19 ene 2016
El parque Las Heras, otro espacio verde abandonado
8:00 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (19/01/2016)
El parque Las Heras es un basural luego de la feria
Cada fin de semana se congregan cientos de vendedores en ese histórico espacio verde. Pero termina repleto de residuos, lo que aumenta su deterioro.
Un basural a cielo abierto. Esa es la impresión que se lleva quien recorre el parque Las Heras –ubicado en el límite de los barrios Cofico y Ducasse con el centro de la ciudad de Córdoba–, un lunes a la mañana.
Desde hace casi dos años, los fines de semana el paseo alberga una atractiva y muy concurrida feria multirrubros.
Pero cuando el mercado se levanta, el escenario natural muestra el desagradable espectáculo de desperdicios dispersos por todo el predio.
Muchos de los puesteros que ofrecen desde ropa hasta productos de alfarería, bijouterie fabricada en el lugar y películas en DVD grabadas de manera casera, entre otras bagatelas, originalmente tendían sus mantas en la plaza Italia, frente al Palacio 6 de Julio, sede de la Municipalidad de Córdoba.
Desde allí se mudaron por orden del intendente Ramón Mestre, luego de una extensa disputa que su hermano Diego (actual diputado nacional) mantuvo con esos y otros vendedores ambulantes cuando ocupaba la Dirección General del Área Central.
Crecer de golpe
El número de feriantes creció sin cesar, y en la actualidad más de 600 se reúnen todos los sábado y domingos en ese “pulmón verde” de gran valor histórico y patrimonial. Es el primer parque urbano que se estableció en la Capital. Su creación data de 1889.
Ayer, como en cada lunes, ?la amplia parcela pública –delimitada por bulevar Las Heras, Roque Sáez Peña, Lavalleja y avenida Costanera– amaneció cubierta de basura.
Botellas de plástico y de vidrio, cajas de vino, bidones de 20 litros, pañales descartables, ropa, papeles, cartones, cajas de CD, envases de desodorante, pilas y hasta un paragolpes plástico de auto cubrían el lugar al despuntar el día. Y dentro de la glorieta central del paseo, tirado en el piso, un colchón de una plaza desmadejado y algunas cobijas roñosas.
Los cestos distribuidos en el parque y un contenedor emplazado en el corazón del paseo, evidentemente no dan abasto para disponer la cantidad de residuos que se genera durante los dos días de feria. Lo mismo sucede con los tres baños químicos que funcionan sólo cuando se reúnen los puesteros.
Trasfondo social
“Hablamos permanentemente con los feriantes –muchos de ellos agrupados en cooperativas–, para ver si le encontramos una vuelta definitiva al tema, sobre todo en lo que respecta a la seguridad e higiene del parque, pero es complicado”, reconoció José María Olmos, secretario de Fiscalización y Control y Convivencia Ciudadana.
El funcionario aseguró que en las tratativas también participan los subsecretarios de Deportes, Daniel Gracco, y de Ambiente, Sebastián Roca.
“Creemos que hay una cuestión social de fondo en el problema. Hay mucha gente expulsada del sistema laboral que se dedica a la venta ambulante para procurarse el sustento diario, y tenemos que tener en cuenta esa circunstancia a la hora de buscar los consensos necesarios para encontrar entre todos una solución a la cuestión”, planteó Olmos.
El parque Las Heras, en el borde norte del área central y de cara al Suquía (entre los puentes Centenario y Antártida) tiene un diseño característico de la época en la que fue concebido. La traza original contemplaba elementos tales como un lago, glorietas, fuentes originales y árboles de gran porte, entre otros.
Lamentablemente, la falta de equipamiento, el uso intensivo y sin criterio y la degradación constante de sus instalaciones lo han convertido en un paseo que languidece junto al río.
Un poco de historia
Inauguración. Las obras se iniciaron en enero de 1887. Se inauguró el 21 de febrero de 1889. Se lo llamó Elisa en homenaje a Elisa Funes Díaz, esposa de Miguel Juárez Celman, entonces gobernador de la provincia de Córdoba.
Diseño. Poseía un grupo selecto de plantas; un quiosco, estructura de madera que serviría para instalar una confitería; dos pajes de bronce y un conjunto de cuatro esculturas femeninas entre grandes mascarones de leones, coronadas por una ninfa con una antorcha en la mano. El perímetro se cerró con una reja.
