2 feb 2013

Traslasierra es donde más se desmonta

La Voz del Interior (02/02/2013)
El desmonte avanza sobre Traslasierra

A diferencia del resto de la provincia, en esta región la tasa diaria de deforestación fue en aumento desde la sanción de la ley nacional de bosques nativos. Pasó de 0,92 hectárea por día en 2006 a 5,21 en 2012. La agricultura bajo riego es la principal causa.
Las sierras de Córdoba no son una frontera para el desmonte que afecta a la provincia. En los últimos años, la desaparición de bosque autóctono en Traslasierra se ha dado a un mayor ritmo que en el resto de la provincia.
La razón sigue siendo la expansión de la frontera agropecuaria. Son establecimientos empresariales que, según investigadores, están impactando en las parcelas de los históricos campesinos del sector al extraer el agua para riego.
Hay tres leyes claves vinculadas a la protección de los bosques en Córdoba. La ley 9.219, sancionada en 2005 y que prohíbe el desmonte total de los predios; luego, la sanción de la ley nacional de presupuestos mínimos para proteger los bosques nativos (“ley Bonasso”, 26.331) aprobada en 2007; y, finalmente, la ley provincial de bosques nativos (9.814) que la Legislatura aprobó en 2010 para adherirse a la norma nacional.
Estas leyes no han sido barreras para detener el desmonte en Traslasierra. La tasa diaria de deforestación entre estas tres leyes ha ido en aumento en esta región que incluye los departamentos Minas, Pocho, San Javier y San Alberto.
Entre 2006 y la sanción de la ley nacional se desmontó 0,92 hectárea por día en esta región. Menos de una manzana por día. Entre la “ley Bonasso” y la norma provincial, esta tasa aumentó a 2,31. Desde la ley provincial hasta fines de 2011 el desmonte pasó a ser de 4,78 hectáreas por día.
El cálculo está hecho sobre la base de un informe realizado por la Secretaría de Ambiente de la Nación. Esta dependencia utilizó imágenes satelitales para detectar las áreas desmontadas en todo el país.
A esta información se puede agregar un relevamiento satelital similar de la ONG Guyra en 2012. El año pasado, la tasa de desmonte por día en esta región fue de 5,21 hectáreas. Siguió creciendo.
Entre 2006 y 2012, Traslasierra perdió 7.106,8 hectáreas. Representan menos del 10 por ciento de las 75.982,4 hectáreas que desaparecieron en toda la provincia.
El norte cordobés sigue siendo la región más afectada por el desmonte, pero el “goteo de árboles” que está padeciendo Traslasierra evidencia que el agronegocio está buscando nuevos nichos.
Acuífero de Conlara. Traslasierra debe su fama a los ríos cristalinos y su verde paisaje. Sin embargo, este lugar edénico se extiende sólo al pie de las sierras. En el bajo, hacia el oeste, el suelo y el clima son semiáridos y no aptos para la agricultura.
Pero bajo esa tierra se esconde un tesoro que los agricultores están explotando. Se trata del acuífero de Conlara, una potente reserva de agua.
“En otros sitios el desmonte tiene como fin criar ganado, pero aquí se da para la agricultura intensiva con riego. El cultivo tradicional es la papa, pero están empezando a sembrar maíz y trigo”, asegura el investigador José Fernandez, habitante de Traslasierra y que realiza su tesis doctoral sobre el desmonte en esta región.
En los últimos años han proliferado los emprendimientos bajo riego que usan agua subterránea. Son predios de unas 100 hectáreas con forma circular.
En el medio se realiza una perforación, el agua se extrae con bombas. El riego se hace con torres de aspersión giratorias. Los predios son fáciles de observar en Google Earth en las cercanías de Villa Dolores.
“Son perforaciones de 25 a 30 centímetros de diámetro y hasta 120 metros de profundidad. Cuesta 100 mil pesos, más otros 200 mil para el sistema de riego. No los puede hacer un campesino”, cuenta Fernández.
Según el investigador, varios geólogos se han sorprendido con la capacidad del acuífero. Algunas perforaciones extraen hasta 300 mil litros de agua por hora (una canilla de casa tiene un caudal de mil litros por hora). Las empresas de perforaciones entienden que hay unas 20 mil hectáreas en las que podría aplicar riego, luego de ser desmontadas.
Fernández asegura que la aparición de estos emprendimientos bajo riego está limitando el agua de los “pozos balde” de donde obtienen el recurso los campesinos para subsistir.
Desmontes siglo 21. A diferencia del norte, donde el desmonte se inició en la década de 1990, en Traslasierra comienza en el 2000. Un trabajo de Fernández detectó que entre 2000 y 2007 se perdió casi la mitad de la superficie con bosque nativo de la cuenca baja del río Los Sauces, una región de 200 mil hectáreas desde Villa Dolores hacia el oeste.
En siete años, desaparecieron 44 mil hectáreas de ecosistema nativo, según este trabajo realizado también a partir de imágenes satelitales y de corroboraciones en el terreno.
“Cuando estuvo el debate por la ley provincial se frenó un poco. Ahora vemos más movimiento de camiones con leña. Se sigue desmontando”, apunta Fernández.

