31 may 2013

Dioxitek, conflicto de largo plazo

La Voz del Interior (31/05/2013)
La relocalización de Dioxitek, rumbo a la judicialización

Río Tercero y Embalse se siguen ofreciendo. Si se avanza, habrá recursos de amparo. Ambiente no recibió ningún proyecto.
Si avanzan los trámites para la radicación de la planta industrial de Dioxitek en Río Tercero o Embalse, donde la empresa estatal ya presentó pedidos ante sendos municipios, se judicializará el debate, ante seguras presentaciones de amparos y otros recursos de quienes se oponen a esa posibilidad.
Dioxitek, empresa de la Comisión Nacional de Energía Atómica, produce en Córdoba dióxido de uranio en polvo, materia prima usada para fabricar luego en Ezeiza el combustible que requieren las centrales nucleares. De la Capital provincial, donde está instalada desde 1982, se comprometió a mudarse y el plazo vence en un año.
La Secretaría de Ambiente de la Provincia no recibió hasta ahora ningún proyecto para una nueva localización. También reiteró que para iniciar el trámite, la empresa deberá presentar el permiso de uso de suelo del municipio en cuestión y un estudio de impacto ambiental, para su evaluación. Los intendentes de Embalse y Río Tercero ya firmaron la prefactibilidad de uso de suelos.
La empresa apunta a dos predios del propio Estado: en Embalse, al lado de la Central Nuclear, y en Río Tercero, en la Fábrica Militar.
En Río Tercero, un artículo de la Carta Orgánica Municipal prohíbe actividades ligadas a lo nuclear. Y en su Concejo Deliberante no hay certeza de que un aval a la radicación cuente con los votos suficientes.
Hasta ahora, desde Dioxitek no se emitió opinión ni información alguna.
Amparos. La Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam) ya anticipó que presentará un recurso de amparo para evitar que se relocalice en esas dos ciudades. Raúl Montenegro, titular de esa ONG, reclamó que Dioxitek no se radique en ninguna localidad cordobesa.
Una de las advertencias de Funam generó la intervención de oficio del asesor letrado de Tribunales de Río Tercero, Alfredo Brouwer de Koning. La ONG apuntó que Dioxitek incluye entre sus condiciones de visita que “se abstengan de asistir mujeres embarazadas”. Brouwer de Koning anticipó a este diario que, desde su función y por ese punto, actuará en defensa de ?los niños por nacer. Precisó que pedirá información para evaluar si hay riesgos para embarazadas y a qué distancia de la empresa. Para eso, ordenó a los municipios de Río Tercero y Embalse que le entreguen documentación, entre otras medidas. El funcionario judicial no descartó, según la información que reúna, que pueda presentar un recurso de amparo.
También Greenpeace, desde el orden nacional, anticipó respecto de Río Tercero que la radicación violaría la Carta Orgánica local, por lo que el camino judicial sería inevitable.
Mientras, la filial riotercerense de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (Apdh) pidió al municipio que abra el debate y la “tenga presente” antes de tomar cualquier decisión, y planteó que “deben existir probados fundamentos científicos y técnicos que garanticen un impacto ambiental no perjudicial”.
Reacciones. Tanto el intendente de Embalse, Federico Alesandri (PJ), como el de Río Tercero, Alberto Martino (UCR), coincidieron en que no pueden negar a la empresa la factibilidad cuando ya funcionan en sus jurisdicciones otras industrias similares, desde hace décadas. Ambos aclararon, de todos modos, que la aprobación final dependerá del dictamen de Ambiente provincial.
Martino aludió a que Dioxitek se sumaría al perfil industrial del polo químico local e insistió en que la Carta Orgánica no impediría su radicación, “si el dictamen de impacto ambiental asegurase que no sería de riesgo”.
Alesandri apuntó que en Embalse funciona desde hace 30 años una central nuclear, en la que la Nación invierte ahora para prolongar su actividad por tres décadas más. Ambos reclamaron, en similar tono, un debate “sin alarmismos ni fundamentalismos”.

Hoy, marcha y charla
Marchan en Río Tercero. Un grupo de vecinos autoconvocados a través de las redes sociales, organiza en Río Tercero una marcha para esta noche, a las 21, en la Plaza San Martín, con el fin de manifestarse en contra de la radicación de Dioxitek.
Charla con especialista. También hoy, a las 12.30, en el Anfiteatro Municipal y con entrada libre, el municipio invita a la charla que dará sobre el tema Rubén Darío Sbarato, docente en la UTN y exfuncionario de la Secretaría de Ambiente provincial.
En Embalse. Otra movida, también visible por estos días en las redes sociales, se está registrando en Embalse, aunque por ahora no ganó las calles. “Será porque la mitad de este pueblo trabaja en la Central Nuclear, o en relación con ella”, apuntó un funcionario municipal.
La empresa. Hasta ahora no fue posible obtener la palabra de directivos o voceros de Dioxitek.

