18 feb 2014

Punilla quiere su propio dique

El Diario de Villa Carlos Paz - Edición Electrónica (18/02/2014)
Punilla reclama diques para almacenar el agua de lluvia

Carlos Paz. Tras la sequía que afectó durante varios meses la región, las precipitaciones llegaron con todo y los vecinos del Valle de Punilla reclamaron al gobierno provincial la construcción de un nuevo dique para almacenar el agua de las lluvias. El proyecto de levantar un embalse en la zona alta del río San Antonio, en Cuesta Blanca, volvió a seducir a los habitantes de la región, aunque las organizaciones ambientalistas desecharon la iniciativa y explicaron que se atentará contra el turismo y se terminará por secar uno de los principales afluentes que tiene el lago San Roque.
El proyecto se remonta a la década del 90, cuando el entonces gobernador Ramón Mestre (UCR) impulsó una obra basada en un proyecto de la DIPAS (hoy llamada Subsecretaría de Recursos Hídricos) que tenía 20 años de antigüedad y no abordaba seriamente la situación del impacto ambiental que ocasionaría la obra. La reacción de las comunidades afectadas detuvo la iniciativa y se propuso alternativamente la construcción de pequeños reservorios en varios puntos de las sierras, capaces de abastecer la demanda poblacional y cuidar el río San Antonio.
Y si bien la construcción del dique en Cuesta Blanca ha sido ampliamente rechazada, todas las voces son coincidentes en la necesidad de contar con embalses alternativos al San Roque que almacene el sobrante de la temporada de lluvias. Esta es la posición que defiende la Coopi, la prestataria del servicio de agua potable en Punilla Sur, que incluyó en el "Plan Director de Agua Potable" (planificado hasta el año 2030) una serie de pequeñas represas o reservorios para facilitar la captación del agua. Una de ellas, se ubicaría aguas arriba del Río Yuspe al oeste de la ciudad de Tanti, lugar donde se encuentra el Azud Nivelador que provee agua a esa localidad.
Un total de cuatro reservorios se planificarían sobre la cuenca que alimenta al embalse más famoso de Córdoba, en una propuesta que reviste de una importancia histórica y que tendrá como finalidad "regular" el consumo y el nivel que expondrá el espejo en los meses de sequía.
De acuerdo a las previsiones realizadas por la cooperativa, la población estimada para Carlos Paz y su zona de influencia superaría los 108.000 habitantes para el año 2030, por lo que se demandarían 1.123 l/s de agua. La demanda actual es de 495 l/s para abastecer una población de casi 75.000 habitantes, y a su vez, el agua disponible con la captación en Cuesta Blanca, la planta del Barrio La Quinta y lo que se capta en el dique San Roque llega a un total de 868 l/s.
"Si durante meses enteros pedimos que caiga una gota del cielo, parece un despropósito que en las épocas donde nos sobra agua y tenemos que abrir las válvulas del dique para no inundarnos, no tengamos forma de guardar ese caudal. El agua que hoy tiramos, es la que luego nos faltará en el invierno"; aseguró Mario, un taxista de Carlos Paz. En ese sentido, Julio, un comerciante coscoíno, también se pronunció sobre la situación y dijo: "Es una locura esto que estamos viviendo, porque tenemos que encontrar alguna solución, no puede ser que hace una semana pedíamos que lloviera y ahora tenemos riesgo de inundarnos. No tiene sentido".
"Yo no entiendo por qué no se hizo el dique de Cuesta Blanca, que había anunciado (Ramón) Mestre. Esto nos hubiese permitido almacenar el agua que nos sobra en la época de lluvias. Como siempre, los gobiernos nunca hacen lo que deben"; declaró Marisa, quien trabaja en un kiosco en San Antonio y agregó: "También hubo mucha gente que se opuso a este proyecto".
Por su parte, en representación de la Asociación de Amigos del Río San Antonio (ADARSA), Juan Carlos Ferrero sostuvo a El Diario: "Nosotros creemos que volver a sugerir la construcción del dique en Cuesta Blanca es un error. Contamos con los informes de la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) que son coincidentes con nuestro análisis. Incluso el ingeniero que había proyectado el nuevo dique se arrepintió, y dijo `menos mal que no lo hicimos´, porque no están dadas las condiciones para construir un dique río arriba en Cuesta Blanca. Aunque entendemos la preocupación de la gente porque pasamos de la sequía extrema a la inundación. Se estará arruinando un río con características turísticas, en lugar de buscar otro afluente donde pueda desarrollarse un reservorio. Nosotros coincidimos en que tenemos que encontrar la forma de guardar el agua que ahora estamos desechando".
La directora de Planeamiento Urbano de la Municipalidad de Carlos Paz, Liliana Bina, también expuso su posición al respecto del dique de Cuesta Blanca y precisó: "Logramos evitar todo un desastre ambiental, como hubiera sido la construcción del dique de 70 metros de profundidad y 90 de coronamiento, que embalsaba las aguas de los tres ríos que alimentan de arenas al San Antonio. Pero en lugar de buscar alternativas, el gobierno radical decidió no volver a tratar la problemática del abastecimiento en la región, como una suerte de castigo". "Hoy, la fuerza de la presión que ejerce un mercado inmobiliario en expansión y descontrolado (countries en Las Jarillas, San Antonio, laderas de Sierras Chicas, Ruta 20) pareciera que incide sobre el gobierno para revisar esta actitud. Estamos de acuerdo en que debe existir una racional reserva de agua para guardar los sobrantes hídricos de las crecidas estacionales. Pero también es cierto que la condición hídrica de una región semiárida como la nuestra debe ser la base para desarrollar un planeamiento territorial que desaliente la especulación inmobiliaria"; completó la funcionaria.

