15 jul 2015

Erosión: enemigo siempre presente

La Voz de San Justo (15/07/2015)
Erosión: enemigo siempre presente

El pasado 7 de julio se celebró el Día Nacional del Suelo, establecido en 1963 por decreto de la Presidencia de la Nación en memoria del Dr. Hugh Hammond Bennet, quien fuera un investigador estadounidense que trabajó constantemente en busca de la preservación de la integridad del recurso natural suelo, cuya importancia es vital para la producción agropecuaria.
La fecha es oportuna ocasión para alertar sobre la importancia de un uso racional del recurso. De lo contrario, la degradación se transforma en la consecuencia nefasta de una sobreexplotación del suelo que lo lleva a perder parcial o totalmente su capacidad. La erosión es el más grave de los procesos de degradación y, de acuerdo a lo que establece la Secretaría de Ambiente de la Nación, se define como la pérdida de las capas más fértiles del suelo y, por ende, de gran parte de sus condiciones para producir, puede ser producida por el agua (hídrica) o el viento (eólica). La provincia de Córdoba viene luchando desde hace mucho tiempo contra este flagelo, especialmente en el centro y el sur de su territorio, donde muchos campos padecen el fenómeno erosivo de su suelo, lo que complica la producción agrícola y genera espacios de terrenos donde las cárcavas sientan reales que luego son muy difíciles de erradicar. En una nota periodística reciente, el experto Roberto Casas, director del Centro para la Promoción de la Conservación del Suelo y del Agua, estimó que actualmente un 35% del territorio argentino está afectado por procesos de erosión hídrica y eólica, lo cual representa unas 100 millones de hectáreas en total. El dato más significativo y alarmante brindado por este especialista es que luego del análisis de la estimación de erosión hídrica y eólica correspondiente al 2015, “se observa un crecimiento de un 80% respecto de la efectuada en 1990”. Este grave crecimiento de la erosión de los suelos de la patria conspira contra la producción del agro y afecta la sostenibilidad de muchas explotaciones. Escribe Casas: “La erosión hídrica es una consecuencia de la falta de rotaciones agrícolas. Entre las causas de la erosión en la región pampeana se mencionan el cambio de uso del suelo, simplificación de rotaciones e intensificación agrícola”, situaciones que vienen advirtiéndose desde hace bastante tiempo. Encontrar soluciones que atenúen el proceso de degradación del suelo es una tarea impostergable. Porque la desertificación es una consecuencia posible si no se actúa de manera eficaz y urgente para detener la degradación, enemigo siempre presente de un recurso vital para la economía de nuestro país como lo es el suelo.

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