Argumentos ecologistas
En una. Para el biólogo Raúl Montenegro, de Funam, en Río Tercero “las autoridades deben asumir que existe el riesgo de impacto cruzado, que es el accidente que una planta puede desencadenar con eventos en industrias vecinas”, en relación a las grandes químicas ya existentes en el predio de Fábrica Militar, al que pretende ir Dioxitek.
En otra. Respecto de Embalse, marcó que en su Central Nuclear “ya están depositados más de 125 mil elementos combustibles gastados con una enorme cantidad de material altamente radiactivo, como 8,6 toneladas del peligroso plutonio 239”.
Dato. Marcó que “lo que no dicen es que además de dióxido de uranio, Dioxitek almacena dióxido de uranio enriquecido al 3,4 por ciento para fabricar el combustible nuclear ULE, altamente sensible”.

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El aval de los concejales, otra clave para desentrañar


Los gobiernos municipales de Embalse y Río Tercero admiten que el aval a la radicación pasará por sus concejos deliberantes.
En Embalse el tema no se instaló aún entre los ediles, al menos públicamente. El oficialismo del PJ tiene mayoría propia y suele votar en bloque los proyectos de su Ejecutivo.
En Río Tercero, los primeros sondeos muestran que los votos podrían estar repartidos, con pronóstico reservado, mientras varios ediles no han fijado posiciones definitivas. En Río Tercero, al debate técnico y ambiental, se suma la restricción que marca la Carta Orgánica, sancionada en 2007.
Desde el bloque mayoritario de la UCR, Jorge Mecatti interpretó –como el intendente Martino– que la norma no prohibiría a esta empresa “si hubiera seguridad de que no afecta la salud de la población”. Pero en ese bloque, clave por mayoritario, nadie asegura uniformidad de criterio en este tema. Uno de los ediles, Eduardo Asili, no fijó posición pero pidió que “se escuche a la gente”, mediante algún mecanismo, “para que la sociedad tome una postura tras escuchar a diferentes expertos”.
El principal bloque opositor, del Frente Todos por Río Tercero, ya se definió en contra de la instalación. Jorge Martino apuntó que si se avanza “es porque no entienden o no quieren entender la Carta Orgánica”. Además, opinó que el procesamiento de uranio generaría riesgos ambientales y sostuvo que “no se justifica sumar un riesgo más a la ciudad”. Su par, Danilo Cravero, planteó que la Carta Orgánica “pone la seguridad por encima de cualquier cuestión económica”.
Entre los dos peronistas, el delasotista Néstor Beltrame sostuvo que “está claro” que la Carta Orgánica no admitiría esa radicación aunque apuntó que “se debería consultar a la sociedad” y tener en cuenta el informe de Ambiente de la Provincia. La kirchnerista Silvia Quiroga no se pronunció sobre el tema.

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Un debate de cara a la gente, sin manipulación


Un debate que debiera ser racional y abierto, y sin manipulaciones, para llegar a una conclusión que exprese cierto consenso social, corre el riesgo de terminar en pleitos donde los que discuten son abogados contratados, mientras la sociedad queda enfrentada y confundida. La radicación de Dioxitek en una u otra ciudad cordobesa se arriesga ?a correr por ese andarivel.
Otro riesgo es la politización del debate, que lo enturbiar á m ás, si se toma posición según la cercanía o lejanía partidaria con el municipio, la Provincia o la Nación, los tres niveles del Estado involucrados en definir la relocalización de esta empresa. Si la discusión no se enfoca sobre lo técnico y social, la que pierde es la gente de las comunidades involucradas.
Para los casos de Embalse y Río Tercero, aunque se tomara como cierto que la empresa cuya radicación se discute tendría un riesgo potencial menor a las ya existentes, es cada comunidad la que tiene el derecho de participar en la decisión y asumir si quiere profundizar o ya limitar ese perfil de ciudad en la que vive. No es menor el dato de que varias ciudades ya rechazaron esa ­radicación, aun en tiempos en que todo intendente quiere ser “traedor” de industrias.
Una decisión de esta naturaleza debe ser asumida de cara a la comunidad, y jamás a pesar o en contra de ella.
En el caso de Río Tercero, sorprende que pueda buscarse mil vueltas al artículo 55 de su Carta Orgánica, que expresa: “No pueden radicarse centrales, reservorios o industrias nucleares. Se prohíbe la manipulación y transporte de sustancias o insumos nucleares o afines, que pongan en peligro la vida, la salud y el ecosistema”. ¿Avanzar a pesar de eso no es provocar irremediablemente la judicialización?

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