20 sept 2015

UNRC afirma que lo peligroso es el celu, no la antena



La Voz del Interior (20/09/2015)
El celular, más peligroso que las antenas

Investigadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto determinaron que las torres de telefonía celular de esa ciudad están todas dentro de los parámetros permitidos. Advierten que los teléfonos también emiten radiación y convivimos con ellos todo el tiempo.
A partir de un convenio firmado con la Municipalidad de Río Cuarto hace tres años y de la aprobación nacional para el desarrollo de proyectos de extensión, especialistas de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) estudian los niveles de radiación no ionizante en esa ciudad. Es para determinar su impacto real y sumar datos para una revisión de las ordenanzas sobre contaminación electromagnética.
En Río Cuarto, como en casi todas las ciudades del país, la instalación en zonas urbanas de grandes antenas de comunicación (sobre todo telefónicas) viene generando polémicas y discusiones aún no saldadas.
Actualmente, no se permite la radicación de ninguna antena nueva en el centro de la ciudad, aunque muchas empresas ingresaron en la ilegalidad con torres de telefonía móvil que despiertan quejas y presentaciones judiciales.
La tarea está a cargo del Grupo de Investigación y Desarrollo Aplicado a las Telecomunicaciones (Gidat) de la Facultad de Ingeniería de la UNRC.
Los profesionales, docentes e investigadores crearon una plataforma web dinámica “Gestor Urbano de Radiación No Ionizante” en la que vuelcan la información relevada en el microcentro de la ciudad.
Según explican, hasta el momento la investigación se focalizó en las antenas de telefonía “porque era lo que más inquietud social generaba”.
Apuntan que se comprobó que las emisiones están dentro de los parámetros permitidos por la legislación nacional e internacional, y que en ningún caso superan el uno por ciento del límite permitido.
“De acuerdo con experiencias internacionales y nacionales, el servicio de telefonía celular es el que menos incidencia tiene en los niveles con respecto a los límites. Cosa que no sucede con otras fuentes de radiación como las radios de AM y FM y la televisión digital”, advierten los investigadores.
Y explican que como el objetivo de las antenas de los servicios de radio y televisión es lograr gran alcance, tienen mucha altura y potencia. “Cuando uno estudia esos servicios, detecta que los niveles de radiación están dentro de lo permitido, pero ya cerca de los límites”, comentan.
Sebastián Tosco, Fernando Corteggiano y Julián Durigutti remarcan que aunque la sociedad sólo parece plantearse hoy el tema de las torres de telefonía, no debe perderse de vista que los aparatos celulares son también fuentes de emisión. Y prácticamente no hay hogar sin al menos uno, dos o más de esos dispositivos.
Durigutti detalla: “A nivel internacional están fijados los límites pero las últimas publicaciones están indicando que el problema es la fuente generadora, es decir, no tanto la antena sino el aparato que tenemos cada uno, que usa cierta potencia para hablarle a la torre. Por eso existen recomendaciones sobre usarlo más en modalidad manos libres, y no tanto cerca del oído o la cabeza”.

Más antenas, más chicas
Los docentes de la UNRC están convencidos de que la solución para mejorar las comunicaciones en esta ciudad y en cualquier otra, y también disminuir las radiaciones no ionizantes, es permitir la instalación de muchas antenas pequeñas, conectadas por fibra óptica.
Aseguran que “llevar las grandes torres fuera de las ciudades no es solución porque para que sean eficientes terminan aumentando su potencia, lo que implica más radiación”.
“Cuanto más cerca estás, menos potencia necesitás; es como el volumen de voz, para tener la misma fidelidad, a una mayor distancia, tiene que ser más fuerte”, comparan.
Y explican que el celular regula la potencia según lo que necesita el sistema. Irradia más cuando tiene la torre lejos.
Los investigadores consideran que lo ideal sería poner más antenas que reutilicen el mismo canal, con una “pisadita” de radiación más chica, como sucede en muchos países donde estas pequeñas antenas se mezclan con la arquitectura de la ciudad, pasan inadvertidas, con menos impacto visual además.
El grupo tiene ahora aprobada la financiación nacional de un proyecto para medir la radiación en todas las bandas. “La TDA (televisión digital abierta, iniciativa de este Gobierno nacional y que está disponible en algunas ciudades) es una fuente de emisión nueva y lo hace con una fuerza importante. Hay que evaluarlo, como también las antenas de las radios”, detallan.
Los especialistas también están colaborando en la redacción de una nueva ordenanza para Río Cuarto.
“Muchos vivimos con el router inalámbrico de Internet en la casa. Pero a la vez nadie quiere una antena cerca de donde vive. Hay con ellas además un problema de impacto visual. Pero lo que tratamos de explicar es que si mandan las antenas afuera de la zona urbana, para que la gente del centro pueda hablar, tendrán que subirle la potencia, y emitirían más radiación. Tenemos que tender a una infraestructura de antenas de menor porte y que se amalgamen con la arquitectura de la ciudad”, insiste Durigutti.

Posible cancerígeno, según la OMS
Tipos de radiaciones. Las radiaciones no ionizantes que ­emiten las antenas y teléfonos celulares son menos nocivas para la salud, ya que no alteran la estructura de la materia, como sí lo puede hacer la radiación ionizante que emite un central nuclear o un aparato de rayos X.
Categoría 2B. Sin embargo, los campos electromagnéticos producidos por los teléfonos están clasificados como posibles cancerígenos por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (Iarc) de la OMS.
Datos. La Iarc basó esta clasificación en un estudio, el cual determinó que el uso del celular incrementa el riesgo de gliomas, un tipo de cáncer de cerebro. Y en otro sobre neurinoma del acústico (un tipo de tumor de oído). Advirtió que la asociación causa-efecto es posible pero no descarta que pueda haber algún sesgo en los estudios.
Más estudios. Se están realizando más estudios para evaluar más a fondo los posibles efectos a largo plazo del uso de teléfono móvil. En 2016, la OMS llevará a cabo una evaluación de riesgos a partir de todos los estudios en salud realizados sobre la exposición a los campos de electromagnéticos generados por los celulares.
El grupo. La web grupo investigador de la UNRC es www.ing.unrc.edu.ar/grupos/gidat/index.html.

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Más Información:

El Puntal de Río Cuarto (20/09/2015)
Antenas: “No es común que existan radiaciones perjudiciales en el país”
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