17 may 2015

Río Cuarto hacia el 2030 y el urbanismo

El Puntal de Río Cuarto (17/05/2015)
Río Cuarto tiene 2.300 hectáreas inutilizadas, según un estudio

Una informe de la Universidad indica que la mayoría de los nuevos barrios de la ciudad se han hecho a las afueras, desaprovechando varios espacios. Esto genera dificultades para la llegada de los servicios
Un estudio realizado por especialistas de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto revela que la ciudad tiene actualmente 2.300 hectáreas inutilizadas, debido a la existencia de una expansión urbana dispersa. El dato representa más del 30 por ciento del total de las hectáreas (7.232) que componen el ejido, por lo que los profesionales consideran necesario definir un proyecto de desarrollo con miras al año 2030.
El ingeniero Jorge de Prada, uno de los investigadores que llevó a cabo el informe, dijo a PUNTAL que el tipo de crecimiento que está experimentando la ciudad genera consecuencias que podrían evitarse.
“El trabajo desarrollado es cofinanciado por la Provincia de Córdoba y la Agencia Nacional de Ciencia y Tecnología. El objetivo es dar las bases para ordenar el territorio. Esto significa distribuir adecuadamente las actividades del hombre en el territorio, tratando de reducir los posibles conflictos como puede ser la contaminación por el uso de agroquímicos, por ejemplo. La ciudad ha ido tomando tierras agrarias y las fue urbanizando, dejando varios espacios sin uso”, explicó el ingeniero de Prada.

-¿Cómo se debería avanzar?
-Lo que se haga hoy va a impactar dentro de 10 o 15 años. Hay que tener en cuenta que, para el 2030, es probable que la ciudad cuente con al menos 40 mil habitantes más de los que residen actualmente. Si Río Cuarto quiere que se radique la mayor cantidad de gente posible, se tiene que trabajar para generar las condiciones de hábitat capaces de atraer a esas personas. Se necesitan tierras para esa población y hay que definir qué patrón seguir. O continuamos con el parámetro de la dispersión o acudimos al modo compacto.

-¿Qué diferencias existen entre uno y otro?
-El parámetro compacto es aquel en el que los habitantes se encaminan a poblar lugares contiguos a los ya construidos, sin levantar edificios en las zonas habitadas. Esto se da para no afectar la ventilación, ni la luz solar, ni la infraestructura de los sitios ya desarrollados. Por otro lado, está el patrón disperso (como el que existe en Río Cuarto) que es exactamente lo opuesto al anterior. Esta metodología está motorizada por la fuerza del mercado. Aquí se construyen edificios en lugares muy poblados, afectando a los alrededores. Este tipo de construcciones genera demanda en sectores alejados del centro, es decir, en las afueras de la ciudad. Tanto es así que se terminan ocupando lugares considerados agrarios. Esta situación ha dado origen a los barrios privados que se ubican en los límites del ejido urbano. Río Cuarto tiene barrios privados y públicos en tierras que históricamente eran de bajo valor comercial, pero que, al ir llegándoles la infraestructura básica, hoy se venden al mismo valor de los lotes que están en el centro. Los barrios alejados se ponen en contacto con el medio rural y aparecen los conflictos por el desarrollo de las actividades agrarias como pueden ser las pulverizaciones o los feedlots. Como ejemplo se puede citar lo que ocurre a los alrededores de la ex avícola La Cristina, donde hay un criadero de 200 mil pollos y las familias que viven en la zona padecen los malos olores de la actividad.

A todo esto, De Prada agregó que las ciudades más compactas están preparadas para que primero se llegue caminando, después en bicicleta, luego en colectivos y por último en autos.
“Aquí está todo dispuesto para que la prioridad sea la circulación vehicular. Es muy riesgoso ir caminando a la Universidad, por ejemplo”, agregó.
Más adelante, el ingeniero indicó que las 2.300 hectáreas que la ciudad mantiene inutilizadas no pueden destinarse a las actividades agrarias porque de ser así se profundizarían los conflictos entre los que viven a los alrededores de esas tierras.

-Ustedes han comprobado que es muy difícil llevar todos los servicios a los puntos alejados del centro de la ciudad…
-Sí, el costo para llevar los servicios es mucho más elevado. Si Río Cuarto fuera una ciudad compacta la cosa se daría de otra manera. En cambio, la extensión que tenemos hace que se complique disponer en cada sector de las redes de agua, gas, cloacas y electricidad, y de los servicios de transporte urbano y recolección de residuos. Las áreas de cobertura se empiezan a reducir (los colectivos de la SAT cubren el 70% de la ciudad). La gestión de los servicios es complicada y, cuando se consiguen, hay que cruzar varias hectáreas desocupadas con las redes para llegar a las zonas habitadas. Eso implica contar con una buena cantidad de recursos. Además, una vez que pasan los servicios, los lugares vacíos se valorizan, pero la ciudad no puede captar una renta. Es decir, se corre con un gasto y no se genera un beneficio.

