1 jun 2016

Actores sociales y problemas ambientales en las Sierras

La Voz del Interior (01/06/2016)
Actores sociales y problemas ambientales en las Sierras

Por Laura Cabrera-Téllez y Diego E. Gurvich - *Investigadores del Conicet

Las políticas actuales no contribuyen a una solución a largo plazo de los problemas y sí son generadoras de mayores conflictos socioambientales en un sistema que cada día se encuentra más al borde del colapso.
En los últimos años, las Sierras Chicas experimentaron procesos de cambio acelerados, en especial evidentes en el crecimiento urbano.
Al mismo tiempo, esta región estuvo sujeta a eventos climáticos extremos, desde sequías hasta inundaciones, que generaron importantes inconvenientes socioambientales.
En un trabajo de investigación, indagamos acerca de cómo diferentes actores sociales perciben los ambientes naturales de la región y los problemas ambientales que se generan a partir de la intervención en los primeros.
En el estudio, se encuestó a 76 personas de Río Ceballos, tratando de abarcar el mayor número de actores sociales posible (gobierno, pobladores, comerciantes, miembros de organizaciones no gubernamentales, entre otros).
De los resultados, observamos con claridad que, si bien todos los encuestados manifiestan interés por un ambiente “sano” (preferencias directas e indirectas por servicios ambientales como aire limpio, espacios verdes, paisaje de sierra, calidad y control del agua y uso recreativo de esta, entre otras), se pueden diferenciar dos grupos de actores sociales con opiniones muy diferentes sobre cómo manejar los problemas ambientales que ponen en jaque estos servicios.
Por un lado, sujetos que forman parte del Gobierno municipal y empresarios que apuestan por soluciones hidráulicas e ingenieriles como única manera de controlar los problemas.
Por otro, el resto de los actores sociales, que apuestan por una gestión y manejo integrado del recurso hídrico y de la cuenca. Gestión que involucra medidas ambientales de protección del bosque, cumplimiento de la legislación ambiental existente, articulación real y efectiva entre las diferentes instituciones gubernamentales y la preservación de las reservas y la malla verde del municipio.
Esta desconexión entre las percepciones de estos grupos es llamativa, al tiempo que tiene directa incidencia en cómo el Gobierno municipal (y, por extensión, el provincial) afronta los problemas ambientales.
A pesar de que existe un acuerdo en la sociedad de que el problema de las sequías e inundaciones debería abordarse de manera interdisciplinaria y con fuerte énfasis en un manejo ecológico (basados en el ordenamiento territorial y la protección de los recursos naturales, posición sostenida principalmente por investigadores y profesionales), el Gobierno, con el apoyo de grupos empresarios, insiste en soluciones ingenieriles que pueden ir desde el plan LEP (limpieza, ensanchamiento y profundización del río Ceballos, sin estudios ambientales ni plan de trabajo accesible a la comunidad de la zona), hasta la más reciente apuesta por la realización de microembalses en las Sierras Chicas.
Este plan de trabajo en microembalses reporta las mismas falencias del plan LEP. Son obras de muy alto costo y de utilidad muy cuestionada.
Los estudios de impacto ambiental presentan serias deficiencias técnicas. Por ejemplo, resulta llamativo que el estudio del microembalse sobre el dique Carapé ?(Ascochinga) concluya que la obra tendrá un efecto positivo para el ambiente.
¿La destrucción de 20 hectáreas de vegetación natural, el movimiento de suelos en esa superficie, la pérdida de hábitat para especies animales y vegetales, la destrucción del ecosistema del río y una nueva traza del camino que une Ascochinga y La Cumbre afectarán de manera positiva el ambiente? Es difícil sostener de manera técnica esta aseveración.
Pero el problema, en realidad, tiene una base más profunda: para la zona, no existen planes de manejo de las cuencas. Tampoco se presentaron planes de implementación de estrategias de manejo que puedan ayudar a la dinámica hídrica, como lo es el control de especies exóticas y sobrepastoreo por ganado, el control de las urbanizaciones y la restauración de las riberas, entre otras opciones sugeridas desde ámbitos académicos y por los mismos pobladores.
En resumen, si bien la mayor parte de la población es consciente de los problemas ambientales y está relativamente de acuerdo con las acciones que se deberían llevar a cabo para afrontar los problemas, el Gobierno sigue con una visión desactualizada, lo que tiene una incidencia directa sobre las acciones reales que se desarrollan en el territorio.
Como conclusión del estudio, surge que el Gobierno y los grandes grupos empresarios deberían actualizar su visión sobre la problemática ambiental de la región.
Las políticas actuales no contribuyen a una solución a largo plazo de los problemas y sí son generadoras de mayores conflictos socioambientales en un sistema que cada día se encuentra más al borde del colapso.
Además, se llama al consenso y la inclusión de todos los actores sociales en la problemática, pues el ambiente es responsabilidad de todos y las propuestas de manejo, para bien o para mal, deberían incluirlos.
Si bien el estudio fue realizado en la localidad de Río Ceballos, creemos que los resultados son aplicables a Sierras Chicas e, incluso, a todas las Sierras de Córdoba.

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