27 dic 2015

El Niño descargó su furia en el sur provincial

El Puntal de Río Cuarto (27/12/2015)
El Niño descargó su furia en la región: tornados, lluvias extremas y piedra

Entre febrero y noviembre ocurrieron grandes tormentas. Idiazábal fue sepultaba bajo agua, sus habitantes se evacuaron, pero luego volvieron y reconstruyeron la población. Ucacha sufrió tres graves tormentas. Un tornado pasó por Sampacho. En Washington, Los Cisnes y Los Jagüeles el agua destruyó caminos
“El Niño”, el fenómeno climático, este año descargó toda su furia en la región, dejando a su paso las consecuencias de fuertes tornados, inundaciones en pueblos y zonas rurales, caminos destruidos y cuantiosos daños producidos por fuertes pedreas.
Los registros pluviométricos superaron todas las expectativas; y hoy, amplias zonas rurales y también pueblos sufren las consecuencias de los excesos hídricos que saturan napas, provocan destrucción de redes camineras de tierra y dejan aisladas a las familias. La última de las tormentas descargó toda su furia en Berrotarán. Pero, anteriormente, hubo intensas lluvias en zonas como Ucacha -donde en pocas horas precipitaron más de 100 milímetros- o en proximidades de Monte de los Gauchos donde hubo registros de hasta 170 milímetros en algo menos de dos días.
Hay importantes zonas rurales seriamente comprometidas que seguirán sufriendo las consecuencias por varios meses. Además, se ven afectadas las producciones ganaderas y lecheras.
Así, pasaron de ser precipitaciones generosas a preocupantes para el sector agropecuario y hasta peligrosas para poblaciones como Washington, Malena y Guatimozín que quedaron virtualmente rodeadas por masas líquidas y con serio riesgo de inundaciones.
En la zona de Washington las aguas que bajan de la sobrecargada cuenca de Chaján -donde, inclusive, surgió un nuevo curso de agua- hay cientos de hectáreas con grandes lagunas y los caminos intransitables, con algunas familias que estuvieron semanas aisladas. En tanto, en la zona de Guatimozín los primeros relevamientos arrojan unas 20 mil hectáreas bajo agua y la ruta provincial 12 severamente dañada. El pueblo se encuentra con napas elevadas y pozos ciegos que sucumben.  Para llegar a los campos y  reparar el tendido eléctrico, que se vio interrumpido, los operarios de la Cooperativa usaron parapentes.

La inundación de Idiazábal
Allá por fines de febrero y principios de marzo, Idiazábal -lugar ubicado al sureste provincial- fue una de las primeras poblaciones en sufrir los embates de El Niño.
La localidad quedó virtualmente bajo agua y los 1.800 habitantes debieron ser evacuados y refugiados en zonas vecinas. El pueblo se ubica en lo que habría sido un bajo antes de su fundación. Esto se suma a las condiciones extremas del clima con intensas lluvias en las cuencas que lo rodean.
Sus habitantes se resistieron a abandonar definitivamente el lugar y, cinco meses después, la comunidad volvió a retomar su ritmo habitual. Aún hay viviendas donde el agua dejó su sello imborrable.
Uno de los días verdaderamente complicados ocurrió el 18 de noviembre. Una fuerte granizada afectó parte de los departamentos Juárez Célman y Río Cuarto. Incluso un tornado, que no alcanzó a descargar su violencia en el suelo, fue captado en la zona rural a 6  o 7 kilómetros al sur de la localidad de Sampacho. Salvo los daños en algunos cultivos no ha habido reportes de que pueda haber afectado a personas mientras duró este fenómeno.
Bengolea, Alejandro, Reducción, una parte de la zona rural de San Basilio, Coronel Moldes, Bulnes y Chaján fueron castigados con dureza por la granizada.

