14 nov 2012

Mejoró la salud del San Roque por los difusores

Día a Día (14/11/2012)
El San Roque, menos verde por los difusores

A través de monitoreo satelital se pudo determinar que los aireadores que están en el lago disminuyen la cantidad de algas en zonas de proliferación.
Desde 2008 están instaladas sobre el lecho del San Roque siete series de tuberías que le inyectan aire al espejo de agua en zonas críticas de generación algas para evitar su proliferación.
El buen funcionamiento de estos aparatos pudo ser confirmado a través del cruce de información de estudios sobre el agua y por observaciones satelitales, de las que se puede inferir que en donde funcionan los aireadores hay menos presencia de materia orgánica.
El estudio fue presentado ayer en el Ministerio de Agua, Ambiente y Energía y es una investigación realizada por la doctora Anabella Ferral en el marco de la maestría de Aplicaciones Espaciales de Alerta y Respuesta Temprana a Emergencias (Aearte) que se dicta en la Comisión Nacional Actividades Espaciales (Conae).
Respecto a la investigación, Marcelo Cámara, secretario de Recursos Hídricos de la Provincia, aseguró que “es un elemento importante de verificación de lo que es una medida de mitigación” y que en base a los resultados “no se descarta incorporar nuevos sistemas en el espejo de agua”.
Los siete puntos de aireación están distribuidos en diferentes sectores del lago, que van desde el paredón hacia el sur de lo que se conoce como “el camino de las cien curvas”.
Los niveles de la generación de algas se miden por la presencia de una sustancia denominada clorofila. Para el estudio, se utilizó el satélite “Landsat 5” y los datos provistos por el dispositivo fueron recibidos en la estación terrena de la Conae en Falda del Carmen.
“Cuando se mide clorofila A, que da cuenta de la cantidad de algas que están presentes en el embalsase, uno puede calcular un índice de eutrofización y medir esa concentración, que refiere al aporte de nutrientes en el agua”, explicó la doctora Ferral.
La investigadora apuntó: “En el verano, el dique tiene un nivel de eutrofización alto, significa que la calidad del agua no es la mejor. En la zona donde hay difusores estos niveles disminuyen”.
Para proliferar, las algas necesitan temperatura en el agua, luz y nutrientes, en este caso fósforo que se libera desde el lecho del San Roque por la falta de oxígeno en las profundidades por un efecto de estratificación térmica, que hace que se caliente el agua de la superficie y que debajo quede una capa de agua fría que impide que el líquido de diferentes profundidades se mezcle.
“Con los aireadores se rompe esa estratificación y el agua se homogeneiza, provocando un descenso de la temperatura de la superficie y la generación de oxígeno en el fondo, lo que impide que se libere el fósforo desde el lecho, que es uno de los alimentos de las algas, y este combo impide que se reproduzcan”, explicó la especialista.
Más algas. Poca vida. El exceso de algas disminuye la cantidad de oxígeno en el agua dificultando la vida de las especies acuáticas.

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