22 dic 2012

Edgardo Ávila, investigador del clima en el Famaf

La Voz del Interior (22/12/2012)
"Las nubes juegan el rol más importante en regular el clima"

 
Tienen un papel clave en el calentamiento global, sostiene Edgardo Ávila. En un laboratorio de la Famaf, único en Argentina, las forman para estudiarlas.
En la década de 1980, comienza a construirse un laboratorio de nubes en la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la Universidad Nacional de Córdoba . Es único en Argentina y, en el mundo, se cuentan con los dedos de una mano. Hay tres cámaras que trabajan entre 0 y 40 grados bajo cero y generan vientos de 36 kilómetros por hora (Ver video con Edgardo Avila Famaf).
Adentro se forman nubecitas con gotitas de agua y cristales de hielo, que a la vista son destellos luminosos. Los hallazgos sirven para mejorar los modelos para predecir el clima.
“Me sumé por mi trabajo de tesis de grado. Estudié la electrificación de nubes. Montamos al primer túnel de viento. En la nubes hay cristales, cuando el viento los hace chocar generan electricidad”, cuenta Edgardo Ávila, investigador de este laboratorio y de Conicet.
El investigador continuó en el laboratorio para realizar el doctorado. “Siempre tuvimos que construir el equipamiento, porque no se vende. Es todo artesanal”, cuenta.
Ahora en el laboratorio también se estudia cómo crecen los cristales de hielo para formar el granizo y la contaminación del agua de lluvia, entre otros trabajos.

–¿Para qué sirve estudiar la contaminación del agua de lluvia?
–La lluvia tiene información sobre cómo es la atmósfera de cada lugar. La mayoría de los gases que hay en el aire se disuelven y son capturados por la lluvia. Los lugares muy contaminados tienen lluvias ácidas, lo cual es peligroso para la vegetación y para los materiales, porque los corroe. No había antecedentes de un estudio similar en Córdoba. Recolectamos el agua de lluvia durante tres años, de 2009 a 2012. El problema fue medir su composición.

–¿Por qué?
–Porque las concentraciones de las sustancias en la lluvia son muy bajas. Se necesitan instrumentos muy delicados. El único apto en América del Sur es el Sincrotrón de Campinas (Brasil). Logramos un subsidio para pagar el estudio.

–¿Cómo es la lluvia de Córdoba?
–Es buena y no hubo diferencias entre las lluvias de 2009 y de 2012. Encontramos mayoritariamente elementos del suelo, como azufre, manganeso, titanio y calcio, y en cantidades normales. El polvo en suspensión es capturado por las gotas de lluvia, las gotas se forman sobre esas partículas. Todos estos elementos están por debajo de lo que se recomienda para que el agua sea potable.

–Se podría pensar que la lluvia en Córdoba está más contaminada porque la ciudad está en un pozo que atraparía las impurezas.
–El agua y el aire que intervienen en una tormenta provienen de cientos de kilómetros. Es una mezcla de aire y agua de varios sitios de la provincia. Si en la ciudad de Córdoba hay contaminación, ese aire se mezcla con el de otros puntos.

–¿Qué relación tiene la composición de la lluvia con el cambio climático?
–Cada gotita de agua se forma sobre una partícula o aerosol. Pueden ser naturales o de origen antropogénico. La calidad de la nube se define por esto. Si las gotas son más chiquitas, no vamos a tener precipitaciones aunque sí muchas nubes. Estudios en el Amazonas detectaron esto. La quema de la selva generó partículas pequeñas que provocaron más nubes, pero menos lluvias.

–¿Pero cómo impactan las nubes en el clima?
–Las nubes juegan el rol más importante en la regulación del clima. Cada tipo de nube se comporta distinto. Las nubes más bajas, típicas de un día nublado y que no generan lluvia, producen un efecto de enfriamiento en el clima. Las nubes altas, a más 10 kilómetros de altura y que son invisibles, calientan el clima.

–¿Qué otras incógnitas de la atmósfera han estudiado en el laboratorio?
–Pudimos determinar cómo se forma el granizo. Al principio es un cristal de hielo que tiene un décima de milímetro. Luego, va colectando agua en la tormenta, crece y comienza a caer cada vez más rápido. Logramos determinar qué tamaño tiene que tener un cristal para comenzar a formar el granizo. También estudiamos que las gotitas de agua dentro de la nube, cuando dejan de ser líquidas y se congelan ya no son más una esfera, sino que se deforman.

–¿Cuál es la importancia?
–Al tener otra forma, reflejan la luz del sol de manera diferente. Eso se llama albedo. La importancia de esto no está en lograr pronósticos del tiempo más precisos o en saber si va a caer granizo o no. Son datos importantes para los modelos que predicen el clima a largo plazo. Tiene que ver con el cambio climático. Saber qué influencia tienen las nubes en el aumento global de la temperatura.

–¿Alguna vez soñó con un experimento que sabe que es imposible hacer?
–Sí. Sé lo que me gustaría hacer, pero no sé si me animaría. Me gustaría entrar con un avión en una nube de tormenta para mirar que hay allí dentro. Pero quisiera que alguien me firme que voy a salir vivo. Hay investigadores y pilotos que lo hacen. El avión va para donde quiere la tormenta; el ruido es infernal por el granizo que golpea al avión y los rayos te pegan fuerte. Muchos no salen.

–¿Se puede modificar la atmósfera para ayudar a que llueva?
–Sí, se puede ayudar a que se nucleen las gotas. En China se siembra la atmósfera con partículas alrededor de las cuales se forman las gotas.

–¿Y lo contrario, evitar que llueva?
–No conozco un lugar donde se haga esto.

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