Provincia y país
Argentina. Entre 2006 y 2012 en el país se desmontaron cerca de 1.779.360 hectáreas.
Córdoba. En la provincia desaparecieron 68.176 hectáreas de bosque chaqueño en ese período y 7.806,4, en 2012.
Santiago del Estero. Es la provincia donde más hectáreas se perdieron entre 2006 y 2011. Se desmontaron 701.030 hectáreas.
Tasas. A pesar de la gran diferencia en cantidad de hectáreas deforestadas en cada provincia, las tasas de desmonte no son tan dispares porque Córdoba tiene menos bosque nativo que Santiago del Estero. En esta provincia la tasa de desmonte fue del 2,3% anual del bosque existente. En Córdoba fue de 1,16%.

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La ley permite deforestar si se puede regar el predio


La norma provincial posibilita desmontar zonas de bosque conservado si hay agua para riego. Difiere de la ley nacional.
El artículo 14º de la ley provincial de bosques nativos autoriza el desmonte en predios en los que se demuestre la posibilidad de aplicar riego. Lo habilita en la zona roja, la que delimita las áreas boscosas mejor conservadas.
Esta autorización va en contra de lo que prescribe la ley nacional y es uno de los argumentos que utilizaron los grupos ambientalistas y la Universidad Nacional de Río Cuarto para pedir la inconstitucionalidad de la norma provincial ante la Corte Suprema.
El máximo tribunal ya aceptó tratar el pedido de inconstitucionalidad.
La reglamentación de la norma provincial limita a 100 la cantidad de hectáreas que se pueden deforestar para aplicar riego.
Deben tener la autorización de Recursos Hídricos, presentar el estudio de impacto ambiental y su evaluación del impacto ambiental por parte de la autoridad de aplicación.
El área intervenida debe ser menos de la mitad de la parcela catastral, que debe tener un 40 por ciento de bosque nativo. Es decir, en un predio de 200 hectáreas la mitad puede desmontarse para riego y la otra mitad no puede tocarse.
Pero la reglamentación habilitaría a desmontar 200 hectáreas “cuando las condiciones ambientales del predio lo permitan” y “bajo la condición previa de que en el predio o en un lugar alternativo a determinar se realice una forestación o reforestación con ejemplares nativos en una proporción de una hectárea por cada hectárea sometida al cambio de uso del suelo”.

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El equilibrio entre el ambiente y la producción


La situación actual de Traslasierra es la misma que atravesó la región del Espinal hace 100 o 120 años atrás.
El Espinal es una región de transición entre el bosque chaqueño y la estepa pampeana, que abarcó buena parte de nuestra provincia. Estaba dominado por algarrobos, espinillos, aromitos y otros arbustos. Un bosque bajo y “mal llevado”, del cual sólo quedan unas pocas hectáreas en las cercanías de Noetinger, Chilibroste, Inriville, Los Surgentes o Cintra.
Durante más de un siglo, este ecosistema nativo fue siendo desmontado para dar paso a la “pampa cordobesa”. La economía, “el granero del mundo”, redefinió el paisaje.
Desde la década de 1990, con la adopción de tecnologías como la siembra directa y los cultivos transgénicos, fue el bosque chaqueño del norte cordobés el que padeció el desmonte.
Ahora, otra tecnología parece poner en jaque a otra región cordobesa: Traslasierra. La posibilidad de extraer agua para riego a más de 100 metros de profundidad convierte a cualquier predio en productivo, aunque las ganancias sean de corto plazo.
Hace más de un siglo, la variable ambiental no existía, quizá porque no se conocía la importancia de ese bosque agreste y lleno de espinas.
Ahora se sabe que sirve para almacenar y purificar agua y para mitigar los vendavales, entre otros servicios ambientales. Además, allí viven animales e incluso personas en un vínculo estrecho con el monte. No es sólo paisaje.
Seguramente existe un punto de equilibrio entre conservación ambiental y desarrollo productivo.
Pero lo que se objeta es que para encontrar esa armonía se dé prioridad sólo a la aparición de tecnologías que aseguran ganancias a corto plazo y se echen por tierra las razones ambientales.
Parece más sensato que el equilibrio se logre a partir de lo que tienen para decir los científicos que estudian estos ecosistemas y los habitantes de estos paisajes.

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El bosque serrano, también amenazado


Mientras que en “el bajo” el desmonte es con fines agropecuarios, en el faldeo de las sierras tiene fines inmobiliarios.
En mayo del año pasado, la Secretaría de Ambiente de la Provincia detuvo un desmonte en la comuna de Los Hornillos, entre Mina Clavero y Villa Dolores, en Traslasierra.
Según la denuncia de la asociación civil Warani, el objetivo de la intervención era un emprendimiento inmobiliario.
Es la zona más verde y con mejores paisajes de Traslasierra, donde están proliferando la construcción de cabañas.
Los funcionarios provinciales secuestraron al topadora que realiza el trabajo. El dueño del predio estaba autorizado a realizar un cortafuego, pero desmontó una franja de 12 metros de ancho y un kilómetros de largo. “El objetivo era realizar un camino para avanzar sobre el bosque”, comenta Natalia Molina de la ONG Warani.
El terreno está ubicado en zona roja, el sector mejor conservado, según la ley provincial de bosques nativos
Según un relevamiento de la ONG, la apertura de este camino significó una pérdida de 1.560 árboles maduros, 4.110 arbustos y 135 individuos de cactáceas y herbáceas. Sólo este desmonte equivale a la cantidad de especies autóctonas que la Provincia plantó en 2012, según el discurso que el gobernador José Manuel de la Sota dio ayer en la apertura de sesiones en la Legislatura (ver en páginas 8A a 10A).

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