24 abr 2016

La deforestación sigue afectando a la provincia



La Voz del Interior (24/04/2016)
Cuáles son los tipos de desmonte que se practican en Córdoba

En los primeros 10 meses de 2015 afectó a 10.868,8 hectáreas, según un monitoreo oficial. Esta práctica adquiere diferentes formas e involucra a distintos ecosistemas provinciales.
Córdoba conserva menos del 10 por ciento del bosque nativo que había a inicios del siglo 20. Buena parte de ese desmonte ocurrió antes de esta década. Sin embargo, la deforestación sigue afectando a la provincia.
En los primeros 10 meses de 2015 se intervinieron 10.868,8 hectáreas de ecosistemas nativos, según el monitoreo que realiza la Policía Ambiental de Córdoba.
Más de un cuarto de las acciones significaron un cambio en el uso del suelo, es decir, el bosque fue sensiblemente afectado. A su vez, el 60 por ciento de las hectáreas desmontadas fue sin la autorización de la Secretaría de Ambiente de la Provincia. ¿Para qué se sigue desmontando en Córdoba?

Ecosistemas sin árboles
Desde hace un tiempo, las buenas lluvias han reavivado el desmonte en el noreste provincial, en las regiones próximas a Mar Chiquita. En promedio, más de un tercio de las intervenciones detectadas por la Provincia ocurren allí.
Es una zona de matorrales y espartillares con algunas manchas con bosques bajos. El mosaico de vegetación es complejo y varía según las fluctuaciones del agua y su salinidad. No hay árboles de gran porte. Sin embargo es una ecosistema nativo, por lo que el desmonte está prohibido.
Los productores utilizan este territorio para hacer una ganadería extensiva. Pasan una rastra para lograr un rebrote de los arbustos y hierbas que sirvan de alimento a los animales. Es una práctica que se realiza desde hace 30 años.
Muchas de estas intervenciones se realizan sin la debida autorización del área de Ambiente. Algunos desconocen que deben realizar este trámite o se rehúsan de hacerlo por su complejidad. En muchos casos se trata de tierras públicas en donde habitan campesinos desde hace 20 años.

Selectivos
Una parte importante de las intervenciones legales e ilegales se realizan sobre la llanura y el bolsón chaqueños, áreas con bosque de hasta 20 metros de altura, con especies como quebracho blanco y colorado, algarrobo, mistol y brea.  Sin embargo, el estrato arbustivo es el de mayor cobertura y se compone de jarilla, piquillín, atamisqui, tala churqui y chañar, entre otras.
La práctica más común en esta zona es el rolado de mantenimiento para eliminar el estrato arbustivo y permitir la circulación de los animales y el crecimiento o siembra de pasturas. Esta intervención requiere autorización y se realiza en predios en los que históricamente se cría ganado.
En campos sin actividad productiva se realizan desmontes que implican un cambio de uso de suelo. Se elimina parte del bosque para realizar ganadería, pero se dejan los árboles más grandes para dar sombra a los animales y porque las pasturas crecen mejor. En algunas zonas se siembran pasturas exóticas como el gatton panic .
Fernando Barri, biólogo investigador de Conicet y de la Universidad Nacional de Córdoba, asegura que el desmonte selectivo no es una práctica sustentable.
“Cuando se produce un desmonte, sea total, parcial o selectivo, se pierde la biodiversidad, sus recursos naturales (maderas, frutos, mieles, resinas, compuestos medicinales), y los servicios ecosistémicos que brindan: producción de oxígeno, fijación de dióxido de carbono, retención de suelos, ciclado de nutrientes y estabilidad de las cuencas hídricas”, explica.
También asegura que está muy alejado de lograr la producción de carne sostenida en el tiempo. “Conlleva severos procesos de desertificación y pérdida de la capacidad productiva de los predios”, detalla.
Para Barri se debe implementar el “manejo de bosque con ganadería integrada”, que implica una mínima intervención del sotobosque. “Y permite obtener otros recursos del bosque, como leña, carbón, frutos y mieles”, apunta.

Total
Desde la Provincia aseguran que el desmonte total (cuando desaparece toda la vegetación) es una práctica que casi ha desaparecido de Córdoba, además de ser ilegal. Sólo se realiza con fines inmobiliarios y con otros objetivos estipulados en la normativa.
Por ejemplo, crear picadas perimetrales alrededor del campo. Son obligatorias, pero a veces son aprovechadas para desmontar más de la cuenta. También se realizan cortafuegos en campos grandes para dividirlos y así evitar que un incendio arrase con todo.
“Hay más controles, pero demasiadas autorizaciones”, asegura Federico Kopta, presidente del Foro Ambiental Córdoba. Y detalla que de mayo a octubre de 2015, 6.954 hectáreas de vegetación nativa sufrieron algún tipo de intervención. De esa superficie, casi la mitad fue intervenida legalmente.
“Si bien es cierto que hay casos puntuales donde el desmonte legal tiene algún sentido, el pico de desmonte legal de bosque nativo (ni pastizales ni arbustales) de 233,8 hectáreas de septiembre resulta un valor alto, que amerita revisar la pertinencia y encuadramiento legal de estas intervenciones. No podemos seguir perdiendo bosque”, apunta.

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El monitoreo da resultados

Por Adrián Rinaudo - Director de la Policía Ambiental

El monitoreo se realiza a través de imágenes satelitales, de constataciones aéreas y de inspecciones por vía terrestre. Hemos logrado reducir la tasa de desmonte.
Uno de los aspectos fundamentales para la protección del bosque en Córdoba es el monitoreo y seguimiento permanente de la cobertura vegetal. Por ello, en la Policía Ambiental estamos enfocados en detectar e interpretar los distintos usos del bosque, diferenciando predios que cuentan con autorización de aquellos que no la tienen.
Cabe señalar que muchas de las intervenciones no se realizan sobre bosques con ejemplares de gran porte, sino que en muchos casos se trata de formaciones herbáceas, arbustivas, fachinal o renovales de desmontes de vieja data que se encuentran en recuperación y que son, igualmente, protegidos por la ley.
El actuar de Policía Ambiental protege todas las formaciones, incluso aquellas con poca representatividad del estrato arbóreo, como los bosques de vegetación asociada a suelos salinos o a los bañados del río Dulce. Estos se monitorean con especial esmero debido a la fragilidad de dichos sistemas vegetales, con tanto valor ecosistémico como cualquier bosque con árboles.
Para la fiscalización del desmonte, hemos implementado tres métodos diferentes que se complementan. Este mecanismo consiste en el monitoreo a través de la utilización de imágenes satelitales, constatación vía aérea y de inspecciones que se realizan por vía terrestre. Con esta articulación hemos logrado reducir la tasa de desmontes mensuales.
A los campos en infracción se los multa y se exige la clausura de las áreas afectadas para la regeneración del bosque intervenido o la plantación de nuevos ejemplares, su cuidado y conservación.
En una muestra tomada al azar equivalente al 25 por ciento de los predios intervenidos y constatados a campo de julio a octubre de 2015, se estimó que en una superficie de bosque nativo existente de 4.345 hectáreas, sólo resultaron afectadas 470.
Esto demuestra que el trabajo de detección temprana y la premura en el actuar fueron primordiales para evitar que las restantes 3.875 hectáreas de bosque nativo fueran desmontadas.

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Más Información:

Gráfico: Desmonte en Córdoba
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