10 dic 2015

Microdiques para contener crecidas de los ríos



La Voz del Interior (10/12/2015)
Más microdiques para contener crecidas

En la cuenca del Jesús María, se sumaron 18 miniembalses sobre campos. Fueron prometidos en julio por la Provincia como parte del plan para prevenir nuevas inundaciones destructivas. Faltan más y otras obras anunciadas para completar el sistema de retención.
Esta semana quedaron terminados los 18 microdiques de retención que se distribuyeron en la cuenca alta del río Guanusacate (o Jesús María), con una inversión de 4,5 millones de pesos. A diferencia de los que ya fueron levantados en zonas periurbanas, estos 18 pequeños embalses se ejecutaron mayormente en zona de piedemonte y ayudarán a mitigar el impacto de las crecidas sobre los dos ríos afluentes del Jesús María: el Santa Catalina y el Ascochinga.
Se trata de obras que surgieron como compromiso tras las destructivas inundaciones de febrero y marzo pasados.
Con estas últimas lagunas temporarias de retardo construidas, para contener las aguas de unas 10 mil hectáreas, ya están listas 43 y hay otras cuatro en ejecución en el tramo que va desde Estación General Paz hasta Cañada de Río Pinto, en la misma región.
Cada laguna o minidique funciona de modo muy simple: cuando llueve, retienen el agua durante un período de hasta 40 horas y la dejan salir muy lentamente. Así, se mitiga el impacto que tendrían las aguas llegando sin freno y con alta velocidad a los ríos, erosionando los suelos y generando mayores crecientes.
Originalmente, cuando se presentó el plan de ordenamiento hídrico de cuencas para el norte de Córdoba, a mediados de 2010, la necesidad de microdiques había sido calculada en unos 100, de modo que hasta ahora se construyó la mitad de los que serían necesarios según el cálculo de especialistas en conservación de suelo.
Mientras no se construyan obras complementarias en campos privados –como terrazas y curvas de nivel, complementadas con rotaciones de cultivos y un manejo silvopastoril en campos ganaderos y reservas hídricas en montaña– la ejecución de microembalses seguirá siendo la principal arma para frenar las crecidas. Pero los especialistas advierten que si bien es un avance no alcanza si es la única.

Amparo ambiental
El plan de microdiques en la cuenca del Jesús María fue comprometido por el Gobierno de Córdoba ante un requerimiento judicial. Un juzgado de Córdoba había aceptado un recurso de amparo ambiental colectivo presentado por un grupo de vecinos de Jesús María que obligó al Estado a presentar un plan de obras que prevenga nuevos destrozos por inundaciones. Esas lagunas temporarias de retención fue una de las promesas incluidas.
Otra fue la instalación de un sistema de alertas tempranas, que en parte ya se instaló semanas atrás en esta cuenca regional, como en otras zonas de la provincia, y que será monitoreada por Defensa Civil de la Provincia. En este caso, ese monitoreo se hará en relación con la Junta Municipal de Defensa Civil de Jesús María.
Este sistema, según se anunció, tendrá a su vez interrelación con el radar meteorológico doppler que se instaló este año en la Universidad Nacional de Córdoba y que está a disposición del Servicio Meteorológico Nacional. Aún en etapa de prueba, se espera que ese equipo pueda estar en funcionamiento este verano para sumar alertas más precisos de tormentas severas en todo el territorio provincial.
El último punto asumido por la Provincia para la región está aún en estudio y consiste en el emplazamiento en la cuenca alta de los ríos Ascochinga y Santa Catalina de unos reservorios mayores de agua, que comúnmente se conocen como diques secos, y que permitirían retrasar la velocidad de desplazamiento de las crecidas, demorándolas en esos azudes, ya sobre los cauces. En este caso, se trata de obras sobre los ríos y no sobre los campos, pero su viabilidad técnica y económica está todavía en análisis.

Faltan muchos
Pendiente. Los minidiques en zonas rurales vienen siendo planteados desde hace décadas como parte de la solución para los daños que provocan los desplazamientos de aguas de campos en muchas regiones de Córdoba. Aunque muchas veces anunciados, se ejecutaron en escasa cantidad y en pocas zonas.
Tras el susto. Recién en 2015, tras las destructivas inundaciones en varias regiones, la Provincia reactivó un plan para sumar ese tipo de tratamiento de suelos. Se trata de desniveles creados en áreas rurales para que, ante grandes lluvias, el agua no corra por los campos arrastrando su capa fértil y provocando daños en caminos y áreas pobladas, sino que esas corrientes sean retenidas por mayor tiempo sin acelerar su movimiento; siendo absorbidas en mayor medida por los suelos.

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