doméstico. Esta situación puso nuevamente sobre el tapete la problemática del tráfico de fauna y los riesgos que implica tener especies silvestres en un hogar.
El veterinario del centro de rescate local, Ezequiel Carrizo, aseguró que estos episodios son muy habituales porque hay desconocimiento y falta de conciencia.
Bernardo, como los voluntarios bautizaron al pequeño, es una especie autóctona del norte argentino. Y según explicó Carrizo, la mujer que lo adquirió se lo compró a un camionero que venía de la zona.
Al complicarse la convivencia en la vivienda, la familia -por los cuidados que demanda una cría de estas características- se contactó con el parque y decidió llevarlo. Además, el médico veterinario puntualizó que “venía tomando sólo leche y tenía gastroenteritis, seguramente producto de la mala digestión”.
En este sentido, advirtió que esta especie no tiene “ninguna distribución en la provincia de Córdoba, o sea que su presencia siempre va a estar abocada a otros centros de rescate, en su mayoría vienen del tráfico de fauna o mascotismo”.
Asimismo puso el acento en que si bien Bernardo no llegó en estado de deterioro avanzado, siempre “el animal corre mucho riesgo”. Y agregó que “hay una situación de adaptación y también de zoonosis que son importantes”.
“El mono puede portar enfermedades que pueden contagiar a la familia o viceversa, hay una cuestión de enfermedades cruzadas que pueden estar afectándolo. En el caso de la mayoría de los animales silvestres, se desconocen los mínimos requerimientos que debe tener de hábitat o de alimento”, dijo.
También indicó que los carayá si bien no están en peligro de extinción son “una especie vulnerable”. “No está en situación crítica pero es importante la concientización para no llegar a los extremos. No es necesario llegar a un peligro de este tipo, donde los animales sean contados- como es el caso del yaguareté- para empezar a movernos un poco y que la gente comprenda”, aseveró.
Tráfico
Para que el pequeño carayá pudiera ser tomado de su hábitat original, Carrizo aseguró que “es muy probable -por la edad que tiene- que mínimamente hayan matado a la madre para poder sacarlo”. Sostuvo que se trata de animales que “habitan en un grupo y durante los primeros seis meses de vida están prendidos a la madre. Al vivir en familia, salen varios en defensa del individuo, o sea que pueden haber matado a la madre o algunos otros también para extraerlo”.
En este sentido, contó que reciben muchas especies silvestres que la gente considera domésticas, como es el caso de las tortugas de tierra, loros habladores o iguanas. “Lo que se puede tener son perros, gatos, cobayos o hámsters. Son años de evolución al lado de las personas. Las especies silvestres no los tienen, hay adaptaciones que en la mayoría de los casos no son superadas”.
La ley nacional 22.421 protege a la fauna autóctona y la tenencia de estos animales constituye un delito. Así lo señaló Carrizo. “Los animales silvestres vienen extraídos de la naturaleza, no de un criadero habilitado, como sucedió con el mono, o como pasa con los loros habladores o las tortugas de tierra. La recomendación es no comprarlos, hacer una denuncia en la comisaría, que debería tomarla porque es un delito de orden público”.
A su vez, detalló que en el caso de las aves, las que se puedan tener legalmente son “canarios, cocotillas, agapornis, cacatúas y diamantes”.
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