Un tornado

Un grupo de trabajadores rurales, que se aprestaban a una siembra en lotes entre Bulnes y Sampacho -a unos 6,5 kilómetros de esta última localidad-, captaron el preciso momento en que un gran remolino tipo tromba comenzó a gestarse a lo lejos.
La cuenca del arroyo El Ají que se junta con el Chaján terminaron anegando cientos de hectáreas al sur del departamento Río Cuarto en zonas aledañas a Washington y Laguna Oscura. En tanto, el desborde del arroyo Los Jagüeles terminó inundando la pequeña población de Malena y aisló a varios productores que no podían salir o ingresar a sus campos. Tal situación persiste hasta hoy. "Ahora, cuando vemos que se viene una tormenta ya nos ponemos mal, ponemos bolsas de arena en nuestras casas para evitar que el agua ingrese causando problemas", expuso Hugo Colombano de la región de Los Jagüeles para agregar que él hace más de 50 años que es residente del lugar y nunca vio problemas como los actuales.

Nuevo arroyo
En noviembre, y tras una sucesión de días lluviosos, ocurrió lo inesperado. Una fuerte creciente que descendió de zonas altas en los alrededores de Chaján permitió la formación de un nuevo arroyo. Este generó un cauce considerable con barrancas que llegan a unos nueve kilómetros de extensión. De continuar los altos registros pluviométricos la situación se agravará.
Las lluvias del 22, 23 al 24 de noviembre provocaron crecidas de arroyos, rutas anegadas (las nacionales 8 y 35 y la provincial 12).

Daños en Holmberg
 Durante la noche en que el país esperaba el resultado del balotaje en la elección de presidente, en Holmberg se desató una fuerte tormenta que provocó la caída completa del techo del Club Rojas, daños en el colegio; y una pedrea cubrió de un manto blanco las calles y la ruta Nº 8.
El vendaval también afectó Justo Daract, Washington, norte de Coronel Moldes, Bulnes, Sampacho, Los Jagüeles.
El techo del Club "José María Rojas" se hundió, al igual que el patio cubierto de la escuela "Cornelio Saavedra", varios tinglados fueron destruidos y hubo autos atrapados por derrumbes.
Paralelamente, Malena tuvo varias familias evacuadas  producto de los excesos hídricos que bajaron del noroeste.

Ucacha, tres veces castigada
En febrero del corriente año, Ucacha sufrió una grave inundación producto de lluvias extremas con daños en viviendas y la zona rural afectada. Por semanas familias quedaron aisladas en los campos por la destrucción de caminos, los cuales aún hoy muestran severos problemas.
A mediados de noviembre una tormenta de viento, piedra y agua provocó serios daños en Ucacha. Animales muertos producto de los golpes recibido por la precipitación sólida. Además, 20 silobolsas quedaron destruidos y  se perdió el total de lotes sembrados de trigo y soja que estaban a punto de ser cultivados.
Tanto la zona rural de esta localidad como Bengolea fueron varias veces afectadas por tormentas.
Una vez más, el 10 de diciembre, el mal clima se ensañó con esta región.  El club Alas Coloradas sufrió los embates de la crecida de la cuenca del arroyo Chucul que terminó “vaciando” la laguna, situación que provocó la destrucción de un hábitat natural. Ahora las autoridades de la institución trabajan para su reconstrucción.

Caminos destruidos
Los más de 100 milímetros caídos en los últimos días en La Carlota y Los Cisnes generaron serios inconvenientes, particularmente en caminos rurales totalmente anegados.
Hay varias familias aisladas en los campos y los productores llevaron sus animales a tierras más altas.  Cerca del paraje Olmos hace más de medio año que se quedaron sin caminos rurales, y los habitantes salen por las vías férreas o haciendo grandes ro-deos hasta retomar la ruta 8.
Monte de los Gauchos, con las lluvias de los últimos días, estuvo a punto de inundarse. Los caminos rurales están intransitables.

Berrotarán bajo las piedras
El día previo a la Nochebuena, alrededor de las 9.30 de la mañana se desató sobre Berrotarán una tormenta de pie

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