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Cada fin de semana se congregan cientos de vendedores en ese histórico espacio verde. Pero termina repleto de residuos, lo que aumenta su deterioro.
Un basural a cielo abierto. Esa es la impresión que se lleva quien recorre el parque Las Heras –ubicado en el límite de los barrios Cofico y Ducasse con el centro de la ciudad de Córdoba–, un lunes a la mañana.
Desde hace casi dos años, los fines de semana el paseo alberga una atractiva y muy concurrida feria multirrubros.
Pero cuando el mercado se levanta, el escenario natural muestra el desagradable espectáculo de desperdicios dispersos por todo el predio.
Muchos de los puesteros que ofrecen desde ropa hasta productos de alfarería, bijouterie fabricada en el lugar y películas en DVD grabadas de manera casera, entre otras bagatelas, originalmente tendían sus mantas en la plaza Italia, frente al Palacio 6 de Julio, sede de la Municipalidad de Córdoba.
Desde allí se mudaron por orden del intendente Ramón Mestre, luego de una extensa disputa que su hermano Diego (actual diputado nacional) mantuvo con esos y otros vendedores ambulantes cuando ocupaba la Dirección General del Área Central.
Crecer de golpe
El número de feriantes creció sin cesar, y en la actualidad más de 600 se reúnen todos los sábado y domingos en ese “pulmón verde” de gran valor histórico y patrimonial. Es el primer parque urbano que se estableció en la Capital. Su creación data de 1889.
Ayer, como en cada lunes, ?la amplia parcela pública –delimitada por bulevar Las Heras, Roque Sáez Peña, Lavalleja y avenida Costanera– amaneció cubierta de basura.
Botellas de plástico y de vidrio, cajas de vino, bidones de 20 litros, pañales descartables, ropa, papeles, cartones, cajas de CD, envases de desodorante, pilas y hasta un paragolpes plástico de auto cubrían el lugar al despuntar el día. Y dentro de la glorieta central del paseo, tirado en el piso, un colchón de una plaza desmadejado y algunas cobijas roñosas.
Los cestos distribuidos en el parque y un contenedor emplazado en el corazón del paseo, evidentemente no dan abasto para disponer la cantidad de residuos que se genera durante los dos días de feria. Lo mismo sucede con los tres baños químicos que funcionan sólo cuando se reúnen los puesteros.
Trasfondo social
“Hablamos permanentemente con los feriantes –muchos de ellos agrupados en cooperativas–, para ver si le encontramos una vuelta definitiva al tema, sobre todo en lo que respecta a la seguridad e higiene del parque, pero es complicado”, reconoció José María Olmos, secretario de Fiscalización y Control y Convivencia Ciudadana.
El funcionario aseguró que en las tratativas también participan los subsecretarios de Deportes, Daniel Gracco, y de Ambiente, Sebastián Roca.
“Creemos que hay una cuestión social de fondo en el problema. Hay mucha gente expulsada del sistema laboral que se dedica a la venta ambulante para procurarse el sustento diario, y tenemos que tener en cuenta esa circunstancia a la hora de buscar los consensos necesarios para encontrar entre todos una solución a la cuestión”, planteó Olmos.
El parque Las Heras, en el borde norte del área central y de cara al Suquía (entre los puentes Centenario y Antártida) tiene un diseño característico de la época en la que fue concebido. La traza original contemplaba elementos tales como un lago, glorietas, fuentes originales y árboles de gran porte, entre otros.
Lamentablemente, la falta de equipamiento, el uso intensivo y sin criterio y la degradación constante de sus instalaciones lo han convertido en un paseo que languidece junto al río.
Un poco de historia
Inauguración. Las obras se iniciaron en enero de 1887. Se inauguró el 21 de febrero de 1889. Se lo llamó Elisa en homenaje a Elisa Funes Díaz, esposa de Miguel Juárez Celman, entonces gobernador de la provincia de Córdoba.
Diseño. Poseía un grupo selecto de plantas; un quiosco, estructura de madera que serviría para instalar una confitería; dos pajes de bronce y un conjunto de cuatro esculturas femeninas entre grandes mascarones de leones, coronadas por una ninfa con una antorcha en la mano. El perímetro se cerró con una reja.
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