22 jul 2014

Sobre Dioxitek en Formosa

La Voz del Interior (22/07/2014)
Rechazo a la instalación de la empresa Dioxitek en Formosa

Por Gretel Schaj - Dirigente de Los Verdes de Córdoba

Hace dos semanas, tuvo lugar en Formosa una audiencia pública en la que se trató la probable instalación de Dioxitek en esa ciudad. Dicha empresa es productora de dióxido de uranio –insumo básico para la producción de energía nuclear– y el año pasado debió cerrar su planta instalada en la ciudad de Córdoba debido a la presión de las organizaciones, instituciones y la comunidad en general.
Hace tiempo que Dioxitek está buscando un nuevo predio. Sin embargo, en cada una de las localidades donde ha pretendido reinstalarse encontró un fuerte y manifiesto rechazo, sumado a la legislación local, que en muchos casos lo prohíbe de manera expresa, como en La Rioja o en Río Tercero.
Las autoridades formoseñas no encuentran aparentemente ningún inconveniente en recibirla en su territorio. Ya prestaron su acuerdo para ello y lanzaron una fuerte campaña que incluye amenazas a los medios que no difundan los spots de bienvenida a la planta, para que la sociedad preste también su benevolencia a la iniciativa.
En septiembre de 2013, Los Verdes –como parte de la Coalición Córdoba No Nuclear– presentamos una iniciativa popular ante la Legislatura de Córdoba para pedir la desnuclea­rización de la provincia. Este proyecto fue avalado por 30 mil firmas de ciudadanos cordobeses que apoyaban nuestra iniciativa, y aún no fue debatido por la Legislatura, pese a que ese mecanismo así los obliga.
El caso Dioxitek es parte de un proceso mayor, inserto en una política gubernamental de promoción de la energía nuclear. Quienes nos oponemos a su relocalización, le estamos diciendo no precisamente a eso. Un rechazo que viene justificado por los altísimos costos económicos y ambientales que trae aparejada la alternativa nuclear, la cual es fácil de reemplazar por las energías renovables, sobre todo en un país como Argentina, cuyo territorio es casi en su totalidad apto para producirlas.
Ese es justamente el debate que nos está faltando como sociedad y que aún la clase política no se atreve a abrir.
Pese a todo, el movimiento antinuclear se está reactivando. Puede verse en La Rioja en contra de la instalación de la minería de uranio; en Formosa con el rechazo a Dioxitek, y en Córdoba con la movilización para el cierre definitivo de la central de Embalse.
Hechos que demuestran el rechazo social existente a todo el ciclo nuclear. Tenemos la posibilidad de transformar nuestra matriz energética. Este un objetivo posible y deseable; sólo depende de que se tomen las decisiones políticas adecuadas y de que se mantenga el compromiso sobre un futuro sostenible.

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