10 dic 2012

Piden que se reclasifique el glifosato

El Puntal de Río Cuarto (10/12/2012)
Reclaman al Senasa que reclasifique el glifosato para limitar más su uso


Grupos ambientalistas buscan que se eleve la calificación de peligrosidad del químico, para frenar las fumigaciones en zonas urbanas. Investigadores de la UNRC publicarán un trabajo sobre la problemática
Diversas organizaciones ambientalistas le reclaman al Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa) que se revea la clasificación de la toxicidad de los agroquímicos, en particular la del glifosato. Actualmente, éste goza de una clasificación que lo ubica como un producto de baja toxicidad. Por eso, muchas veces se lo utiliza para fumigar en zonas urbanas, provocando daños a la salud de las poblaciones y al ambiente. Es lo que ocurrió, por ejemplo, en el barrio cordobés de Ituzaingó Anexo, y en nuestra ciudad en los barrios de Quintitas Golf, Cielos del Oeste y otros.
Las quejas tienen por argumento que el glifosato, por ejemplo, está mal clasificado desde su homologación en el país de origen (Estados Unidos de Norteamérica).
En este sentido, afirman que algunos de los expertos que emiten los avales toxicológicos al registro de nuevas sustancias fitosanitarias podrían tener conflictos de interés, dado que también prestan servicios a las entidades interesadas en el registro de los productos avalados.
Por este motivo, la abogada Graciela Gómez realizó una presentación ante el Mecanismo Independiente de Consulta e Investigación (Mici) del Banco Interamericano de Desarrollo (Bid).
Gómez sostuvo que el programa de Gestión de la sanidad y calidad agroalimentaria que financia el Banco Interamericano de Desarrollo (Bid) y que en Argentina tiene como brazo ejecutor al Senasa, impulsa una nueva metodología de clasificación de los agroquímicos en Argentina.
El planteo se basa en que esa propuesta tiene al menos tres puntos cuestionables:
-1) Está basada en criterios y estudios obsoletos.
-2) No toma en cuenta los efectos de la dosis no letal de dichas sustancias, tal como ocurre con el glifosato.
-3) No considera la sinergia de dos o más sustancias que, separadamente, pueden ser registradas como menos nocivas a la salud humana y al medio ambiente.
Los resultados de una consulta pública sobre el proyecto para la revisión de los criterios de clasificación toxicológica, llevada a cabo entre el 30 de junio y 30 de agosto de 2011 por el Senasa, no fueron difundidos hasta ahora.
A nivel local, un equipo de investigación integrado por la doctora Delia Aiassa, Beatriz Bosch, Fernando Mañas y otros viene elaborando un trabajo sobre la problemática. El estudio, denominado “Plaguicidas a la carta: daño genético y otros riesgos”, está a punto de ser editado a través de la editorial de la Universidad.
Sergio Bevillacqua, docente de la carrera de Abogacía, integra el equipo interdisciplinario que fue citado como perito en el juicio de Ituzaingó Anexo este año.
Bevillacqua sostiene que uno de los problemas centrales de la clasificación de los agroquímicos es que no considera las condiciones reales de aplicación, sino que se basa en pruebas de laboratorio.

No miden los efectos crónicos
En este sentido, precisó que sólo se considera el riesgo de intoxicación aguda inmediata, y no los posibles daños a la salud a largo plazo de sustancias reconocidas como tóxicas (riesgo de intoxicación crónica).
“Se le asigna poca importancia al contacto repetido y prolongado en el tiempo, que no produce efectos que se puedan percibir inmediatamente. Este efecto crónico suele ser acumulativo y reflejarse en daño a diversos órganos y sistemas, causando enfermedades en el mediano o largo plazo, en períodos más tardíos de la vida o en la descendencia”, señaló el profesor Sergio Bevillacqua.

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Cómo se establece la clasificación de los químicos


La Organización Mundial de la Salud estableció en 1978, por primera vez, una clasificación de los plaguicidas según su toxicidad, cuya última versión data del año 2009.
Esta clasificación se basa en las directivas del Globally Harmonized System of Classification and Labelling of Chemicals (GHS) y de la ONU referidas a los ingredientes activos (los componentes tóxicos) de los plaguicidas y en estudios sobre la toxicidad aguda que tienen estas sustancias en roedores.
Las clasificaciones basadas en la toxicidad aguda se definen en función de la capacidad del plaguicida de producir un daño agudo a la salud a través de una o múltiples exposiciones durante un período de tiempo relativamente corto, y se mide a través de lo que los investigadores llaman Dosis Letal 50 oral o dérmica en ratas.
La Dosis Letal 50 es la cantidad de miligramos de ingrediente activo que, por kilogramo de peso, es requerida para matar al 50% de los animales de laboratorio que han sido expuestos a esa sustancia.
Para incluir un plaguicida en esta clasificación debe determinarse la Dosis Letal 50 (DL50) para las diferentes vías de ingreso del plaguicida al organismo (vía oral, vía dérmica y vía respiratoria en diferentes especies de animales).
La clasificación del Senasa califica la peligrosidad de los agroquímicos en cuatro niveles.
Los de la clase I-a son los productos considerados “extremadamente peligrosos”, mientras que los de la clase I-b se entienden como “altamente peligrosos”.
Los agroquímicos de clase II son “moderadamente peligrosos”, los de clase III “ligeramente peligrosos” y los de clase IV se consideran como “productos que normalmente no ofrecen peligro”.
Tal como explica el profesor Sergio Bevillacqua, “la toxicidad de un plaguicida no necesariamente tiene que ver con el olor, ni con el color del mismo: que un producto huela poco o mucho, bien o mal, y que sea claro u oscuro, transparente o turbio, es del todo secundario y nada tiene que ver con su toxicidad”.

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