7 feb 2015

Basurales y conducta ciudadana

La Voz del Interior (07/02/2015)
Basurales a cielo abierto

Es indispensable para la higiene de la ciudad de Córdoba que los baldíos dejen de transformarse en depósitos informales de residuos. Para ello, son necesarios control y responsabilidad
Los basurales a cielo abierto que proliferan en distintas barrios de la ciudad de Córdoba son una muestra reiterada del desapego generalizado a las normas elementales en materia de higiene urbana. Una conducta de desidia que no es nueva y que involucra tanto a la propia comunidad como a las autoridades de control.
Pese a la gravedad de la situación, no parece existir por ahora una receta eficaz para erradicar en forma definitiva de la geografía urbana a estos depósitos informales de residuos.
Por el contrario, desde la Municipalidad admiten que, aun con vigilancia policial, hay sectores que siguen a merced del trabajo marginal de los carreros, quienes trasladan la basura que les entregan vecinos o negocios particulares.
Esta mala práctica deja al descubierto que muchos ciudadanos que protestan por la mugre que se acumula en los baldíos contribuyen también a expandir un trabajo ilegal que opera al margen del sistema de recolección de residuos prestado por las empresas concesionarias.
Esta situación se ve reflejada en un informe de este diario, publicado días atrás, que da cuenta de que en un basural ubicado en barrio Pueyrredón, la Municipalidad colocó una consigna policial. Sin embargo, los carreros siguieron con su tarea en otra parcela cercana al sector bajo custodia.
Desde el Palacio 6 de Julio, el director de Higiene Urbana, Alfredo Soletti, admitió que la Policía prefiere no enfrentar a los carreros para no involucrase en un “conflicto social”.
No se trata de caerles encima a los carreros, un segmento social hundido en la pobreza y muchas veces olvidado por quienes tienen el deber de generar las condiciones para que existan empleos más dignos. Pero alguien debe poner orden y hacer cumplir las normas vigentes, como única forma de revertir una imagen de suciedad y abandono.
Hay estadísticas preocupantes: estudios del municipio y de entidades que investigan la problemática de la higiene urbana coinciden en que existen entre 90 y 100 basurales en baldíos de la ciudad.
Y, vale reiterarlo, en muchos casos son desechos generados por los mismos vecinos, como poda de árboles o materiales de construcción, cuando no escombros de pequeñas empresas, que son entregados a los carreros para que los trasladen a los basurales a cielo abierto.
Más allá de la necesidad de mantener limpia la ciudad, es preciso ahondar sobre otra razón clave: basurales de este tipo son nidos ideales para la proliferación de todo tipo de alimañas, algunas de alto riesgo para la salud humana, como el mosquito transmisor del dengue.
El efectivo control de los que gobiernan y la toma de conciencia de los actores vecinales contribuirán a erradicar esta penosa postal que sufren miles de cordobeses.

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