21 nov 2015

Paisajes en relación con la captación de agua en las sierras



La Voz del Interior (21/11/2015)
Identifican qué paisajes serranos guardan más agua

Un trabajo de investigadores de la UNC y Conicet determinó qué tipo de relieves son los que más actúan como tanques de agua para Córdoba. Su preservación debería priorizarse.
El agua que nutre los ríos y lagos de Córdoba viene de los cerros. Se sabe ya que las sierras son el tanque de agua de la provincia. Pero ahora, un estudio de investigadores cordobeses aportó una precisión mayor: determinó qué tipo de paisaje serrano (relieve y suelo) es el que retiene mayor cantidad de recursos hídricos durante la época de lluvias y no deja de alimentar luego a ríos y embalses en los meses de sequía.
Sin ese tanque, o si se sigue deteriorando, Córdoba sufriría escasez de agua durante meses de los años menos lluviosos.
La investigación desarrollada por siete biólogos de la Universidad Nacional de Córdoba y del Conicet se propuso identificar “qué paisajes serranos, combinaciones de tipos de cobertura de suelo y características topográficas son más adecuados para brindar agua durante la estación seca”.
Para eso, evaluaron durante los meses de agosto y septiembre de 2009, 2010 y 2011 la cantidad de lluvia caída y la descarga hídrica de 16 cabeceras de cuencas, en la zona serrana alta.
El trabajo, financiado por el organismo nacional Conicet y la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Provincia, fue publicado recientemente en la revista científica internacional Journal of Hidrology , con la firma de los biólogos Ana Cingolani, Melisa Giorgis, María Poca, Victoria Vaieretti, Diego Gurvich, J. Whitworth Hulse y Daniel Renison.
La conclusión central es que la descarga hacia arroyos y ríos durante la estación seca fue siempre mayor en las cuencas con paisajes más escarpados, mayor proporción de valles profundos y con afloramientos rocosos, en comparación con cuencas con paisajes suaves y alta proporción de planicies.
En ese marco, sugirieron priorizar la conservación de esos espacios con mayor capacidad de guardar agua, para lo cual consideran imperioso “reducir las tasas actuales de pérdida de suelo (por efecto del sobrepastoreo de ganado o del fuego) y controlar la incipiente invasión de árboles exóticos, que consumen más agua que los nativos.

Evitar la erosión
El manejo de los paisajes en las montañas, en complemento con otras acciones, puede contribuir a prevenir las faltantes de agua y sus consecuentes conflictos sociales durante la estación seca, cuando el caudal de arroyos y ríos tiene valores mínimos.
El informe recuerda que una buena cobertura vegetal en las sierras favorece el almacenamiento de agua al proteger los suelos contra la erosión y mejorar su tasa de infiltración. Sin suelo, las lluvias sólo caen y corren como en un tobogán y generan cada vez crecidas de mayor volumen ante lluvias intensas. El problema es doble: se retienen menos agua en el tanque y se aceleran y agravan las crecidas.
Esa capacidad de guardar agua depende de otros varios factores, como la topografía y la profundidad del suelo.
Ana Cingolani, una de las investigadoras, explicó a este diario que los paisajes detectados como principales reservas de agua son aquellos reconocibles como quebradas o pequeños valles escarpados, donde se acumulan suelos más profundos, y en los que aparecen afloramientos rocosos, entre la tierra, que actúan como canaletas para infiltrar agua hacia las napas. Esa agua es la que va apareciendo lentamente luego por las vertientes que nutren los arroyos.
Cingolani planteó que la ganadería, principal actividad económica en las alturas, sigue siendo un problema porque el sobrepastoreo erosiona los suelos. Pero también –indicó– lo son el impacto del fuego y, en forma incipiente pero cada vez más presente, la invasión de árboles de especies exóticas, que ahogan a los nativos y consumen más agua de los suelos.
“Si bien hay que preservar todas las Sierras como fuente de agua, planteamos que al menos debieran priorizarse esos espacios de los valles profundos sin ganadería ni especies invasoras”, marcó la bióloga.
El informe, incluso, sugiere que los dueños de campos “podrían ser estimulados a reducir o excluir el ganado de esos espacios, a través de servicios de pagos ecosistémicos”.

Reforestar
En la altura serrana, sobre los 1.400 metros, los tabaquillos son casi la única especie forestal nativa que crece. Esos bosquecillos, ya muy reducidos, están mejor preservados en esas quebradas que actúan como reservorios y jugarían un rol beneficioso protegiendo los suelos de la erosión y mejorando la infiltración. “Es posible que los bosques de tabaquillos no consuman más agua que algunos pastizales”, apunta el informe.
Por eso, valora la restauración activa de esos espacios y cita el “ejemplo alentador” de un proyecto de reforestación con tabaquillos en 45 hectáreas en un sector degradado de las Sierras Grandes, que evidenció con los años una reducción de erosión y un aporte hídrico mayor.

Para tener en cuenta
Mediciones. “Ahora estamos empezando a medir el aporte de agua en los meses de sequía en nuevas cuencas experimentales, con restauración de suelos y sin ella, y a comparar cuencas que han sido quemadas con otras que no tuvieron fuego reciente”, señaló la bióloga Ana Cingolani, respecto de la continuidad de este tipo de estudios. “Pero para llegar a conclusiones firmes hay que trabajar dos o tres años por lo menos”, advirtió.
Falta probar. Diferentes estudios realizados en Córdoba en los últimos años han mostrado, por ejemplo, que cuencas serranas con suelos cubiertos por pastizales aportan más agua en los meses de estación seca que las forestadas con pinares, que la consumen en mayor medida. Sin embargo, hasta ahora no se avanzó en otras investigaciones complementarias, como para poder comparar los aportes de agua de zonas con bosque nativo y las cubiertas con pastizales autóctonos, o entre bosques nativos con otros de exóticos.

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