-¿Cómo se puede cambiar la mentalidad vigente por estos días en la ciudad?
-Hay que definir qué ciudad queremos de cara al 2030, tenemos que ver qué se puede hacer de manera colectiva para empezar a ordenar los trabajos. Es difícil cambiar lo que ya está, por eso debemos enfocarnos en el futuro. El problema no es el edificio, sino dónde lo ubicamos. El Estado debe fijar ciertas pautas. Si seguimos actuando como hasta ahora, para albergar a los 40 mil habitantes más que vamos a tener en 2030 se van a necesitar 2.900 hectáreas más (que se sumarían a las 7.232 de ahora). En cambio, si adoptamos el modelo compacto, podemos ocupar las 2.300 hectáreas que hoy están inutilizadas. Para eso hay que modificar las conductas. También se puede avanzar hacia un sistema mixto, expandiendo la ciudad hacia el norte, sur u oeste.

-La mala proyección de la ciudad, ¿se debe a que no hubo visión de futuro o a que el crecimiento de Río Cuarto sorprendió a los políticos que estuvieron a cargo del Municipio todos estos años?
-Hay un poco de todo. Los proyectos políticos han tomado la decisión de dejar hacer. Esto en el corto tiempo funciona bien, pero a mediano y largo plazo genera complicaciones. Se ha hablado mucho respecto a los edificios nuevos que no cuentan con los servicios básicos. Esta situación da la pauta de que algo no está funcionando bien. Vemos que primero se hacen los edificios y después se ve cómo se les lleva los servicios, eso debe revertirse. Creo que tenemos que cambiar algunas ordenanzas y trabajar en conjunto para lograr mejores resultados.

-¿Es un mal único de Río Cuarto?
-La expansión urbana dispersa es un problema generalizado en casi todo el país. Surgió con fuerza en la década del 90 y se mantiene hasta la actualidad. En algunos países del mundo, como el caso de Estados Unidos, se prohíbe construir en puntos dispersos. La dispersión de las urbes es tan compleja que en ciudades importantes como París hoy hay menos habitantes que hace 100 años.

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Alertan sobre la necesidad de cuidar los sectores con forestación nativa

Un informe realizado por investigadores de la Universidad Nacional y la Fundación Conydes señala que estas zonas próximas a la ciudad han sido descuidadas en los planes de ordenamiento territorial
Un informe de investigadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto y de la Fundación Conydes, en el marco de un trabajo desarrollado con el Concejo Deliberante, alerta sobre la necesidad de tener en cuenta, en los planes de ordenamiento territorial, el cuidado del medio ambiente, para mejorar la calidad de vida de los riocuartenses con un menor costo económico, ambiental y social. De este modo, y en relación con la preservación del cauce del río Cuarto, proponen el mantenimiento y recuperación de los llamados “parches” de vegetación nativa que se ubican en sus márgenes.
El trabajo fue elaborado por Evangelina Natale, Gabriela Villalba, Gonzalo Martínez, Antonia Oggero, Sara Mas, Marcelo Arana y Hermida Reinoso, a partir de una articulación con el Legislativo en 2012 con relación a la ordenanza 183/12, que complementa a la de planeamiento urbano (1082/11). En este primer informe, el equipo de investigadores definió, entre otros puntos, cuáles son los parches del ejido y un año más tarde se solicitó la evaluación de esos espacios para analizar qué hacer con cada uno.
El informe presentado por el equipo técnico esta semana al Legislativo señala que uno de los más grandes problemas ambientales, tanto en países desarrollados como los del subdesarrollo, tuvo que ver con la “declinación de biodiversidad” y destaca la importancia de conservarla y protegerla para un desarrollo sustentable al asegurar la provisión de servicios. En este sentido, indican que tanto a nivel local, como nacional e internacional, la pérdida y fragmentación de los hábitats naturales es una de las principales causas de este deterioro, provocado por la agricultura, silvicultura, urbanización y el turismo, entre otros.
“Uno de los servicios ecosistémicos más importante que proporcionan los sistemas naturales son los que nos brindan la vegetación de ribera, en su aporte a la estabilización de las cuencas y contribución al caudal de los ríos, como ‘fuente natural de agua’”, señala el informe y agrega: “En este contexto, los bosques de ribera tienen gran importancia ya que inciden directamente sobre la forma del cauce limitando la erosión de sus márgenes, actúan como filtro verde reteniendo partículas que llegan por escorrentía o por vía subsuperficial con un efecto directo sobre la calidad de las aguas, proporcionan sombra, ayudando a regular la temperatura del agua manteniéndola bien oxigenada y además conectan zonas muy alejadas, por lo que podrían constituir importantes corredores ecológicos para numerosos organismos”.
Si bien el debate sobre la temática y el trabajo de los investigadores lleva varios años, recientemente estuvo con una importante presencia en agenda por las intensas lluvias en la provincia y las crecidas de los ríos, entre ellos la del Cuarto. La deforestación ha sido apuntada como una de las causas y sobre el tema los técnicos se refieren en su trabajo. Dicen: “En la última década, la problemática de la reducción de los bosques ha sido alarmante ya que a comienzos del siglo XX estos cubrían casi el 40% del continente sudamericano y actualmente esa superficie no llega al 12%. En la provincia de Córdoba, de las 16.532.100 ha de superficie total, los bosques nativos originales representaban alrededor de 71,4% de su superficie (12.000.000 ha) mientras que hoy sólo ocupan el 3.6 % (594.000 ha)”.
En relación con lo que le toca más de cerca a Río Cuarto, sobre la cuenca del río Chocancharava, el informe destaca que “esta problemática ha llevado a la conversión de los hábitats naturales cambiando la composición de los ecosistemas que conforman el paisaje, produciéndose una gran fragmentación y conduciendo finalmente a la pérdida de vegetación riparia”. Señalan que se han formado así los parches aislados, y dicen: “Estas pocas áreas que quedan naturales adquieren un valor social en el mantenimiento de la salud pública y el bienestar, aparte de soportar una diversidad única”.
En diálogo con PUNTAL, Evangelina Natale, del grupo de investigadores, explicó que “los parches son superficies de vegetación natural o seminatural, es decir que tienen algún tipo de intervención pero que conserva muchas características de la flora nativa”, y señaló que “es un concepto de una teoría de ecología del paisaje donde ‘parche’ es lo que se ve marcado en la matriz agrícola urbano”.

