23 jul 2016

El hundimiento inevitable



La Voz del Interior (23/07/2016)
El hundimiento que se veía venir

Los problemas en Villa El Libertador, al sur de la ciudad de Córdoba, se advierten desde 2001. Napas, infiltraciones y pozos negros, entre las principales causas que ponen en peligro a centenares de viviendas en ese barrio.
Cuando se le pregunta lo que está sucediendo en Villa El Libertador, el barrio de la ciudad de Córdoba donde hay más de 800 viviendas en riesgo por la subida de las napas, el geólogo Francisco Quintana Salvat apunta: “Andá y mirá lo que escribimos en 2001”.
El especialista hace referencia a la “Carta de peligrosidad (amenaza) de inundación, erosión y anegamiento para las acciones de prevención”, redactada junto a Osvaldo Barbeito y Rubén Menso, hace 15 años.
El documento es un mapa detallado de la geología de toda la zona de la ciudad de Córdoba, donde se pueden identificar fácilmente los sitios con riesgo por inundación y anegamiento. Tan importante es el trabajo que es fuente de consulta obligada cada vez que un barrio capitalino sufre las consecuencias del agua. Y deja en evidencia a todos los funcionarios que desde el Estado hicieron caso omiso a las advertencias, que se cumplen de manera inexorable.
“El incremento de las precipitaciones pluviales que se producen durante el verano térmico, han llevado a la capa freática prácticamente a nivel de superficie en la zona sur de la ciudad. Este fenómeno se debe a la fuerte recarga que últimamente viene sufriendo el agua freática por las excesivas precipitaciones que también ocurren sobre Los Cerrillos y la Sierra de Malagueño”, advertía el estudio en 2001.
“Si a ello se le suman el mal uso y la mala construcción de pozos negros y cámaras sépticas, el resultado es el patético cuadro de viviendas invadidas por aguas servidas y materia fecal, además del grave peligro que significa el probable colapso de los suelos donde se asientan esas viviendas. Esta situación se vive actualmente en los barrios Comercial, Santa Rosa, Carbó y Villa El Libertador”, agrega el documento escrito hace 15 años.
Hoy, la situación es exactamente la misma. “En esos barrios, el agua subterránea está obligada a ascender por la impermeabilidad de esa capa de suelo, y por eso empiezan a hundirse calles, a formarse mallines, y el resultado es un hundimiento progresivo de una parte del barrio, tal como lo escribimos en 2001”, remarca Quintana Salvat.
“Habían puesto una serie de bombas de achique o para deprimir las freáticas, dieron cierto resultado y se dejó de hacer. Sumado a las condiciones meteorológicas cambiantes, entramos en un tiempo de mayor humedad, lo que hace que la freática llegue a superficie”, afirma el geólogo y docente emérito de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba.
Otro punto que marca Quintana Salvat es el Canal Maestro, “al que no sólo hay que tenerlo limpio sino impermeabilizado, y con el bombeo funcionando podés mantener a raya el nivel freático”.
En Villa El Libertador, al estar saturados los pozos negros, los efluentes son arrojados por los vecinos a las calles. “Eso empeora la situación, porque son suelos originalmente colapsables, y no hay nada peor para eso que el agua servida, que produce más desestructuración que el agua limpia”, subraya el geólogo.

Más causas
María Pía Cruz, del Colegio de Ingenieros Civiles de Córdoba, también se remite a 2001 para explicar las causas de lo que acontece en el sur de la ciudad.
El trabajo científico “Efectos del ascenso del nivel freático en suelos loéssicos colapsibles” fue realizado por los ingenieros civiles cordobeses Víctor Rinaldi, Marcelo Zeballos y Ricardo Rocca, de la Universidad Nacional de Córdoba.
Allí se identifican cinco causas de la subida de napas: infiltración de pozos negros, aportes de áreas urbanas más elevadas, infiltraciones del Canal Maestro Sur, deficiencias en los desagües pluviales y el crecimiento poblacional, que contribuye a la impermeabilización de los suelos.
Zeballos, al ser consultado por La Voz , dijo que se deberían repetir los estudios para analizar si las causas siguen siendo esas o se sumaron nuevos factores.
Cruz, por su parte, sostuvo que la zona actúa como si se pusiera la mano en forma de cuenco, y se arroja un líquido: “Si saturás el centro, va desbordando hacia el oeste”, explica.
La ingeniera aclaró que el bombeo para desagote de las napas es una acción paliativa, que incluso puede traer más inconvenientes. Sucede que es como una esponja: si se drena el agua, se le saca un espacio físico, un volumen, y el espacio que ocupaba se empieza a hundir.
“Lo único que se puede hacer es estudiar bien las deformaciones, no bombear rápidamente porque incrementa los problemas que afectan las viviendas y, si se drena, se va a llegar a un nuevo estado de equilibrio. Son como cicatrices, no es lo mismo de antes”, apunta.

Área afectada
Sur de la ciudad. Según el municipio, son 20 manzanas.
El área afectada comienza en calle Río Negro y se agrava exponencialmente a medida que se acerca al Canal Maestro Sur. Según el municipio, hay 20 manzanas comprometidas pero los vecinos sostienen que son muchas más. La Municipalidad dice que para una solución definitiva tendrá que intervenir la Nación: serían necesarios 400 millones de pesos para cloacas.

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Más Información:

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