Los casos en el mundo
Los reservorios para aprovechar el agua de lluvia son un invento que data de miles de años, y los investigadores han descubierto en el Desierto de Negev (entre Israel y Jordania) sistemas de captación de agua de lluvia que datan de 4.000 años o más. Asimismo, también se detectó en Tikal, la capital maya ubicada en Guatemala, la existencia de una suerte de dique ubicado entre dos pirámides. Y es que los mayas construían grandes cisternas llamadas "chultuns" para aprovechar los períodos de mayor lluvia.
En las casas de la antigua Roma, también se contaba con espacios a cielo abierto en donde se instalaba un estanque central para recoger el agua lluvia. Por su parte, en Loess Plateau en la provincia de Gansu en China existían pozos y jarras para la captación de agua lluvia desde hace más de 2.000 años. Por su parte, en Irán se encuentran los "abarbans", los cuales son los sistemas tradicionales locales para la captación y almacenamiento de aguas.
En la actualidad, la recolección de agua lluvia es muy difundida en África con grandes proyectos en Botswana, Togo, Mali, Malawi, Sudáfrica, Namibia, Zimbabwe, Mozambique, Sierra Leona y Tanzania. Por su parte, en Bangladesh, la recolección de agua lluvia se ve como una alternativa viable para el suministro de agua segura en áreas afectadas por contaminación con arsénico. Tokio (Japón), Berlín (Alemania), Bogotá (Colombia), Vancouver (Canadá), Nueva Delhi (India) son algunas de las ciudades del mundo donde el sistema ha mostrado su éxito.
La experiencia de Brasil permitió la construcción de un millón de tanques para la recolección de agua lluvia en un periodo de 5 años, para beneficiar a 5 millones de personas. Mientras que los sistemas de aprovechamiento de agua lluvia son usados en quince estados y territorios de los Estados Unidos: Alaska, Hawai, Washington, Oregon, Arizona, Nuevo México, Texas, Kentucky, Ohio, Pennsylvania, Tennessee, North Carolina, Virginia, West Virginia y las Islas Vírgenes. Se estima que medio millón de personas utilizan sistemas de aprovechamiento de agua lluvia abasteciéndose de agua para usos doméstico o propósitos agrícolas, comerciales o industriales.

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