27 abr 2016

El ruido (lamentablemente) también tiene su día



La Mañana de Córdoba (27/04/2016)
El 41% de los cordobeses se mudaría a un lugar más silencioso

Hoy se celebra el Día Internacional de Concientización sobre el Ruido. Un estudio reveló que el 90% de la población en Argentina considera al ruido como un problema de contaminación medio ambiental. El 70% reconoce como la pérdida de la capacidad auditiva y perturbación del sueño, los efectos más perjudiciales.
Los argentinos reconocen a la exposición al ruido como una problemática de contaminación medio ambiental así como también que los ruidos molestos que los perturban se dan en mayor medida en sus casas o en sus barrios (61%) que en el trabajo (49%).
Destacaron, además, como el efecto más perjudicial la pérdida de capacidad auditiva, la perturbación del sueño, los acúfenos y la interferencia en la comunicación hablada, según los resultados del Estudio sobre el nivel de ruido y el Medio Ambiente en Argentina realizado por Gaes Centros Auditivos en CABA, GBA, Córdoba y Santa Fe.
Los jóvenes argentinos, entre 18 y 30 años, son los más sensibles al tema manifestando en un 45% de los casos que se mudarían a un lugar más silencioso, siendo en Córdoba en donde más se destaca esta tendencia en el 41% de los consultados.
En Capital Federal la mayoría de los porteños considera al ruido como un problema de contaminación ambiental (97%), y 7 de cada 10 reconoce la existencia de ruidos molestos en la casa o el barrio. El 67% colaboraría con medidas gubernamentales para reducir el impacto, sin embargo solo un 3% estaría dispuesto a dejar de usar su auto para evitar los ruidos del tránsito.
Tráfico, obras en construcción y ladridos son los ruidos más odiados por los argentinos.
La mayoría de los argentinos, un 93%, considera que la población no está concientizada en evitar generar ruidos molestos. Según los resultados del último Estudio sobre la Audición, el 79% de los encuestados considera que vive en una población ruidosa, siendo el tráfico (57%), las obras en construcción (46%) y los ladridos de perro (37%) aquellos tres sonidos más odiados.
El ruido, entendido como un factor de estrés ambiental, puede intervenir en trastornos del sueño y del aprendizaje, la memoria, la motivación, la resolución de problemas y en el incremento de la irritabilidad y la agresividad. “Incluso cuando la persona consigue afrontar con éxito su respuesta frente a la exposición al ruido (adaptándose, vivenciándolo de forma menos negativa o generando respuestas, como protegerse activamente, luchar contra sus causas, etcétera) esta puede implicar unos efectos secundarios que generan consecuencias negativas en la salud, interfiriendo con el bienestar del individuo”, destaca Mónica Matti, fonoaudióloga y gerente de formación de Gaes Centros Auditivos.
Según la OMS, el aumento de la exposición a sonidos fuertes es alarmante en lugares de ocio como clubes nocturnos, discotecas, pubs, bares, cines, conciertos, eventos deportivos e incluso gimnasios es cada vez mayor. Con la popularización de la tecnología, algunos dispositivos, como los reproductores de música, suelen escucharse a volúmenes perjudiciales y durante largos periodos de tiempo. Todo ello supone con frecuencia un grave riesgo de pérdida auditiva irreversible.
Además, dicha organización calcula que 1.100 millones de jóvenes de todo el mundo podrían estar en riesgo de sufrir pérdida de audición debido a prácticas auditivas perjudiciales. Más de 43 millones de personas de entre 12 y 35 años padecen una pérdida auditiva discapacitante debido a diferentes causas. De los adolescentes y jóvenes de entre 12 y 35 años de países de ingresos medianos y altos: casi el 50% están expuestos a niveles de ruido perjudiciales a consecuencia del uso de dispositivos de audio personales como reproductores de MP3 y teléfonos inteligentes. Alrededor del 40% están expuestos a niveles de ruido potencialmente nocivos en clubes, discotecas y bares.

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