- ¿De qué depende que un parche sea bueno o malo?
- Tiene que ver con una serie de variables contempladas en un índice. Están relacionadas a qué natural es el parche, si predomina lo nativo o lo exótico; la forma y tamaño, porque mientras más chico y poco definido es más difícil que mantenga los servicios ecosistémicos, tiene menos reservorio de agua y menos oxígeno, por ejemplo; y el contexto, es decir, cómo está rodeado el parche, si hay presencia de caminos, si hay actividades en su interior o si tiene como vecino otro parche natural, a diferencia si está próximo a una ciudad.

- ¿Qué importancia tienen estos parches para el cauce del río?
- Los parches, asociados a las cuencas de los ríos, son importantes para evitar erosión, frenar inundaciones porque trabajan como esponjas y ayudan a que el agua no caiga tan fuerte y se lleve los suelos, y principalmente mantienen las márgenes y disminuyen los desbordes, en caso de lluvias extraordinarias. Se propone recuperar estos lugares y que se mantengan las áreas próximas al cauce, porque cualquier obra de infraestructura trae problemas a largo plazo. Por ejemplo, la canalización de un río puede traer problemas por arriba o por debajo.

Zonas afectadas
El estudio señala que Río Cuarto “dista mucho de cumplir con una propuesta que incluya el desarrollo sustentable”, en tanto que el crecimiento del área urbanizada tuvo “efectos indeseados” en la transformación de los sistemas naturales y las tierras rurales. Con la utilización de nuevas tecnologías, como las imágenes satelitales que ofrece Google Earth, se identificó la cuenca del río y los parches de vegetación a una distancia de hasta 1 kilómetro desde ambas márgenes, datos que luego fueron verificados en campo. Las áreas detectadas finalmente fueron analizadas en base al índice Integral de Evaluación Ambiental (IIEA), que, como mencionó Natale, contempla características como forma y tamaño, el valor del parche y el impacto que tienen de la actividad de hombre.
De este modo, los investigadores detectaron 123 remanentes de vegetación asociados a la cuenca media del río Cuarto, de los cuales el 71,5% (es decir, 88) de los parches cuenta con un mal estado de conservación, un 22,7% (28) presentó un estado regular y sólo un 5,6% (7) alcanzó un buen estado. Indicaron que el mal estado de la mayoría de estos parches tiene que ver con “la presencia de especies exóticas invasoras” y por “el raleo”, mientras que la presencia de los espacios urbanizados en los que se encuentran inmersas estas áreas también tiene gran incidencia.
“Como principales factores de presión se pudieron identificar los desmontes y la presencia de caminos”, dice el estudio, mientras que asegura que “en cuanto al valor de protección y el de singularidad, se pudo identificar una marcada relación entre los parches con condiciones mala y regular con valores altos y muy altos”. Explicaron, en tanto, que los parches que se mostraron en buenas condiciones se debe principalmente a cuestiones vinculados al tamaño, ya que en general son mayores a las 28 hectáreas.
Finalmente, el estudio indica que, a partir del análisis de las variables utilizadas, agruparon las áreas de vegetación en relación a las prioridades de intervención. Para esto, se tuvo en cuenta el índice IIAE, el costo logístico de llevar a cabo las acciones de recuperación y su importancia en la cuenca.

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