19 abr 2015

La gestión de los residuos es pésima

La Voz del Interior (19/04/2015)
Consejos útiles para vivir cada vez peor

No se cumple ni la ínfima parte de lo que se debiera reciclar en la capital cordobesa.
Hace mucho ya –perdió la cuenta– un vecino de Villa Cabrera espera infructuosamente que el camión recolector de basura pase por su cuadra cuando tiene que pasar. A veces son dos días, a veces tres los que la bolsa transcurre depositada en el canasto de la vereda sin ser levantada. Esto sin contar los fines de semana, cuando el servicio no funciona por inacción autorizada.
Ya es un hecho: aunque el contrato del municipio con las empresas Lusa y Cotreco implique más de 100 millones de pesos por mes y la obligación de pasar cinco o seis veces a la semana por cada domicilio, está claro que no se cumple.
Quizá no sería necesario que se recogiera la basura todos los días. De hecho, no es así en otras ciudades y países. Pero al menos allí no se paga por lo que no se hace.

Ni eso
La irregularidad en el servicio de la ciudad de Córdoba tiene también otras implicancias. El vecino de Villa Cabrera sabe que cada martes debe sacar los elementos reciclables que juntó toda la semana, para que se los lleven con la recolección diferenciada.
Así lo hace. El lunes por la noche deja la basura orgánica para la recolección normal, y el martes, apenas se levanta, casi de madrugada, coloca el material reciclable.
El problema es que, como la empresa no pasó esa noche, y a veces tampoco durante el martes, el miércoles el mismo camión se lleva las dos bolsas.
Por lo tanto:
1. No se cumple ni la ínfima parte de lo que se debiera reciclar en la capital cordobesa: 1,5 por ciento del total de la recolección, que podría ser el 32 por ciento, según un estudio de la propia Secretaría de Ambiente municipal.
2. Se desalienta una conducta ciudadana imprescindible para pensar en una ciudad más limpia y más sana.
3. Se daña el ambiente al colocar en el mismo enterramiento todo tipo de residuos, algunos de los cuales tardan más de 100 años en degradarse, como un pote de helado, un corcho o una botella de vidrio.
4. Las finanzas del municipio se destinan a una misión que no se cumple.
5. Por extensión, la gente pierde la confianza en cualquier iniciativa de este tipo u otras que impliquen vivir en una ciudad más amigable.
Para tranquilidad de todos los que pudieran sentirse responsables, no se trata de una situación exclusiva de una gestión.
Hace rato que los cordobeses estamos lejos del paraíso. Y no parece haber a la vista un servicio de transporte que nos acerque.

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